Capitulo 106: Bienvenida

10 1 0
                                    

El transporte Warthog avanzaba lentamente por las calles destrozadas de Helios Prime, la capital de Haland Prime, que ahora parecía más un campo de escombros que una ciudad vibrante. Las ruedas del vehículo, adaptadas para terrenos difíciles, crujían sobre el concreto resquebrajado y los restos de edificios derrumbados. A su alrededor, las estructuras que aún permanecían en pie estaban marcadas por los impactos de artillería, mientras que columnas de humo negro se elevaban desde los cráteres dejados por las bombas. El aire olía a ceniza y metal quemado, mezclado con el hedor de la destrucción.

El Comandante Otho Grimm, líder de la unidad de asalto recién llegada, observaba con una mezcla de preocupación y determinación el panorama desolador que se desplegaba ante él. A su lado, el oficial del ejército planetario que lo acompañaba, un hombre de mediana edad con el rostro marcado por las cicatrices de la guerra, mantenía la vista fija al frente, aunque su expresión traicionaba la gravedad de la situación.

—"Hemos estado bajo constante ataque durante semanas,"— comenzó el oficial, rompiendo el silencio mientras el Warthog avanzaba hacia el centro de mando. —"La artillería enemiga no ha dado tregua, y la ciudad ha pagado el precio. Perdimos el distrito industrial en los primeros días; ahora, lo único que queda de nuestras fábricas son escombros."

Otho asintió en silencio, tomando nota de la información. El Warthog giró una esquina, revelando lo que alguna vez fue el centro gubernamental de Helios Prime. La vista era desoladora: edificios colapsados, vehículos destrozados, y cuerpos de soldados y civiles que aún no habían sido retirados. En el horizonte, el antiguo Centro de Mando, una estructura que antes simbolizaba el poder y la resistencia de Haland, estaba reducido a poco más que un esqueleto de concreto y metal. Los ataques de artillería habían dejado su marca, con secciones enteras del edificio derrumbadas y humo saliendo de las pocas ventanas que aún quedaban.

El Warthog se detuvo frente a lo que quedaba de la entrada principal. Varios soldados con miradas cansadas y uniformes desgastados custodiaban la entrada, sus armas listas pero sus rostros reflejando el peso de la batalla. Otho descendió del vehículo, seguido por el oficial, y juntos entraron al edificio, donde el Gobernador Kael Vortis los esperaba.

El interior del Centro de Mando no estaba en mejor estado. Los pasillos, una vez repletos de personal militar y administrativo, ahora estaban llenos de escombros. Paredes agrietadas, cables colgantes, y luces parpadeantes creaban un ambiente de desolación. A medida que avanzaban, los sonidos de la guerra eran constantes: disparos en la distancia, explosiones esporádicas, y el zumbido de los cazas sobrevolando la ciudad.

Finalmente, llegaron a lo que quedaba de la sala de mando. Una sala amplia, ahora parcialmente destruida, donde un grupo de oficiales y personal técnico se afanaba alrededor de las pocas consolas que aún funcionaban. Mapas holográficos mostraban la situación crítica en todo el planeta, con luces rojas parpadeando en múltiples frentes.

El Gobernador Vortis, un hombre de mediana edad con el cabello entrecano y expresión grave, se acercó a recibirlos. Su uniforme estaba manchado de polvo y sangre, y sus ojos reflejaban la fatiga de semanas de combates ininterrumpidos.

—"Comandante Grimm, agradezco que hayan llegado,"— dijo Vortis, extendiendo su mano. —"No puedo subestimar lo desesperada que es nuestra situación. Hemos estado combatiendo sin descanso, pero las cosas no mejoran."

Otho estrechó su mano firmemente y luego asintió para que Vortis continuara.

—"Las legiones de droides de batalla de la Confederación han avanzado desde el norte,"— comenzó Vortis, señalando un mapa holográfico que mostraba la ocupación enemiga. —"Han tomado todas las ciudades principales en esa región, lo que les permitió establecer puntos de desembarco seguros para más legiones. Nuestras defensas allí fueron desbordadas, y ahora enfrentamos una marea imparable de droides que continúa avanzando hacia el sur."

El gobernador hizo una pausa, su mirada oscura pasando de Otho a la consola.

—"Nuestra fuerza aérea ha sido prácticamente eliminada,"— continuó con amargura. —"La falta de combustible y la pérdida de nuestros pilotos más experimentados en las batallas orbitales nos ha dejado vulnerables. No podemos mantener el control aéreo, lo que ha permitido a los droides avanzar sin oposición significativa desde el aire."

Otho se inclinó sobre el mapa, viendo las luces rojas que indicaban las áreas controladas por el enemigo. Vortis señaló el oeste y el sur.

—"Aún mantenemos una línea de defensa extensa en el oeste y el sur,"— explicó Vortis, su tono adquiriendo un matiz más esperanzador. —"Hemos evitado que el continente secundario, donde se encuentra la última ciudad en pie, Regulus, caiga en manos enemigas. Pero la situación es frágil. Si perdemos esas líneas, todo estará perdido."

Otho asintió, notando que las fuerzas del enemigo estaban concentradas principalmente en el norte y centro del continente, donde los droides dominaban la mayoría de las carreteras principales.

—"En el continente central, la situación es igualmente complicada,"— continuó Vortis. —"El sur es el único sector donde aún no han logrado dominar el aire, gracias a nuestras emboscadas y operaciones de retención. Pero estamos aislados. Los droides han tomado las carreteras principales, imposibilitando el intercambio de suministros y refuerzos. Las comunicaciones están constantemente intervenidas, lo que nos deja con solo una ventana al día para repasar los frentes activos con nuestros generales."

Vortis miró directamente a Otho.

—"Necesitamos más que solo fuerza bruta. Necesitamos una estrategia para romper su control en el norte y restablecer las líneas de suministro en el sur. De lo contrario, no podremos mantener estas defensas por mucho tiempo."

Otho miró nuevamente el mapa, evaluando la situación.

—"Entendido, Gobernador,"— respondió finalmente. —"Mi unidad está lista para apoyar en donde sea necesario. Trabajaremos con sus generales para establecer un contraataque inmediato en los puntos más críticos."

Vortis asintió, y la fatiga pareció pesar un poco menos sobre sus hombros. La batalla por Haland Prime aún estaba lejos de terminar, pero con los refuerzos recién llegados y la determinación de aquellos que defendían la ciudad, había al menos una chispa de esperanza en medio de la devastación.

El Ascenso De La Humanidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora