Capítulo 125

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- ¿Inés? -preguntó Bruno extrañado al ver como la puerta de su habitación de abría lentamente y su hermana menor aparecía tras de ella- ¿Qué pasa? -añadió algo preocupado.

Las interrupciones en aquella casa era algo más que habitual, y por tanto no era motivo para extrañarse, pero estas no solían ser por parte de Inés. Además, la niña había aparecido haciendo un puchero, algo que era aún más insólito en ella. Por eso mismo, el chico se preocupó en lugar de molestarse por aquello de que entrasen sin permiso a su cuarto.

- ¿Puedo estar contigo? -le preguntó la morena quedándose parada en la puerta de entrada, esperando su respuesta.

- Es que ahora estoy estudiando -bufó el chico pensando en lo muy inoportuna que había sido la pequeña.

En cualquier otro momento no hubiese dudado en aceptar. Él sabía de sobras que su hermana cuando estaba sola no la liaba demasiado y tampoco era mucha molestia, pero al día siguiente tenía un examen importante y necesitaba máxima concentración para estudiar, algo que por mucho que lo intentase no iba a tener con alguien en su habitación.

- Jope Bruno -se quejó Inés algo decepcionada con aquella respuesta- Siempre estudias -añadió algo molesta, pues obviamente a su edad no podía comprender la importancia ni el nivel de exigencia que tenían los estudios para sus hermanos mayores. Aún así, y a pesar de no estar del todo satisfecha con aquello, marchó de la habitación resignada y aceptando la decisión de su hermano.

- Espera -la frenó el chico dándose cuenta que tal vez atender a su hermana era más importante que el examen del día siguiente.

- ¿Sí? -se giró la niña sorprendida al ver que Bruno había cambiado de opinión.

- Ven aquí -le pidió para que se acercase hasta su escritorio- ¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha quitado a ti la sonrisa? -le preguntó esperando que le contase lo sucedido.

- Es que Lola siempre quiere jugar a lo mismo -se quejó la pequeña- Y a mí me gustan los unicornios, ¿eh? Pero no tanto como para jugar todos los días -añadió esperando que su hermano pudiese comprenderla.

- Entiendo -asintió el chico comprendiendo que, aunque pudiese parecer una tontería, aquello era importante para Inés- ¿Y a ti a que te gustaría jugar? -le preguntó pensando que tal vez podía perder un rato de su tarde de estudio para jugar con ella.

- No sé -respondió Inés mientras subía y bajaba los hombros indiferente.

Realmente no le apetecía jugar a nada ni con nadie. Y aquello no era algo que le ocurriese a menudo, de hecho, solo daba aquella respuesta cuando algo le rondaba por la cabeza. Y precisamente por eso, Bruno decidió ir al grano y preguntarle directamente.

- Me da a mí que a ti no te aburren los unicornios, a ti te pasa otra cosa -adivinó sin mucha dificultada- ¿O no? -añadió dejando que la pequeña se expresase sin sentirse presionada sobre aquello.

- Quiero que sea ya el día 26 de mayo -soltó Inés sin pensarlo, pues llevaba ya días pensando en aquello, y aunque realmente no era algo que tuviese todo el rato en la cabeza, había momentos en los que no podía olvidarse de la ausencia de su hermana.

- Ay -suspiró Bruno algo apenado, pues era obvio que con aquello no podía hacer nada- ¿Y por qué será? -se preguntó irónicamente.

- Pues porque ese día viene Nai -le respondió la morena en señal de obviedad- ¿No lo sabes? -se preguntó algo molesta, pues probablemente ese día iba a ser el más importante del año para toda la familia.

- Ey, claro que lo sé -reaccionó el chico de inmediato- solo lo preguntaba por... -trató de explicarle- Bueno, da igual -se echó para atrás al darse cuenta que no sabía muy bien como podía explicárselo a su hermana- Escúchame Inés -le pidió mientras le agarraba de la mano- Si echas de menos a Naira puedes decirlo, no pasa nada, yo también la echo de menos -trato de hacerle entender.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora