sistema tecnológico en la actualidad ( 399 - ??? )

cap 411 y 412

Capitulo 411
As Long as They're Complaining, They're Fine

La serpiente gigante siseó cuando el láser de rayos X de quince megavatios impactó en su cuerpo. El láser solo se enfocó en ella durante medio segundo, pero eso fue suficiente para causarle graves daños. Había golpeado a la serpiente en la sección media y casi de inmediato perforó las escamas más delgadas del vientre, luego se abrió camino hacia la carne y el músculo, donde la carne se sublimó casi instantáneamente en vapor, que se expandió rápidamente con la fuerza de una pequeña bomba, lanzando carne y sangre de serpiente en todas direcciones. La serpiente casi fue cortada por la mitad y aterrizó sin fuerzas sobre el cabo Cuervo, quien suspiró aliviado cuando el reptil gigante siseó por última vez.

Lo apartó de un empujón y quedó colgando sin vida sobre la rama en la que estaba recostado. Luego se encogió de hombros y murmuró: "Serpientes. ¿Por qué tenían que ser serpientes?"

José se sentó en la rama y se sacudió el polvo; su uniforme era resistente e hidrófobo, por lo que no absorbería ningún líquido, pero la idea de estar cubierto de sangre y tripas de uno de sus animales menos favoritos todavía lo perturbaba. Cayó hacia atrás de la rama e hizo una voltereta hacia atrás mientras se dirigía rápidamente hacia el suelo de la jungla rama por rama. Si no recuperaba sus armas, rápidamente quedarían cubiertas de raíces y arrastradas bajo tierra a quién sabe dónde.

Después de recuperar sus espadas, trepó de nuevo hasta donde había dejado a la serpiente y la desolló. La piel resistente le serviría bien como cinturón improvisado para la espada, así no correría el riesgo de volver a dejar caer sus armas. Si bien él mismo era un arma, gracias a tener tantas cuchillas implantadas era prácticamente un puercoespín, la distancia de seguridad que proporcionaban incluso las armas cuerpo a cuerpo evitaría muchas lesiones. Después de todo, a seis semanas de que terminara su misión, cada lesión que evitara significaba que sus probabilidades de supervivencia aumentaban exponencialmente.

Cortó la piel de serpiente en tiras y la trenzó para formar un cinturón con una correa de arnés que rodeaba su cintura y subía por su torso hasta el hombro derecho. Habría sido mejor si pudiera curtir la piel para convertirla en cuero, pero la necesidad obliga cuando el diablo manda, así que se las arreglaría con cuero crudo rígido. Al menos la combinación de cinturón y arnés le permitiría reposicionar sus espadas para desenvainarlas desde la cadera o hacia atrás en caso de que necesitara mantenerlas fuera del camino.

Después del breve interludio con la serpiente, continuó forjando un camino y cartografiando su entorno. Su piel era capaz de extraer y filtrar agua de la atmósfera, su metabolismo podía ajustarse para controlar su hambre y la microcomputadora cuántica de su cerebro podía estimular y restringir su glándula hipotálamo, para que no sintiera demasiado frío o calor. Incluso podía tolerar las duras condiciones del espacio profundo durante hasta una hora antes de que su salud comenzara a verse afectada, si era absolutamente necesario.

Por lo tanto, las reglas habituales de supervivencia ya no se aplicaban a él, especialmente en un planeta exuberante como en el que se encontraba ahora. No necesitaba ni agua ni refugio y podía sobrevivir con prácticamente cualquier material orgánico. Puede que no fuera sabroso y que no le proporcionara todo lo que necesitaba, pero durante seis semanas... la corteza de los árboles sería suficiente como alimento.

Lo que sí necesitaba era un lugar seguro para descansar. Su microordenador cuántico podía regular su función de sueño, permitiendo que la mitad de su cerebro descansara mientras la otra mitad estaba activa, pero esa no era una solución a largo plazo. La fatiga lo alcanzaría y tendría que dormir profundamente y sin interrupciones durante al menos unas horas cada cuatro o cinco días.