Capítulo 16

800 66 15
                                    

- ¿Se puede? -preguntó Mimi tras golpear la puerta del despacho y abrirla.

Siempre lo hacía, jamás esperaba una respuesta para entrar a ningún sitio, ella solo avisaba que iba a entrar, y entraba. Y hacerlo en el despacho de su compañera de trabajo tampoco suponía un gran problema, pero sabía de sobras lo que molestaba que hiciese eso a sus hijos.

- Adelante, siéntate -la invitó Elena en cuanto levantó la vista de su ordenador y vio a la rubia- Supongo que vienes a preguntar por tu hija, ¿no? -comentó.

- La verdad, no creo que cuele si digo que vengo a verte a ti -rió Mimi mientras cogía sitio en ese despacho.

- Me sorprendería -bromeó la otra- Dime -dijo dándole la palabra.

- Ya sé que este viernes les damos las preavaluaciones a los niños, pero venía a ver si me podías avanzar algo -le pidió poniéndole ojitos para que se lo dejara ver.

- Claro que sí, está todo en orden -le respondió Elena mientras buscaba el boleto de Sofía dentro de su carpeta- Guerra Doblas Sofía -leyó del papel- Toma -dijo dejándolo encima de la mesa para que la rubia pudiese verlo.

- Menos mal -suspiró Mimi aliviada cuando pudo ver que efectivamente esas eran unas buenas notas.

Lo cierto es que la rubia tampoco reparó ni quería reparar en ese momento en cuáles eran exactamente las notas de su hija. Con saber que estaba todo aprobado le valía, y más le valió cuando pudo ver que se había colado algún nueve en el informe.

- ¿Puedo hacer una foto? -le preguntó mientras sacaba el móvil, sabiendo que no le iba a negar aquello.

- Todo tuyo -respondió Elena- pero no sé las vayas a enseñar a Sofía, ya las comentaremos ella y yo en clase, como con el resto de chicos -le pidió aún sin saber que uso quería darle a aquello.

- No, tranquila, eso me lo guardo -respondió devolviéndole ya la hoja tras haberla fotografiado.

- ¿Sabes? Nunca habría pensado que tu eras ese tipo de madre -comentó Elena aún un poco confundida con la situación.

- ¿Ese tipo de madre? -preguntó Mimi sin entenderla, o más bien sin querer entenderla.

Sabía perfectamente que era ese tipo de madre, y de hecho ella como maestra detestaba ese tipo de madres, pero aún no se había dado cuenta que ella misma se había mimetizado en una de esas y estaba actuando exactamente como una de ellas.

- Ya me entiendes, esa que viene un par de días antes a husmear las notas con cualquier excusa porque no puede dormir por las noches pensando en cuantas habrá suspendido su hija -respondió Elena calándola por completo.

Estaba claro que en otra ocasión la profesora se habría callado y no habría hecho ningún comentario al respecto, pero se trataba de una buena amiga suya, y sentía que como tal debía llamarle la atención para que echase un poco el freno. Y sí, Elena podía empatizar con sus preocupaciones, porque ella también era madre y porque era algo totalmente comprensible después de saber todo lo que había pasado, pero precisamente por ello, sentía que también debía advertirla cuando se pasaba un poco de la ralla.

- Me has pillado -confesó algo avergonzada Mimi.

- ¿Eres así con todos? -se preguntó- Porque de ser así, no me lo puedo ni imaginar, ocho son demasiados para tomárselo tan enserio -comentó.

- No, en realidad solo me preocupo, bueno, me sobrepreocupo -se corrigió a sí misma, porque allí estaba la diferencia, preocuparse no era nada malo, hacerlo en exceso sí- por Sofía, aunque tengo que admitir que esto me ha quitado un gran peso de encima.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora