Capítulo 152

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- Vamos a ver -irrumpió Mimi en el salón.

La mujer parecía muy decidida y segura de sí misma, pues realmente lo estaba. Su hija llevaba media tarde tirada en el sofá junto a su supuesta amiga y ella ya no aguantaba más aquella situación estúpidamente incómoda. No tenía ningún sentido seguir fingiendo e incomodando a Naira, cuando ya lo sabían todo y no había ningún problema.

- ¿Qué pasa? -respondió la morena pausando la película que estaban viendo en el televisor para poder atenderla mejor y no perder detalle de la historia.

- ¿Cómo os lo digo? -se preguntó subiendo la mirada, tratando de que se le ocurriese algo en aquel preciso momento, porque sí, estaba claramente decidida, pero no tenía ningún plan- Vosotras os creéis que yo estoy tonta, ¿no? -se preguntó acompañada de una ligera risa, sin pretender asustar a ninguna de las chicas- A ver, que un poco lo soy... -admitió- ¿Pero tanto? -les preguntó.

- Mamá, no te estoy entendiendo -confesó Naira un poco avergonzada por la situación, pues era bastante incómodo que su madre le echase la bronca delante de su novia.

- Niñas, que no me gusta que os despeguéis cuando me escucháis bajar -les dejó claro a lo que se refería.

Exactamente eso era lo que acababan de hacer las chicas un par de minutos atrás. A pesar de que aún hacía mucho calor, Sara y Naira se habían acurrucado en una esquina del sofá para ver la película. No era nada exagerado, ni siquiera sorprendente, para la madre, y precisamente por eso a la madre le molestaba que se lo ocultasen.

- La madre que os trajo a las dos, ¿pero qué os pasa? -les preguntó- ¿Qué diablos os pensáis que os voy a decir? -añadió acompañada de una gran carcajada, y es que seguía sin entender aquella vergüenza ridícula tan propia de adolescentes.

- Mamá -respondió Naira.

- No, tranquila, no hace falta que digas nada -la cortó Mimi sin pretender entrar en una discusión, pues esa jamás había sido su intención- Pero coño, que os beséis cuando os dé la gana y que os acurruquéis en el puto sofá como lapas si hace falta. Que os quiero ver felices, en mi casa, sin ocultaros de nada -les dejó claro finalmente.

Las dos chicas se miraron con una sonrisa cómplice. Realmente ninguna de las dos temía que Mimi o Ana pudieran molestarse por su relación, pero ciertamente les encantó escuchar aquello. Al fin y al cabo, ambas habían tenido muy mala experiencia con la reacción de Bruno, así que agradecían que por fin alguien les dedicara unas bonitas palabras.

- A eso me refiero -insistió la rubia al verlas reír con naturalidad- Venga, tortolitas, os dejo solas, que parecéis tontas -añadió retirándose del salón, pues ya había cumplido con su objetivo y no quería distraer más a las chicas.


🖤🖤🖤


- Nai, ven -apareció Inés en el cuarto de las mellizas reclamando a su hermana.

- Sí, ¿qué pasa? -le preguntó la chica mientras se acercaba a ella.

- No, aquí no puedo -respondió la pequeña mirando a la rubia, queriéndole decir a su hermana que esta no podía escucharlas- Ven -insistió cogiéndola de la mano para llevársela a otro sitio.

Naira obedeció, aunque un poco fastidiada por la interrupción. No era nada importante lo que estaba haciendo en su ordenador, así que pudo permitirse el lujo de acompañar a su hermana hasta su habitación para que le explicase aquello tan importante para ella.

- Venga Inés, que así ya no nos oye nadie -le dijo la mayor al ver que la niña se acercaba a la ventana, dispuesta a bajar las persianas, pensando que por allí aún alguien podría verlas o escucharlas- ¿Qué es eso que quieres contarme? -le preguntó para qué fuese al grano.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora