Capítulo 100

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- En serio no puedes venir Sofi? -se preguntó Mónica algo sorprendida, pues ella nunca fallaba a su plan de viernes tarde.

- Es que he quedado con Paula -le explicó la rubia- La semana que viene voy sí o sí -les prometió a sus amigas.

- Oy, las tortolitas -se burló Maca de aquello, lógicamente bromeando, pues realmente le encantaba la pareja que hacían sus dos amigas- Pásalo bien, mañana si nos vemos, ¿no? -se aseguró antes de despedirse de ella.

- A las cinco donde siempre -asintió Sofía- ¡Hasta mañana! -se despidió cuando ya empezaba a andar, algo apresurada.

Sabía que ya llegaba tarde, pero también era obvio que su chica la iba a perdonar, aún así no la quiso hacer esperar más. Anduvo rápidamente y algo nerviosa el par de calles que separaban su colegio del parque donde habían quedado. Esa tarde no había de pasar nada, pero Sofía siempre se ponía algo inquieta antes de verla, quizás porque seguía enamorada igual que el primer día.

- ¡Bú! -trató la rubia de asustar a su chica apareciendo por detrás del banco donde esta estaba sentada y embobada con su móvil- Jo, no te has asustado -se quejó al ver que esta se quedaba indiferente ante aquello.

- Es que lo has hecho muy mal -respondió esta con una ligera risa, pues realmente le había hecho más gracia que miedo- ¿Quieres ir allí? -le propuso señalando un banco que había en la esquina opuesta a la que estaban del parque- Se me había olvidado que esto estaría repleto de niños -añadió sintiéndose algo tonta, pues quién sino iba a estar en el parque un viernes después de clase.

- Mejor -asintió Sofía concordando con aquello- Con la suerte que tengo aún me van a dar esos niños con el balón -añadió bromeando mientras Paula se levantaba y ambas empezaban a andar hacia allí- ¿Sabes? Te he echado de mucho de menos estos días -comentó mientras abrazaba a su novia por la cintura de forma cariñosa.

Le encantaba hacer aquello, a pesar de que sabía que a Paula le daba un poco de vergüenza que lo hiciese, pero ella no podía estarse de demostrarle todo lo que la quería, fuera en público o en privado. Aunque esa vez todo fue diferente. La chica, en lugar de hacer cualquier comentario bobo, junto su mano con la de la rubia y apretó fuerte, como si sintiese que esta se fuese a ir corriendo en cualquier momento.

- Supongo que tú también, ¿no? -bromeó Sofía al notar aquello. Sabía que hubiese sido mejor disfrutar de aquello en silencio, pero aquellas tonterías la ponían tan nerviosa que era capaz de hacer o decir cualquier cosa para calmarse un poco.

- Si lo sabes para que preguntas -respondió Paula ya separándose de ella y sentándose en el banco, para que su chica lo hiciese junto a ella- Esto... -respiró hondo antes de continuar, como si fuese a decir algo difícil o que no había dicho nunca antes- Sofi, te quiero, te quiero mucho -le dijo a la rubia sin dejar de clavar su mirada en los ojos verdes de la chica, aquellos que la tenían enamorada desde el principio de los tiempos.

- Y yo también, muchísimo -respondió la otra con la misma emoción, pues realmente le estaba pareciendo muy bonita aquella declaración de intenciones, tanto que decidió lanzarse para darle un beso.

Parecía una escena de película, y realmente lo fue. La rubia se balanceó sobre su chica, para darle el ansiado beso que llevaba guardando desde que se habían encontrado unos pocos minutos atrás, y la respuesta que recibió no la dejó para nada indiferente.

- No Sofi, ahora no -se apartó Paula como pudo sorteando aquel beso y aquel amago de abrazo.

Fue tal la sorpresa de la rubia que no pudo ni pronunciar una respuesta. Se quedó mirando con algo de miedo a la morena, quién había bajado su mirada, tratando de no cruzar sus ojos con los de su chica, porque sí sentía muchísimo miedo. Sofía pensaba que había hecho algo mal, muy mal, y lo peor es que no sabía el que.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora