Capítulo 19

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- Si es que no queda nada para Navidad, el tiempo pasa volando -comentó Lucía uniéndose a la conversación madre e hija que estaban tenido su chica y Ana.

- Hombre, nada tampoco, prácticamente un mes -la corrigió Cloe que, aunque sí le gustaba la Navidad, no compartía eso de empezar a celebrarla con tanta antelación.

- Pues estas ya quieren montar el árbol, ya las has escuchado -respondió Ana haciendo referencia a sus hijas pequeñas que estaban ya muy ilusionadas con las fiestas.

- Es bonito ver como tienen tanta ilusión, ¿no? -dijo Lucía viendo eso más como algo tierno y no como una molestia- Cuando creces hace ilusión, pero ya no es lo mismo.

- Muy bonito -respondió Cloe a modo de queja- Y estas no se van a callar hasta que lo montemos, ya os lo digo -añadió algo molesta con sus hermanas.

Realmente las tres niñas tampoco habían hecho ningún drama por ese asunto, solo habían pedido montar el árbol ese fin de semana, pero tanto la madre como la hermana ya sabían que cuando se hablaba de Navidad en casa ya no se dejaba de hacerlo hasta que terminaba.

- Pues eso, feliz navidad chicas -bromeó Ana queriendo ya dejar el tema.

- ¿Feliz Navidad? -se preguntó Mimi que justo entraba la cocina tras llegar a casa.

- Sí, has estado tanto tiempo fuera que ya es Navidad -le respondió su mujer en tono de reproche.

- Por dios Ana, llego quince minutos tarde -se quejó la rubia que no entendía qué había podido pasar durante su ausencia para que le respondiera de esa forma.

- Mas bien veinte mamá -la corrigió su hija bromeando.

- Es broma -le aclaró Ana, que a menudo bromeaba con un tono demasiado serio como para ser tomado como tal- ¿Qué pasó? -le preguntó para saber el motivo de su retraso.

- Nada, he estado hablando con Paula un rato, la he llevado a casa -respondió la rubia que no quería mencionar el motivo real de su ausencia delante de las otras dos presentes, porque evidentemente lo de quedarse charlando con la chica había sido una simple excusa.

- ¿Todo bien? -se preguntó Ana, porque el tono de su mujer había cambiado por completo respecto a cuándo había salido de casa hacía una media hora.

- Sí, todo bien con la niña -respondió Mimi refiriéndose a Paula- Luego te cuenta -zanjó dejando claro que ya hablarían en privado sobre lo que había ocurrido- ¿Y aquí? ¿Qué ha pasado? -preguntó cambiando de tema y queriendo volver al Feliz Navidad que había escuchado justo al entrar a la cocina.

- Pues no lo quieras saber -le respondió su hija mayor- Tu época del año favorita -bromeó, porque en esa casa todos sabían que la rubia no podía odiar más la Navidad.

- ¿No te gusta la Navidad? -preguntó Lucía extrañada, pues realmente a su personalidad le pegaba bastante ser una apasionada de esas fiestas y no todo lo contrario.

- ¿A mí? -se preguntó Mimi- Pues realmente si que me gusta la Navidad -respondió sin hacer ningún tipo de ironía.

- Anda, ¿desde cuándo? -se preguntó Ana sin poder creer lo que estaba escuchando.

La morena siempre había sido una apasionada de la Navidad, y aunque si que era cierto que desde hacía algunos años se le hacía algo cuesta arriba esa época, pues tener que comprar los regalos para todos sus hijos, preparar disfraces varios para el festival del colegio, y pasarse días enteros en la cocina preparando comidas y cenas, distaba ya mucho de lo que había sido la Navidad durante su infancia y juventud. Aún así, Ana siempre vivía con mucha ilusión esa época del año, y siempre debía arrastrar a Mimi con ella, porque lo cierto era que la detestaba por completo.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora