Capitulo 125: Avancen

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Desde el puente de mando del *Defiant*, Dormund observaba con una mezcla de satisfacción y fría resolución cómo su plan había salido a la perfección. Frente a él, las proyecciones holográficas del espacio mostraban el caos que se desataba en varios sistemas, donde las flotas colmenas de los Insertores se enfrentaban con ferocidad a las fuerzas del Covenant y de la Confederación. Dormund había jugado sus cartas de manera calculada, apostando todo a que las incursiones de los Insertores desestabilizarían a sus enemigos, dándoles a él y a sus aliados el tiempo necesario para reforzar sus líneas y fortificar los sistemas clave.

El puente estaba en silencio, salvo por el constante zumbido de los sistemas de monitoreo y las voces esporádicas de los oficiales transmitiendo información. Dormund, con las manos cruzadas detrás de su espalda, observaba los destellos de las batallas a través de los ojos digitales de las sondas y satélites desplegados por toda la región. Cada estallido, cada explosión masiva representaba una victoria en su tablero estratégico.

—"Almirante Dormund," dijo uno de los oficiales, interrumpiendo el silencio. "Las últimas lecturas muestran que las fuerzas del Covenant en el sistema Delta Arxius han sido completamente superadas. Las colmenas de los Insertores han tomado el control de la órbita y están procediendo con la invasión planetaria."

Dormund asintió, sin dejar de mirar las imágenes holográficas. Las naves del Covenant, masivas y tecnológicamente avanzadas, no eran rivales para las oleadas interminables de las flotas colmenas. Los Insertores atacaban sin piedad, lanzando enjambres de naves que parecían surgir de la nada, abrumando los sistemas de defensa de las naves del Covenant. Las naves del Covenant se defendían con todo lo que tenían: ráfagas de energía de plasma cortaban a través de las oleadas, derribando decenas de naves colmena en cada disparo. Pero por cada nave que caía, otras dos la reemplazaban.

Los Insertores, como era su costumbre, atacaban sin piedad, sin dar respiro a sus enemigos. Dormund sabía que esto era lo que los hacía tan formidables: su capacidad para superar a cualquier adversario por pura fuerza bruta, desgastándolos hasta que no quedara más que ruinas y cuerpos.

—"Las flotas del Covenant están intentando reagruparse," añadió el oficial. "Pero nuestras proyecciones indican que ya han perdido el 40% de su fuerza naval en ese sector. No hay señales de refuerzos significativos."

Dormund sonrió, apenas un atisbo de satisfacción en sus labios. El Covenant, esa poderosa alianza que había mantenido su dominio en tantas regiones del espacio, ahora se veía incapaz de hacer frente a la embestida de los Insertores. Las fuerzas del Covenant se encontraban en una posición desesperada. Con sus recursos desviados para hacer frente a las colmenas, su capacidad de realizar ofensivas contra la Federación había disminuido notablemente.

—"¿Y qué hay de la Confederación?" —preguntó Dormund, manteniendo la mirada fija en las imágenes de batalla.

Otro oficial se acercó con un reporte actualizado. —"Las colonias en el sistema Baxarion han sido devastadas. Las flotas colmenas entraron en la órbita del planeta Cartha hace dos días, y los informes indican que el 80% de la población ha sido eliminada o capturada para ser procesada. La Confederación está enviando naves de evacuación, pero las pérdidas son catastróficas."

Las proyecciones mostraban a las flotas de la Confederación intentando huir desesperadamente, pero las naves colmenas de los Insertores las interceptaban en el espacio, cortándoles la retirada. Las colonias, antaño prósperas y llenas de vida, ahora estaban reducidas a escombros mientras las fuerzas de los Insertores arrasaban sin piedad. En las superficies de los planetas atacados, vastas extensiones de tierra eran consumidas por los enjambres, que dejaban el suelo estéril a su paso.

Dormund sabía que las colonias de la Confederación no estaban equipadas para resistir una invasión de tal magnitud. La mayoría de estos mundos habían estado concentrados en sus operaciones económicas, con poca capacidad militar para enfrentar una amenaza tan brutal. Los esfuerzos por contener a los Insertores eran inútiles, y en cuestión de días, todo el sistema colonial de Baxarion habría caído por completo.

—"El sistema Hekalia ha informado de incursiones también," continuó el oficial. "Pero allí, las fuerzas de la Confederación están montando una defensa más organizada. Están usando sus defensas planetarias para mantener a raya a las colmenas, aunque los refuerzos aún no han llegado."

Dormund desvió su atención hacia la proyección de Hekalia. A diferencia de otros sistemas, las fuerzas de la Confederación aquí parecían haber aprendido algo de sus derrotas previas. Las plataformas orbitales estaban bien armadas y lanzaban un aluvión constante de fuego sobre las naves de los Insertores, mientras los escuadrones de cazas intentaban abrirse paso entre los enjambres. A pesar de sus esfuerzos, estaba claro que no podrían resistir mucho más tiempo.

—"Son solo cuestión de tiempo," murmuró Dormund para sí mismo. "Las flotas colmenas no conocen la derrota. Solo la destrucción."

Mientras los Insertores avanzaban, el caos se desataba entre las filas del Covenant y la Confederación. Las comunicaciones interceptadas mostraban señales de pánico y desesperación. Los comandantes del Covenant daban órdenes contradictorias mientras intentaban replegar sus fuerzas a zonas más seguras. Las naves de la Confederación, por su parte, seguían lanzando llamados de socorro que quedaban sin respuesta.

—"Los Insertores no los dejarán respirar," comentó Dormund en voz alta. "Y ese es precisamente el punto. Hicimos que se centraran en un enemigo más grande, más inmediato. Algo que no pueden ignorar."

Karst, el oficial de inteligencia de Dormund, se acercó al almirante. —"El éxito ha sido mayor de lo que esperábamos, señor. Las flotas del Covenant están colapsando en al menos tres sectores importantes, y la Confederación ha perdido contacto con varias de sus colonias. Esto les está forzando a redistribuir sus fuerzas a una escala masiva."

Dormund asintió, sus ojos fijos en las proyecciones de la destrucción. —"Esto nos dará el tiempo que necesitamos para reforzar nuestras posiciones. Y cuando llegue el momento, podremos lanzar nuestra propia ofensiva, con la ventaja de que tanto el Covenant como la Confederación estarán debilitados."

El Defiant mantuvo su curso, navegando entre los restos de lo que alguna vez fueron flotas poderosas del Covenant. Los campos de escombros flotaban sin rumbo, mientras las naves colmenas seguían su marcha implacable, moviéndose de un objetivo a otro sin pausa ni remordimiento. Dormund sabía que las batallas que vendrían serían igual de sangrientas, pero ahora, él tenía la ventaja.

—"Mantengan el curso," ordenó Dormund. "No nos detenemos hasta que cada uno de esos malditos haya sido aplastado bajo su propio peso."

Con las flotas del Covenant y la Confederación atrapadas en un fuego cruzado con los Insertores, Dormund veía la guerra girar a su favor. Y ese era el único desenlace que había planeado desde el principio.

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