Seis meses han transcurrido desde que la Federación Humana se vio envuelta en un conflicto titánico contra la Confederación de Comercio y sus poderosos aliados. La guerra ha cambiado el rostro de la galaxia, con sistemas enteros ardiendo bajo el fuego de interminables batallas y civilizaciones enteras balanceándose al borde del abismo. Sin embargo, no todo ha sido oscuro para la humanidad y sus aliados.
La intervención de la raza hegemónica de la galaxia, los Protos, ha sido un punto de inflexión en el frente norte. Las naves de la Confederación, antaño invencibles, fueron destruidas con facilidad ante la avanzada tecnología y la superioridad táctica de los Protos. Sus guerreros, conocidos por su ferocidad y su ética guerrera implacable, irrumpieron en los sistemas controlados por la Confederación, aplastando sus defensas planetarias y espaciales.
En apenas tres meses, los Protos habían tomado la mitad de los sistemas del norte que la Confederación había luchado tan duramente por controlar. Cada victoria de los Protos reducía la presión sobre las fuerzas humanas, permitiendo que se reagrupasen y fortalecieran sus defensas en los sistemas aún en disputa. Las flotas humanas, aunque mermadas, lograron detener la marea de la Confederación gracias a este inesperado, pero crucial, apoyo.
En paralelo, la guerra de guerrillas liderada por los tecnofanáticos en el norte ha sido casi erradicada. Los primeros meses fueron caóticos, con la rebelión extendiéndose por varios sistemas clave, incluida Veloria. Sin embargo, la llegada de la Almirante Xandara, quien había acabado con la rebelión en Talasa, cambió el rumbo del conflicto. Uniendo sus fuerzas a las resistencias locales y utilizando su experiencia en tácticas de contrainsurgencia, Xandara fue capaz de identificar y neutralizar las bases y células tecnofanáticas.
Aunque la guerra de guerrillas ha atrasado la total erradicación de los tecnofanáticos, la rebelión ha sido reducida a pequeños grupos dispersos que ya no representan una amenaza significativa. Los sistemas del norte, aunque aún inestables, han comenzado a reconstruirse tras el levantamiento, mientras los restos de la rebelión son perseguidos y eliminados uno por uno.
En el sur, la situación es mucho más crítica. Los tecnofanáticos que surgieron en Nebelon y Talasa han sido exterminados con eficacia por las fuerzas humanas, pero la amenaza del Covenant, una coalición alienígena con una fe fanática en la supremacía de su causa, ha probado ser una bestia completamente diferente.
El Almirante Dormund, con la ayuda de las dos flotas lunares, logró frenar el avance inicial del Covenant, que parecía imparable con sus 300 naves avanzando en oleadas imparables. Sin embargo, la victoria ha tenido un precio elevado. Las escaramuzas constantes en el sistema Platón han reducido las fuerzas del Covenant a 180 naves, pero a un costo tremendo: Dormund ha perdido el 40% de sus fuerzas de choque. La Séptima Flota Solar, junto con las fuerzas lunares, han soportado lo peor de la guerra de desgaste, enfrentando ataques sorpresa, emboscadas y feroces asaltos por parte de las naves del Covenant.
Las flotas lunares, formadas por los veteranos y poderosas naves de los Arsenales Lunares, han demostrado ser un pilar crucial en la defensa del sur. No obstante, las pérdidas han sido significativas, y el desgaste comienza a hacer mella en la moral y la capacidad operativa de las fuerzas. Las naves de transporte se mueven continuamente entre los sistemas humanos y el frente, trayendo suministros y refuerzos, pero el flujo es lento, y el enemigo sigue siendo una amenaza letal.
El sistema Platón se ha convertido en un campo de batalla infernal, donde cada día trae consigo nuevas maniobras y batallas. Los restos de las flotas lunares y la Séptima Flota Solar se han atrincherado en las zonas más defendibles del sistema, utilizando asteroides y planetas menores para lanzar ataques de desgaste contra las fuerzas del Covenant. Los Ala-X y Ala-Y han realizado innumerables misiones de bombardeo y caza, diezmando las naves menores del enemigo y manteniendo a raya a sus cazas, pero a un costo terrible.
Las fuerzas terrestres, transportadas en Aclamators y LAATs, han sido desplegadas en los pocos planetas habitables del sistema para fortificar posiciones clave y repeler cualquier intento del Covenant de tomar tierra. Estas batallas terrestres han sido brutales, con las legiones del Covenant avanzando sin cesar, pero el terreno defendido, combinado con la artillería pesada y los escuadrones de élite humanos, ha logrado mantenerlos a raya.
Sin embargo, el desgaste de la guerra es evidente. Los suministros son cada vez más escasos, y aunque las reservas de los mundos centrales están proporcionando apoyo, la presión es inmensa. Las flotas humanas se ven obligadas a rotar constantemente entre el frente y los sistemas más seguros para reparaciones y descanso, mientras que las flotas del Covenant parecen inagotables, enviando refuerzos desde lo profundo de su territorio.
La guerra ha sido larga y brutal, y aunque la Confederación y el Covenant han sufrido grandes pérdidas, la victoria está lejos de ser segura. El conflicto ha dejado a la galaxia dividida y agotada, con muchos sistemas humanos al borde del colapso. Pero la humanidad y sus aliados no han sido derrotados. Con la determinación y el apoyo continuo de sus aliados, la Federación Humana sigue luchando, decidida a ganar, no solo por su supervivencia, sino por el futuro de toda la galaxia.
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El Ascenso De La Humanidad
Science FictionDespués de que el mundo pasara por una terrible pandemia global la cual acabó con decenas de miles de vidas de todas las clases sociales y no solo eso si no que también el daño que dejó fue a a tal grado que dejó a decenas de países en quiebra. Las...