Capítulo 139

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- ¡Hola! -saludó Naira efusivamente.

Aquello no dejó indiferente a Ana, pues normalmente su hija no salía saludar con tantas ganas, así que se apresuró a bajar las escaleras para que le contase lo que había sucedido. Era obvio que traía buenas noticias, y quería ser la primera en enterarse.

- Sí que te has distraído, ¿eh? -comentó la morena- Dime que al final te has animado -añadió mirando el monopatín que colgaba debajo del brazo de su hija.

- Pues sí -asintió sin poder evitar dibujar una gran sonrisa, después de todo lo ocurrido estaba muy feliz por ello- He estado patinando un buen rato y sin miedo -le explicó emocionada.

- Y que rato -añadió Ana, quien pudo calcular que había estado casi tres horas fuera de casa, algo de lo que Naira no parecía haberse percatado- Al final lo has logrado tu sola, ¿lo ves? -comentó sin querer olvidarse de felicitarla por aquello, pues sabía que le había costado dar el paso.

- Bueno, en realidad... No ha sido sola -la corrigió Naira dejándola confundida.

- ¿Cómo? -le preguntó la madre sin probar ni siquiera con algún nombre, pues no tenía ni idea.

- Es que me he encontrado a Maca por la calle y ella me ha acompañado a buscar el skate y luego hemos estado montando juntas un ratito -le aclaró la chica sus dudas, pues en realidad se estaba muriendo de ganas de soltarlo.

Naira estaba doblemente feliz, pues no era únicamente su vuelta a patinar lo que le hacía sentirse tan bien. El hecho de que aquel encuentro casual con Maca hubiese terminado en una de las mejores tardes desde su vuelta a casa también sumaba algunos puntos. La morena estaba orgullosa de haber sido capaz de enfrentarse ella sola al miedo de conocer a alguien, y no era para menos, pues aquello se le había dado francamente bien.

- Anda... Pues no sabía yo que Maca patinaba, nunca lo hubiese imaginado -comentó Ana sorprendida de que justo aquel deporte hubiese terminado por ser el nexo de unión entre las chicas.

- Es que ella no monta, le he enseñado yo hoy -respondió Naira con una sonrisa orgullosa, pues aunque fuese poco, había conseguido que Macarena recorriese algunos metros encima del monopatín, y eso ya era suficiente motivo de celebración.

- Así que ahora eres profesora -asintió gratamente sorprendida- ¿Y eso? -se preguntó la madre queriendo saber que le había hecho cambiar su actitud hacía la amiga de su hermana- Sofía estaba preocupada porque no encajabais demasiado bien -le recordó una conversación que habían tenido unos días atrás.

A esas alturas, no era ningún secreto para nadie el hecho de que el primer encuentro entre las chicas no había sido el esperado, y todo el mundo vaticinaba que aquello seguiría así por lo menos durante unas semanas. Pero finalmente no fue así, ambas le tenían una grata sorpresa guardada a la rubia.

- Es que no nos conocíamos a penas -se excusó Naira un poco avergonzada de haber prejuzgado a la chica- Es muy maja y me cae muy bien -admitió- ¿Sabes? Me ha dicho que vamos a ir a la misma clase -le informó con una gran sonrisa.

- ¿Estarás contenta? Eso está genial, ahora ya tienes una amiga en clase, ¿no? -se alegró Ana quitándose un peso más de encima, pues sabía que con aquello a su hija se le iba a hacer menos cuesta arriba la vuelta a clases.

- Sí -asintió la morena estando segura de poderla llamar así- Subo arriba a decírselo a Sofi, ¿vale? -añadió dando por terminada la conversación.

- Espera, que yo aún no he terminado -la frenó la madre-Naira, me gusta mucho verte feliz -le dijo apartándole un par de mechones de la cara y resistiéndose a darle un abrazo.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora