Capítulo 106

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- ¡Abuela! -chilló Inés al ver a Inma entre todos los familiares de sus compañeros, quiénes se acumulaban en el vestíbulo del teatro después del concierto- ¡Estás aquí! -añadió mientras hacía una carrera hasta ella- No te he visto desde el escenario -comentó sorprendida por su presencia mientras le daba un fuerte abrazo.

No esperaba encontrarla, quizás por eso mismo tampoco se esforzó mucho en buscarla entre el público. Sabía de sobras que su abuela llegaría el domingo y ni siquiera se le había pasado por la cabeza imaginar que pudiese adelantar su viaje para verla en su concierto, aunque eso era exactamente lo que había sucedido.

- ¿Cómo iba yo a perderme tu concierto de Navidad? -se preguntó la mujer dejando claro que aquello no era una opción para ella- Si es que eres una artista, lo has hecho muy bien -la felicitó llenándola de besos y estando muy orgullosa de ella.

Todos los presentes sabían que la abuela iba a estar contenta lo hiciese como lo hiciese, pero lo cierto era que a la pequeña Inés aquello de cantar se le daba sorprendentemente bien. Y eso no era todo, aquel curso también se había animado a aprender a tocar el piano en sus clases de música, y aunque realmente aún no lo dominaba demasiado bien, había logrado sacar una pequeña canción para aquel día tan especial.

- ¿Te ha gustado? -preguntó ilusionada al ver lo contenta que estaba su abuela y al apreciar la sinceridad de sus palabras- Llevo mucho tiempo ensayando -le explicó también orgullosa de ella misma.

- No me ha gustado, me ha encantado -sentenció Inma mientras moría de amor con su nieta- Y quiero que me vuelvas a cantar todas las canciones en casa tu solitas, ¿te parece? -le propuso a sabiendas de que iba a aceptar sin pensarlo.

- ¡Sí! -respondió encantada con la idea.

- Venga, ¿no les vas a decir nada a tus hermanos? -le recordó al ver que, con la emoción de reencontrarse con ella se había olvidado por completo decirle nada a ellos y a sus madres- Lola es tu mayor fan -comentó señalando a la rubia.

- Sí -asintió la niña- ¿Has visto la cartulina que te he hecho? ¿Te gusta? -le preguntó mientras la exhibía orgullosa.

Como si de una estrella del pop se tratara, Lola no había dudado en hacer una pancarta con el nombre de su hermana para levantarla en cuanto esta pisara el escenario. Llevaba los colores más llamativos que la niña había podido encontrar por casa y estaba llena de purpurina. Y obviamente, todo aquel despliegue de medios no había pasado desapercibido.

- Como para no -rió Inés, pues nada más salir al escenario sus ojos habían ido directos hacía la pancarta- Estás un poco loquita, todos los niños estaban hablando de la cartulina con mi nombre -le explicó sin saber muy bien si estaba orgullosa o avergonzada por aquello.

- Ya sabes cómo somos hija, no podemos ir a un sitio y no llamar la atención -comentó Ana al escucharla- pero tu estate orgullosa que tienes a las mejores hermanas del mundo, ¿o no? -la retó mientras le apartaba de la cara un par de mechones que se le habían escapado de las trenzas que llevaba.

- Sí -asintió sin dudarlo y con una gran sonrisa- y a las mejores mamás también -añadió sin olvidarse de ellas y dándole un abrazo a Ana- ¿Dónde está mamá? -se preguntó al darse cuenta en aquel momento de que no estaba allí.

- En el baño con Mimi, ahora vienen -le respondió Sofía.

Nadie supo porque, pero después de aquello se hizo un incómodo silencio entre tanto barullo. Se miraban entre todas y nadie sabía que decir ni que hacer. E Inés, a pesar de la emoción del momento, pudo entender perfectamente porque su hermana estaba algo cabizbaja aquella noche.

- Sofi, ¿sabes qué? -rompió la pequeña el silencio- Las profes me han dicho que mis trenzas son muy chulas y les han gustado mucho mis uñas con copitos de nieve -comentó mientras se las miraba orgullosa de ellas.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora