Capítulo 103

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- Chicas -saludó Ana tras llamar a la puerta del cuarto de su hija- ¿Van a querer cenar algo? -les ofreció, pues ya se había hecho tarde y pensó que tal vez sería mejor que cenasen antes de irse a casa- Mimi está preparando pasta -añadió informándoles cual era el menú de ese día.

- ¿Ya es la hora de cenar? -preguntó sorprendida Ángela.

- ¡Ahí va! Pero sí ya son las ocho -se sorprendió Mónica al ver la hora en su móvil.

- Pues nosotras nos tenemos que ir ya Ana, tenemos que estar a y media en casa -añadió Claudia levantándose algo apresurada, pues ya iban justas de tiempo- Muchas gracias igualmente -le agradeció por el ofrecimiento.

- ¿Os vais todas pues? ¿Queréis que os acerque con el coche? -se ofreció la mujer, aunque lo iba a hacer de todas formas.

- Yo en realidad me puedo quedar -respondió Maca algo apurada, pues era un poco raro quedarse cuando todas se iban, pero realmente quería quedarse dándole compañía a su amiga un rato más.

- Pues bajad a avisar a mamá de que se va a quedar, para que haga un poco más de comida -dijo Ana dirigiéndose a su hija y sin poner ningún problema.

No pasaron más de cinco minutos hasta que la mujer se fue con las otras tres amigas. Siempre lo hacía, pues le gustaba que el resto de padres hiciesen lo mismo con sus hijas, así que aquello era lo mínimo que podía hacer después de que se pasasen la tarde animando a su hija. Estaba siendo un día diferente, y sabía que las aún quedaban unos días complicados para Sofía, pero la morena se quedó con buen sabor de boca al marcharse de casa dejando a la rubia con una sonrisa en la cara.

- Mirad que buena pinta, ¿eh? -comentó Mimi orgullosa enseñándoles a las chicas la salsa que estaba preparando para acompañar a los espaguetis- ¿A ti te gusta la salsa de tomate? -le preguntó a Macarena.

- Sí y huele muy bien, la verdad -admitió sin dejar de mirar como preparaba la comida, pues se moría de ganas de empezar a cenar.

- Te va a encantar, esta buenísima -le aseguró Sofía- Mamá, una pregunta, ¿Maca se puede quedar a dormir? -soltó de la nada mirando a su amiga con una sonrisa.

Para que mentir, ya lo habían hablado esa mañana en clase, y aunque ambas querían, sabían que sería un poco difícil convencer a sus madres, pues al día siguiente había clase. Aún así, la rubia decidió probar suerte ya que no tenía nada que perder.

- Si a ti te dejan sí, claro -respondió Mimi dirigiéndose a Macarena sin ni siquiera pensárselo ni un segundo- ¿Con quién estás hoy? -le preguntó.

- Con mi madre, me ha dicho antes que si vosotras dejáis a Sofi puedo quedarme -le dijo la chica desvelando que aquello no era para nada algo improvisado.

- No sois listas ni nada vosotras dos, ¿eh? -comentó Mimi mientras negaba con la cabeza- Inés, hija, por favor -llamó entonces la atención de su hija, quién ya llevaba un buen rato armando jaleo de fondo- Acabamos de empezar noviembre, ¿tienes que estar cantando villancicos ya? -le preguntó algo desesperada por aquel espíritu navideño que se había apoderado de su pequeña.

- Sí, es que estoy practicando para mi concierto, es el veinte de diciembre y vamos a cantar muchas canciones de Navidad -respondió la niña entusiasmada y sin entender que su madre le estaba pidiendo que parase de cantar, ni que fuese un rato.

- Jope, pues yo quiero quedarme sorda -se quejó Lola tapándose las orejas con las manos, pues llevaba toda la tarde escuchando a su hermana y claramente ya no aguantaba más.

- ¡Lola, no seas boba! -rió Sofía al escucharla.

- No soy boba, yo no no quiero escucharla cantar nunca más -insistió la rubia molesta al ver que su hermana no se la tomaba en serio.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora