Capítulo 101

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Las madres no tardaron más que unos segundos en plantarse en la habitación de su hija. Ninguna de las dos podía ni siquiera imaginar que era lo que había sucedido, pero ambas se mostraban muy preocupadas, pues el tono de voz que había usado Emma les indicó que era algo grave y cuando llegaron allí, pudieron comprobarlo con sus propios ojos. Sofía seguía tumbada en la cama, tal y como se la había encontrado su hermana unos minutos atrás, y continuaba llorando, pero su llanto era algo más calmado y menos ahogada.

- Ey, Sofi -se acercó Mimi cautelosa hasta la cama- ¿Qué ha pasado? -le preguntó sin entender nada mientras le acariciaba el cabello y le apartaba algunos mechones de su cara.

- Mamá -balbuceó la chica subiendo su mirada para encontrarse con los ojos de la rubia- No quiero -añadió queriéndole decir que aún no quería contarle que era lo que la tenía así.

- No pasa nada mi niña, no hace falta que nos lo expliques ahora mismo, podemos esperar -intervino Ana.

La madre, que también se había acercado hasta allí y se encontraba sentada en los pies de la cama, alargando su brazo para alcanzar a agarrarle la mano a su hija, comprendía perfectamente que no era el mejor momento para hablar. Estaba claro que les terminaría explicando lo que había pasado antes de que se acostasen, pero en aquel momento únicamente necesitaba llorar y sentirlas cerca, y eso tampoco estaba mal.

- Mami -balbuceó la rubia cuando notó también el calor de su madre acariciando su mano.

Durante aquellos eternos minutos de incertidumbre e impotencia, pues era lo único que podían sentir las madres al verse incapaces de hacer algo más por su hija, a ambas se les pasaron mil cosas por la cabeza. Y sí, estaba vez si se plantearon la posibilidad de que hubiese ocurrido algo con Paula, pues por pocas cosas y personas Sofía era capaz de llevarse un disgusto de aquel calibre.

- Gracias -les dijo la chica, cuando por fin logró juntar las fuerzas para incorporarse y pudo darles un abrazo conjunto a sus madres- Esto, lo que ha pasado es que... -trató de explicarles aquello, no sin antes subir la mirada y percatarse de que Emma estaba apoyada en el marco de la puerta, pendiente de lo que estaban haciendo y diciendo, algo que le hizo esbozar momentáneamente una ligera sonrisa- Hemos terminado, Paula y yo ya no estamos juntas, lo hemos dejado -les dejó más que claro, quizás tratando de convencerse también a si misma que aquello era real.

- ¿De verdad? -no pudo evitar preguntarse Ana realmente sorprendida nada más escucharla- Lo siento muchísimo -añadió mientras le daba un fuerte abrazo, pues realmente tampoco tenía mucho más que decir a parte de lo que era obvio.

Por el contrario, su mujer no dijo absolutamente nada, pues se quedó en silencio tratando de procesar aquella información. No estaba triste, no estaba enfadada, ni siquiera estaba disgustada, no sentía absolutamente nada, estaba en completo shock y se encontraba incapaz de asumir aquella noticia. Ana no tardó nada en darse cuenta de aquello, y poco le extrañó que hubiese reaccionado así, pero por suerte, su hija estaba tan desganada que ni siquiera se paró a mirar que hacía Mimi, pues si se hubiera dado cuenta de ello se habría disgustado mucho más.

- ¿Quieres contarnos que ha pasado? -le preguntó Ana a su hija, mientras le indicaba a Emma con la mirada que se acercase con ella, pues ya no tenía ningún sentido que esperase prudente en la puerta cuando podía sentarse con ellas a apoyar a su hermana.

- Es que no lo sé ni yo -admitió cabizbaja al recordar todo lo que había pasado aquella tarde en el parque- Ha sido todo tan de repente, así sin más. Lo único que me ha dicho es que he cambiado, bueno, que todo ha cambiado, dice que por eso nos hemos distanciado mucho en los últimos lejos. Ahora ella quiere hacer otras cosas, cosas que según ella son de mayores maduros, pero yo no quiero -trató de resumirlo lo mejor que pudo, aunque realmente le costó trabajo lograrlo- Vamos, que me ha dejado porque dice que soy una niña y ella se cree muy mayor por hacer cosas que no debe -añadió aún sin saber muy bien el verdadero motivo de todo aquello.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora