Capítulo 75

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- Pon este en rosa y luego pones el otro en lila, ¿vale? -le pidió Lola a su hermana mientras miraba cómo escribía lo que habían acordado unos segundos atrás.

- Hay más colores, ¿eh? -le recordó Emma a la rubia mientras obedecía a sus directrices, pues sabía que era mejor no llevarle la contraria y realmente a ella le daban igual los colores, le gustaban todos.

- Mira lo que estamos haciendo -increpó la niña a Lucía cuando la vio pasar por su lado, camino a la cocina.

- Ala, ¿y esto? -les preguntó sorprendida por el despliegue de medios que había en la pequeña mesa del salón.

Y es que realmente había un buen lío. La mesa estaba llena de rotuladores, colores, recortes de papel, pegatinas, purpurina y otras decoraciones varias, algunas de ellas ya en el suelo.

- Están haciendo un álbum con las fotos que nos hemos sacado este año -le respondió Ana en su lugar, quién las vigilaba a lo lejos desde el sofá, sin querer mirar mucho la que estaban montando para no entrar en pánico- Lo hacen todo ellas, así se entretienen un poco -añadió dejando claro que, a pesar de ser el primer día de vacaciones, ya estaba un poco harta de ellas.

- Sí, yo estoy escribiendo con estos rotuladores los días y Lola está poniendo algunas pegatinas para que quede más bonito -le explicó Emma- Bueno, y también se las pone en la cara -añadió riéndose al ver que tenía la frente llena de estrellitas plateadas.

- Ya veo ya -rió la chica mirando el desastre que tenían montado.

- Aquí tenemos las fotos, las imprimió mamá el otro día -le explicó la rubia mientras cogía aquel montón de fotografías- Tu también sales, mira -le dijo pasando algunas fotos hasta que dio con una donde estaba ella.

- Anda -se sorprendió Lucía al verse retratada allí.

Era una foto de lo más normal, donde salían algunas de las hermanas y ella, de una tarde calurosa de verano, pero cierto fue que le hizo una ilusión tremenda aquel detalle. Desde el primer momento le habían asegurado que sería una más de la familia, y aunque siempre había valorado aquellas palabras, cuando se lo demostraban aún era más gratificante. Sobretodo cuando lo hacían las pequeñas, porque sabía que no lo podían fingir, que lo sentían de verdad.

- ¿Te gusta? -se preguntó Emma.

- Claro -asintió la otra sin dudarlo.

- Pues tenemos muchos álbumes, pero no están hechos a mano, los otros los ha hecho mami con el ordenador -le explicó Lola- ¿Los quieres ver? -le preguntó ya olvidándose de lo que estaba haciendo y levantándose para ir a por ellos.

- Mejor terminad esto antes, ¿no? -le sugirió su cuñada- Que menuda habéis montado aquí con los rotuladores, las pegatinas y la purpurina -añadió mientras observaba de nuevo el desastre de mesa que había, sin saber aún si alguien iba a ser capaz de limpiar todo aquello sin desesperarse.

- Yo ya me he cansado -dijo Inés pronunciándose por primera vez desde que había llegado la chica, aunque a nadie le sorprendió, pues llevaba ya un buen rato dando tumbos y quejándose, tratando de llamar la atención de sus hermanas mayores.

Y era completamente normal, ella aún era pequeña para concentrarse demasiado rato en la misma tarea, y aunque había empezado con las mismas ganas que sus hermanas, todas ellas ya se habían esfumado hace rato.

- Jo Inés, si solo vamos por abril -se quejó Lola al escucharla.

- Sí queréis seguid vosotras chicas, pero dejad a Inés si no quiere -intervino Ana evitando que aquello terminase en una riña absurda.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora