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cap 425 y 426

Capitulo 425
Thirty Minutes to Midnight

Como un virus, las protestas no hicieron más que multiplicarse día a día, desde que Aron había impulsado con fuerza su propuesta de imperio. Esto estaba empezando a molestar especialmente a Nyx, ya que sabía que tenía que haber alguien detrás de todo esto, pero ninguno de sus monitores los había descubierto todavía.

Parecía que habría un período de dentición mientras el mundo se adaptaba al nuevo orden.

Pero a pesar de todas las protestas, todavía había gente que apoyaba el plan de Aron. En realidad, había cuatro categorías en las que se clasificaba a la gente: aquellos que odiaban absolutamente todo lo relacionado con el plan del imperio, aquellos a quienes les disgustaba hasta el punto de caer víctimas de incitaciones y se unieron a las protestas en su contra, aquellos a quienes no les gustaba el plan pero apoyaban al propio Aron, y aquellos que estarían felices de ver que se formara el imperio.

La mayor parte del apoyo de Aron provino de naciones que padecían una pobreza abrumadora, una corrupción y opresión gubernamentales desenfrenadas y otras condiciones negativas que afectaban su vida cotidiana. La forma en que Aron había enaltecido tanto a Eden como a Esparia había dado a los ciudadanos oprimidos del mundo la esperanza de que él podía hacer lo mismo por ellos.

Eden y Esparia fueron los mejores anuncios publicitarios para Aron, ya que estaban en la misma situación hace apenas unos pocos años, sufriendo dictaduras brutales y corruptas y la opresión del mundo en general. Su reciente cambio y rápido ascenso en los últimos años parecía casi mágico, como si todo lo que Aron tuviera que hacer fuera agitar una varita mágica y todos a su alrededor se levantarían de la tierra y recuperarían su dignidad. Y eso sin que él tuviera el control directo sobre un país; ¿qué más podía hacer si en realidad era él quien tenía el control exclusivo?

Y con esos pensamientos en mente, los partidarios de Aron también salieron a las calles y organizaron contraprotestas en apoyo de su agenda, que se había vuelto inevitable con la ratificación de la nueva constitución. En pocos días, ocuparía oficialmente su lugar como emperador de la humanidad.

Lo único que podría detenerlo ahora sería si el mundo de repente dejara de girar.

Además de las personas que apoyaban y estaban en contra de Aron, había otro grupo mucho más pequeño de personas. Eran personas mucho más tranquilas y racionales, y estaban absolutamente convencidas de que no había forma de detener a Aron, sin importar lo que intentaran hacer para evitar que el cambio se produjera exactamente en el momento previsto.

Herschel y Virginia Rothschild fueron dos de esas personas.

"Me pregunto cómo lo hará", le dijo Herschel a su esposa, que estaba sentada a su lado.

"¿Hacer qué, exactamente?" preguntó Virginia.

"Bueno, tiene que hacer muchas cosas en un período de tiempo increíblemente corto." Herschel empezó a contarlas con los dedos, un hábito que había adquirido de su esposa durante las últimas décadas de matrimonio.

"Él necesita implementar el gobierno…" Un dedo se levantó.

"Al mismo tiempo, necesita implementar la nueva constitución y hacerla cumplir..." Se levantó un segundo dedo.

"Y necesita publicar un Código Universal de Derecho Imperial y enseñárselo a abogados, jueces y policías" continuó, levantando dos dedos más.

“También debe haber directrices para cada agencia imperial, así como para los ministerios…” Se levantaron otros dos dedos.

"Y tiene que seleccionar, nombrar, reorganizar y formar a todos los millones y millones de nuevos empleados del gobierno" Herschel miró fijamente su mano, pues ya no tenía más dedos con los que contar. "Pasarán años hasta que todo eso ocurra. Años durante los cuales surgirán aún más variables. Así que parece que está asumiendo una tarea imposible. ¿Realmente se ha propuesto más de lo que puede masticar, o simplemente está tan seguro de que puede lograr lo imposible? ¡Ese chico me hace doler la cabeza!"