Capítulo 134

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- ¿Qué tal? ¿Está bueno? -les preguntó Rosa a las chicas mientras se tomaban el granizado de limón que les había preparado.

Ninguna de las dos había sido capaz de negarse a aquello. Naira y Laura habían salido de la habitación con la intención de despedirse y asimilar cada uno por su lado todo lo que acababa de suceder entre ellas, pero la madre se interpuso en su camino. Con toda la buena intención del mundo, Rosa había sacado del congelador aquel par de bebidas que había preparado unos días atrás con la intención de ofrecerles algo refrescante a las chicas, y claro estaba que estas no se atrevieron a hacerle el feo a la pobre mujer.

- Sí -asintió Naira- Tengo que admitir que he echado mucho de menos todos tus postres y comidas -comentó la chica, quien a pesar de la incomodidad del momento estaba disfrutando como una niña de aquel granizado.

- Yo también lo habría echado de menos -respondió Laura entendiendo perfectamente aquello, pues la comida de Rosa era realmente buena.

- Bueno, pero habrá valido la pena todos estos meses en Estados Unidos, ¿no? -añadió la mujer quitándole importancia a sus manjares, pues para ella tampoco eran algo extraordinario.

- Claro -asintió la morena.

- ¿Y ahora qué planes tienes? ¿A seguir estudiando? -le preguntó interesándose por ella.

Era cierto que durante los últimos meses, Rosa había hablado más de un par de veces sobre Naira con sus madres. Habían sido conversaciones espontáneas, de esas típicas de madres, pero a la mujer le habían servido para quedarse un poco más tranquila, pues parecía que le iba todo bien. Aun así, jamás se había atrevido a preguntarles cuál sería el futuro de la chica una vez estuviera de vuelta, así que aprovechó la ocasión para que se lo contase ella misma.

- Sí, es lo que toca -respondió Naira- Voy a ir al colegio donde trabaja mi madre -añadió demostrando que estaba bastante contenta por ello, y es que en los últimos días su perspectiva había cambiado bastante.

- ¿En serio? -no pudo evitar sorprenderse Laura, pues eso era lo último que esperaba oír en aquel momento.

- Bien que haces Naira, es un buen colegio y vas a saber aprovecharlo -intervino la madre tratando de disimular el comentario de su hija- E imagino que vas a seguir jugando al fútbol también, ¿no? -intentó cambiar de tema.

- Eso siempre -respondió la chica con una gran sonrisa, pero sin querer dar más detalles sobre aquello.

A pesar de la invitación de Laura, Naira aún no había tomado ninguna decisión, pues eran demasiados factores los que jugaban parte en todo aquello de volver al equipo. Aun así, la chica estaba segura de que no iba a dejar de jugar al fútbol, pues tenía muchas otras alternativas.

- Ay, pero que linda eres -no pudo evitar comentar Rosa al ver la cara de ilusión de la chica- Tu hermana Inés es igualita a ti -comentó al ver claramente que aquella sonrisa inocente le había recordado a la pequeña- Imagino que ya te ha explicado que nos conocemos -añadió esperando no haber metido la pata con aquello.

- Sí, claro -asintió la chica- Las tres están muy contentas contigo -le aseguró- pero sobre todo Mimi, habla mucho de ti -le explicó sabiendo que le gustaría oír eso.

- Bueno, es que Mimi habla mucho y de todo -rio la mujer quitándole importancia a aquello, pues realmente tampoco pensaba que fuese nada especial, era una niña muy habladora- Parece mentira con lo pequeña que es y las cosas que sabes, ¿eh? -comentó dejando en evidencia lo encantada que estaba con la pequeña- Tendrías que verla Laura -le dijo a su hija, con la intención de integrarla en la conversación- En casa es una jefa, sus hermanas hacen todo lo que ella quiere, ¿verdad? -añadió mirando a Naira, esperando que esta corroborase su versión.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora