Capítulo 54

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- Hola mamá -saludó Cloe entrando a la cocina recién levantada.

- Buenos días bella durmiente -comentó la rubia mientras miraba la hora que era en el reloj de la cocina, pero evitaba hacer cualquier otro comentario al respecto.

Era excesivamente tarde para despertarse, por mucho sábado que fuese, de hecho, apenas tenía sentido desayunar, pues Mimi ya estaba preparando el almuerzo. Aún así, la madre prefirió dejarla hacer sin entrometerse en su vida, pues tampoco era algo habitual en ella y ya era suficientemente mayor como para saber que no debía levantarse a esas horas. Además, que desde el incidente con Lola, hacía ya un par de semanas, la rubia andaba con la mosca detrás de la oreja, notando que su hija no estaba bien y con el presentimiento de que algo había ocurrido.

- Buenos días Cloe -saludó Naira, que estaba sentada en un extremo de la mesa mientras hacía tiempo antes de comer. Nunca lo hacía, pero sintió que debía ser amable con ella, pues no se había podido sacar de la cabeza la conversación con Emma la noche anterior y temía que algo no andaba del todo bien.

- Buenos días -respondió la chica extrañada, pero sin darle mucha más importancia- ¿Me pasas el pan? -le pidió desde el otro extremo de la mesa mientras se servía un vaso de zumo de naranja.

- Toma -se levantó la morena para acercarle una de las barras de pan que había ido ella misma a comprar.

- No te lo vayas a comer todo, que el pan es para el almuerzo, no para tu desayuno -le advirtió Mimi.

- Da igual, si yo no voy a almorzar -respondió la chica- Me llevo esto arriba, que ya veo que molesto -añadió mientras se levantaba y cogía su vaso y el trozo de pan.

- ¿Cómo que no vas a almorzar? -le preguntó la madre confundida- ¿Comes fuera? -trató de adivinar.

- ¿Puedes subir luego a mi habitación? Después de comer -le pidió Cloe yéndose de la cocina antes de que le respondiese.

Mimi miró a Naira confundida, tratando de buscar en ella la respuesta a lo que estaba pasando con la mayor, pero la cara de su hija era exactamente la misma que la suya. Ambas sabían que algo le ocurría a Cloe, pero ninguna de las dos sabía el que.

- Naira, ¿dónde está la tienda para arreglar la tablet? -apareció de repente Ana, junto a Emma, en la cocina.

- En el centro comercial, delante del Zara, no me acuerdo cómo se llama -le respondió la chica olvidando lo que acaba de pasar, al igual que hacía Mimi, quién ya regresaba a seguir preparando el almuerzo.

- Vale, pues iremos esta tarde con Emma, a ver si se la pueden arreglar -le dijo la madre- Nos acompañas y le dices lo que hay que arreglar -le pidió a Naira, aunque realmente tampoco le dejó opción a decir que no a aquello.

- Hay que arreglar la pantalla, está rota, no funciona lo táctil -respondió algo confundida. No creía que la fuesen a necesitar para nada, pues ella no era una experta en tecnología, ni mucho menos.

- Ya, ya, pero es que yo no entiendo de estas cosas, ya lo sabes Naira. Ven con nosotras y se lo explicas tú -insistió de nuevo.

- Bueno, pero Emma lo sabe -respondió la chica que no sabía ya como quitarse a su madre de encima sin sonar muy borde, pero es que aquella era su tarde de salir con sus amigas y no quería desaprovecharla con una tontería como aquella- Yo ayer se lo expliqué todo y le hice la copia de seguridad y lo entendió todo, ¿a que sí? -interpeló a su hermana pequeña.

- No sé -respondió Emma mirando a su madre y sabiendo que no era momento de llevarle la contraria.


Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora