Capítulo 45

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- Venga, ayudadme con Mimi -les pidió Naira a sus hermanas.

La parte más complicada del regalo ya estaba casi completa. Lola e Inés ya habían estampado sus manos en la cartulina, cada una con su color elegido, y ahora era el turno de la más pequeña. Aunque no parecía muy interesada en ello, sus hermanas querían hacerla partícipe de esa actividad y ese regalo, así que no se lo pensaron ni un segundo y se dispusieron a pintarle la mano. La rubia la agarraba en brazos e Inés le sujetaba una de las manos para que no molestase a Naira, quién le estaba pintando la otra mano.

- Cómo se ríe -comentó Lola algo nerviosa, pues la niña se estaba moviendo y le estaba costando algo de esfuerzo mantenerla quieta.

- Es que da muchas cosquillas -respondió Inés mientras reía con la situación.

- Vale, esto ya está -les informó la mayor- Vamos a poner su mano justo en el medio, ¿me ayudáis? -les pidió mientras acercaba la cartulina a ellas y se llevaba la mano de la pequeña hasta el suelo- A ver, a ver... -dijo retirando la mano.

- ¡Ala! Ha quedado super guay -comentó la rubia.

- Aún no estamos, ¿eh? -comentó Naira- Id escribiendo vuestro nombre en la esquina, yo voy a limpiar a Mimi -les dijo retirándose de la habitación con la pequeña en brazos.

Por lo menos era la tercera vez que visitaba el baño en una hora, pero había conseguido no manchar nada, lo cual había sido todo un logro. Estando limpiándole la mano a Mimi en completo silencio, ya que la menor solo alcanzaba a balbucear algunas sílabas sin ningún tipo de sentido y a reírse, le dio tiempo a reflexionar un poco. Lo cierto era que hacía mucho tiempo que no pasaba un rato tan agradable, y le sorprendió que fuese con sus hermanas pequeñas. Pensó que tal vez no estaba tan mal eso de compartir algunos ratos con ellas, eran niñas divertidas y buenas, y lo cierto era que no tenían ninguna culpa de que ella estuviese mosqueada con sus madres.

- Ya lo hemos escrito -interrumpió Inés los pensamientos de su hermana, cuando entró en el cuarto de baño.

- Vale, ahora vengo. Nosotras también estamos -le respondió mientras le secaba la mano con una toalla a la pequeña.

- ¿Hay que poner más cosas? Lola dice que quiere poner purpurina, mucha purpurina -preciso poniendo una mueca, dejando claro que no estaba demasiado de acuerdo con aquella decisión.

- Podéis poner lo que se os ocurra -le explicó Naira mientras regresaban a la habitación- Yo había pensado que sería una buena idea escribirle algo a mamá, ¿qué queréis escribirle? -preguntó cuándo ya estaban en el cuarto y Lola podía oírla.

- Que la queremos mucho -respondió Inés de inmediato- Cómo dice ella, que nos quiere de aquí a la Luna.

- Y también que es la mejor mamá del mundo -añadió la rubia.

- Eso no es verdad, mami y ella son empate a la mejor -se quejó la morena negándose a poner aquello en su regalo.

- Que no Inés, una es la mejor mamá y la otra es la mejor mami, ¿lo entiendes? -trató de explicarle a su hermana.

- No, es lo mismo -negó Inés nada convencida por la lógica de Lola.

- Que no, ¿no ves que mamá acaba con a y mami con i? No es lo mismo, son cosas distintas -intentó convencerla de nuevo.

Naira escuchaba perpleja aquella conversación, pues la verdad era que el razonamiento de ambas la dejaba perpleja. E Inés, aún estaba más confundida. Obviamente, la pequeña veía la diferencia en los nombres de sus madres, pero ambas eran sus madres y tenían el mismo papel en su vida, y en la familia, así que no entendía la clara diferencia que suponía ver Lola.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora