- ¡Lucía! -llamó Sofía a su cuñada cuando la vio paseando por el patio del colegio, a escasos metros de ella y su amiga Macarena.
- Chicas -saludó a ambas con la mirada- ¿Qué pasa? -le preguntó a la rubia algo intrigada por aquello.
Ciertamente, y aunque la chica nunca había querido ocultar su relación con la profesora de prácticas, Sofía y Lucía apenas cruzaban palabra en el centro escolar. De hecho, eran sus amigas quiénes a menudo la interceptaban en los recreos para pedirle ayuda con los deberes o los exámenes. La chica se había ganado el aprecio de muchos de sus alumnos, y para que mentir, había sido bien merecido.
- Siéntate con nosotras, así no estás sola -la rubia trató de maquillar aquello como un ofrecimiento, aunque realmente era ella la primera interesada en charlar con Lucía.
- No puedo Sofi, tengo que vigilar el recreo, me lo han pedido -respondió la chica en señal de obviedad, pues era evidente que no estaba dando vueltas por gusto.
- ¿En serio? -se preguntó Maca fastidiada, pues aquello sonaba de lo más aburrido.
- Sí, hay un par de profes enfermos y faltaba alguien -les explicó Lucía sin querer entretenerse mucho más, pues aunque en realidad no tenía muchas ganas de seguir dando vueltas, sentía que no hacerlo era una irresponsabilidad muy grande.
- ¿Y te podemos acompañar? -le preguntó Sofía buscando una alternativa a ese plan, a lo que la mayor asintió.
Sobraba decir lo mucho que Lucía quería a las hermanas de su prometida, pero aquello no siempre había sido igual de bien recibido por la rubia. Durante los primeros meses de relación, la rubia no había querido saber mucho de ella, y es que le sobraban los motivos para ello. Era cierto que sus problemas personales habían influido mucho en su actitud hacía la chica, pero algo que no iba a admitir jamás era que nunca hubiese imaginado que fuesen a durar tanto tiempo, por eso decidió mantenerse al margen, hasta que vio que aquello iba más en serio de lo que creía. Y tan en serio. Aún le costaba asimilar el hecho de que en unos meses, tal vez un año, su hermana y ella iban a estar casadas. Y sí, le hacía tremenda ilusión que así fuera.
- ¿Cómo lleváis los exámenes? -les preguntó Lucía a las chicas, ejerciendo un poco el papel de profesora.
- Bueno... -respondió Macarena sin atreverse a decir la verdad, pues aún no había empezado a estudiar, así que muy bien no los podía llevar.
- ¿Cómo que bueno? -se preguntó la mayor- No me lo creo, si vosotras siempre sacáis buenas notas -trató de animarlas, pues la cara de la rubia tampoco era demasiada esperanzadora- Lo único que tenéis que hacer es estudiar un poco -les pidió al entender que no lo estaban haciendo, o por lo menos no lo suficiente.
- Es que me da mucha pereza -se quejó Sofía, para sorpresa de nadie.
- ¿Y a quién no? -replicó Lucía con una ligera risa- Pero tenéis que pensar que ya queda muy poco para que termine el curso. Además, que el año que viene ya podréis estudiar un poco más de lo que os guste -intentó animarlas de nuevo.
- ¿Y si no me gusta estudiar nada? -vaciló la rubia bromeando, pues había entendido perfectamente a lo que se refería su cuñada con aquello.
- No mientras, ¡si te gusta algo! -intervino su amiga sin poderse creer lo que estaba escuchando.
- ¿Sí? -se sorprendió Lucía- A ver, contadme, ¿que queréis hacer el próximo curso? -les preguntó.
La chica odiaba ese tipo de preguntas desde que tenía uso de razón. Nunca le había gustado que le preguntasen aquello cuando era pequeña, pues le ponía muy nerviosa el tener que pensar en solo una cosa que le gustase. Y cuando se hizo más mayor, la cosa siguió más o menos igual, de hecho, todo empeoró en sus últimos años de instituto. Le frustraba mucho que amigos, profesores y familiares le preguntasen que quería estudiar, pues no tenía ni idea y aquello le hacía agobiarse más. Aún así, aquella mañana decidió tragarse sus palabras y preguntárselo a las chicas, parecía que ambas lo tenían claro, así que estaba segura de que no les iba a incomodar.
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Once | WARMI
FanfictionSEGUNDA PARTE DE NUEVE Y MEDIO Tras superar el peor bache que se habían encontrado a lo largo de su relación, Mimi y Ana empiezan a vivir de nuevo sus vidas, junto a sus ochos hijos. Pero nada será tan fácil como esperaban, y es que a pesar de que l...