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cap 409 & 410

Capitulo 409
Hibernating and Hallucinations

José cerró de un portazo la puerta de su casa, subió las escaleras a grandes zancadas y dejó caer su mochila al suelo antes de tirarse en la cama. Enterró la cara en la almohada y gritó tan fuerte como pudo, para luego estallar en sollozos gigantescos y entrecortados que le sacudieron todo el cuerpo.

"¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué...?" sollozó, golpeando el colchón con los puños para enfatizar sus palabras.

Alguien llamó a la puerta de su dormitorio y él giró su rostro lleno de granos hacia un lado y gritó: “¡VÁYASE!”. Luego volvió a enterrar la cara en la almohada y siguió sollozando, pero esta vez sin palabras.

Recordó que ese mismo día, hacía cola en la cafetería para recoger su almuerzo subsidiado para “los pobres”, cuando el lanzador abridor del equipo de béisbol de su escuela se sentó en la mesa junto a la que él estaba haciendo cola y se rió a carcajadas de su nombre. El lanzador creía que José se había llamado así por el tequila caro porque sus padres eran muy pobres y no podían permitirse comprarlo, y que todo era culpa de José por malgastar todo su dinero.

José había apretado los puños con tanta fuerza que dejó marcas de uñas blancas en la piel de sus palmas mientras el lanzador continuaba charlando y riendo con sus amigos, uno de los miembros del equipo de baile del escuadrón espiritual colgando de su cuello.

Finalmente consiguió su bandeja de comida y estaba caminando de regreso para encontrar un asiento vacío cuando tropezó con la pierna extendida de otro de sus matones. Su acné severo, sus aparatos ortopédicos y su baja y débil estatura definitivamente no lo calificaban para unirse al grupo popular, por lo que solo podía unirse a su lista de objetivos. La escuela secundaria era así de brutal.

Alguien volvió a llamar a la puerta de su dormitorio, y luego escuchó la voz apagada de su madre, que le preguntaba si estaba bien. Su preocupación era audible, incluso a través de la puerta, así que la invitó a entrar.

"Mamá, ¿por qué me pusiste José Cuervo? ¡Ni siquiera somos mexicanos!" sollozó.

Su madre, Katrina, se rió y dijo: “Bueno, tu padre era camarero y yo era camarera en el bar en el que él trabajaba”. Envolvió su brazo alrededor de los hombros de José y lo abrazó. “Y éramos jóvenes, tontos y llenos de semen. Nos enamoramos el uno del otro casi a los pocos minutos de conocernos, y más tarde esa semana, tonteamos en el asiento trasero de su auto. Cuando descubrí que estaba embarazada…” le revolvió el cabello a su hijo, “¡entramos en pánico! Pero nunca se trató del embarazo, ya que sabíamos que pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos. En cambio, ¡entramos en pánico pensando en cómo te llamaríamos!”. Sonrió.

“Así que estuvimos pensando en nombres durante unos días y finalmente decidimos ponerte algo que nos recordara lo que nos unió. Un bar de mala muerte te trajo a nuestras vidas, pero 'The Pink Pussycat' no es un nombre apropiado. Así que decidimos ponerte el nombre de la primera bebida que alguien pidió esa noche y terminaste siendo José Cuervo. Si fueras una chica, serías Midori. Y considérate afortunado, mocoso”, se rió, “¡porque casi te pusimos Pontiac Sunfire, por el auto en el que fuiste concebido!”

“¡MAAAAA! ¡Demasiada información!”, gritó José, poniéndose rojo como un tomate.

......

[Fase costera completada. Prepárense para entrar sin energía.]

El cabo Cuervo se despertó con el tono neutro del VI en su ataúd. Odiaba navegar en frío; siempre tenía sueños realmente extraños y vívidos cuando sus implantes lo ponían en hibernación. Tampoco era una aflicción única, ya que casi todos los aprendices de segador tenían el mismo problema con su estado de hibernación. Parecía que los ponía en un sueño tan profundo que sus cerebros desenterraban los recuerdos más profundamente enterrados y los reproducían en alta definición con audio de sonido envolvente completo.