Capítulo 9

775 77 27
                                    

- ¿Estás nerviosa? -le preguntó Mimi a su hija mientras dejaba todas sus cosas en la sala de profesores y la rubia la observaba algo superada por la energía que derrochaba a esa hora de la mañana.

- Bueno... -respondió Sofía, quien ciertamente estaba tan dormida que ni siquiera se preocupaba por aquello.

- Yo sí -admitió la madre.

- Supongo que es más difícil ser profe que ser alumno, ¿no? Yo solo me tengo que sentar y escuchar al profesor, y tu tienes que controlar a veinte niños -reflexionó la chica.

- No estoy nerviosa por mi tonta -rió Mimi al ver que no la estaba entendiendo- Llevo haciendo esto media vida, lo estoy por ti -le explicó.

Aquello le pareció un gesto de lo más tierno por parte de su madre, aunque tampoco le extraño, ella siempre había sido así, y aunque algunos la tacharan de distraída, de sus hijos procuraba estar siempre muy pendientes.

Y así era, esa mañana había muchas cosas y muchas primeras veces en la cabeza de la rubia que la hacían ir como un torbellino. Era un día especial, siempre lo era el inicio de curso, y quería que saliese todo bien, para ella, pero sobretodo para todos sus hijos.

- Estaré bien mamá -respondió Sofía quitándole importancia a aquello.

Al fin y al cabo iba a pasar un rato de nervios, y eso era inevitable, le hubiese pasado a cualquiera en su situación, pero era una chica encantadora y lo más probable era que ese mismo día ya a encontrase a alguien que pronto pudiese llamar amigo.

- No lo dudo, ya me encargaré yo de eso -añadió Mimi ejerciendo un poco el papel de madre sobre protectora, algo que no solía hacer, porque no era muy partidaria de ello, pero en ocasiones le era inevitable.

- Sin pasarse mamá, ¿eh? -le advirtió su hija- Quiero ser una persona normal -le pidió nuevamente algo que le había comentado ya infinidad de veces.

Quizás el mayor miedo que tenía la rubia en esa nueva etapa era que alguien se enterase que su madre era profesora en ese mismo colegio. No quería para nada del mundo qué pudiesen pensar que ella tenía algún trato de favor o que la iban a tratar distinto por ser hija de Mimi, ella solo quería pasar desapercibida allí dentro.

- Venga, no seas dramática, ya sabes que tu madre es muy discreta -bromeó Mimi, porque evidentemente esa palabra no la describía para nada- Vamos, levanta -le pidió al ver que se había sentado en una silla- ¿Te vas a dormir aquí o que?

- Tengo sueño -se quejó sin hacer caso y quedándose allí.

- Yo también, tu hermana hoy no nos ha dejado dormir -le explicó para seguir dándole conversación a su hija.

- ¿Por? -preguntó Sofía.

- Pues no lo sé, estaba tontita y no quería dormir si no era en brazos, yo creo que se olía lo que se venía hoy -comentó la madre sacando sus propias conclusiones.

- ¿No te da pena dejarla a la guardería? -le preguntó su hija, a quién verdaderamente su hermana le parecía demasiado pequeña para ir allí.

- Ya sabes que Teresa es como de la familia, os ha cuidado a todos desde bebés -le recordó a la chica- Y mami y yo tenemos que empezar a trabajar, ya sabes que mami ha apurado al máximo sus permisos, pero ya le toca empezar a ir un poco a la Universidad -le explicó algo que comprendió perfectamente- Pero no te preocupes que solo estará allí cuatro horitas, y también está bien que se junte con otros niños -terminó.

- Supongo que sí, eso es lo mejor para todos, pero yo creo que si que os echara mucho de menos hasta que se costumbre a ir allí -comentó Sofía.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora