Capitulo 133: Reunión en Súper Tierra

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En el centro administrativo de Súper Tierra, una de las joyas del sistema humano, el Gobernador Antares Melkor se encontraba sentado en la mesa ovalada de la sala de conferencias del Palacio de Gobierno. La luz tenue y las pantallas holográficas que proyectaban mapas estelares y datos logísticos llenaban el espacio, mientras una leve tensión cargaba el aire. Junto a él estaban su ministro de defensa planetario, Darian Holt, un hombre curtido por años de experiencia en guerras galácticas, y su asesor económico, Sira Nalek, una mujer pragmática y serena que se había ganado su reputación gestionando los recursos de uno de los planetas más prósperos de la Federación Humana.

"Nos enfrentamos a una situación crítica en el frente sur," dijo Melkor, cruzando los brazos y observando los mapas que flotaban frente a ellos. Los sectores en conflicto, marcados en rojo, destacaban de forma preocupante. "La llegada de más y más Helldivers ha sido necesaria para contener los ataques en las fronteras, pero está empezando a drenar nuestros recursos a un ritmo insostenible."

El ministro de defensa, Holt, asintió con una expresión grave en el rostro. "Lo sé, Gobernador. Actualmente tenemos a más de 700.000mil Helldivers desplegados solo en el frente sur. Están luchando en batallas críticas en planetas como Kyraxis II y en las lunas de Fenris, deteniendo las incursiones de los Felifarianos y de los Autómatas. Pero la realidad es que, a este ritmo, la moral se está viendo afectada. Y lo más preocupante: las municiones y los suministros esenciales, especialmente los alimentarios, están comenzando a escasear."

Sira Nalek frunció el ceño, inclinándose hacia adelante mientras consultaba los datos en su tableta holográfica. "Las últimas incursiones de las naves de los Autómatas en las rutas de suministros han sido devastadoras. La semana pasada perdimos tres convoyes que transportaban víveres y material de construcción, y con ellos hemos visto retrasos significativos en las operaciones de soporte a los Helldivers."

"Malditos Autómatas," murmuró Melkor, apretando los puños con frustración. "Están cortando nuestras arterias logísticas y lentamente nos están debilitando. ¿Qué opciones tenemos para asegurar las rutas de suministro y garantizar que nuestros soldados no pasen hambre en el frente?"

"Podríamos asignar más recursos defensivos a los convoyes," sugirió Holt. "Pero eso también significa retirar naves de combate de otros sectores. El frente sur está en constante peligro, y mover más unidades defensivas podría dejarnos vulnerables en áreas clave."

Nalek negó con la cabeza suavemente. "Gobernador, si continuamos desviando recursos para proteger convoyes, corremos el riesgo de sufrir aún más pérdidas en el comercio interplanetario. Hemos invertido años en construir una red comercial eficiente que sostiene la economía de Súper Tierra y otros mundos aliados. Si seguimos priorizando el frente sur sin un plan a largo plazo, podríamos caer en una recesión económica de la que será difícil salir."

"Lo entiendo, Sira," respondió Melkor con un tono de frustración controlada. "Pero tampoco podemos permitir que los Helldivers estacionados en este sector y las tropas en el frente queden aislados. Son nuestra última línea de defensa contra la invasión completa. ¿Qué alternativas tenemos?"

Holt tomó una respiración profunda antes de responder. "Si queremos mantener a los Helldivers operativos y seguir defendiendo nuestras fronteras, necesitaremos hacer un movimiento audaz. Podemos intentar recuperar las rutas de suministro clave con una ofensiva bien coordinada. Si logramos una victoria decisiva, no solo aseguraríamos las líneas de abastecimiento, sino que también podríamos ganar terreno en el sector sur, lo que nos daría una ventaja estratégica."

"Eso suena arriesgado," comentó Nalek. "Pero también necesario. Gobernador, si apoyamos una ofensiva, necesitaríamos coordinarla con otros planetas aliados y solicitar más refuerzos de la Federación. Además, podríamos movilizar nuestras industrias locales para aumentar la producción de alimentos y armas en caso de que la ofensiva se alargue. Pero eso significará más presión económica y posibles recortes en otras áreas esenciales."

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