Capítulo 115

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- ¡A mí, a mí! -exclamó Inés mientras veía que su hermana mayor se disponía a lanzar uno de los globos que decoraban la casa por los aires, como si de una pelota de voleibol se tratase.

- ¡Que va! -exclamó la rubia mientras golpeaba el globo, que en cuestión de un par de segundos cruzó todo el salón, hasta el pie de las escaleras, donde se encontraba la pequeña, lista para la recepción.

- ¡La he cogido a tiempo! -celebró la morena cuando pudo agarrar el globo, justo antes de que tocase el suelo- ¿Lo has visto Sara? -le dijo emocionada a la chica, que observaba la escena con algo de miedo de recibir un golpe.

- Sí, tienes buenos reflejos, ¿eh? -comentó mientras miraba hacía arriba, deseando que alguien bajase a poner orden, pues ella no se atrevía a decirles nada.

- ¿Y tu? ¿Quieres jugar con nosotras? -le preguntó la niña, que se dio cuenta de inmediato de que la chica no lo estaba pasando especialmente bien.

- Eh... -dudó la chica en que responder.

Realmente no quería hacerle un feo a la niña, pues a pesar de no saber muy bien cómo tratar con ella, le parecía de lo más adorable, y lo último que hubiese querido habría sido herirle los sentimiento. Pero lo cierto era que tampoco quería colaborar a destrozar la decoración de la fiesta de cumpleaños de su mejor amigo, la cual ni siquiera había empezado.

- ¡Inés! -interrumpió la voz de Sofía en el salón- ¿Pero que haces con los globos? -le preguntó al pillarla de lleno con uno de ellos en las manos- Esto no es para jugar -le dejó claro mientras se lo arrebataba de la mano y lo trataba de colocar de nuevo en su sitio.

- No he sido yo sola -balbuceó la pequeña mientras miraba a Lola un poco molesta, pues aquello había sido idea de la rubia y no era justo que se las cargase solo ella.

- Bueno, da igual -negó la mayor algo más tranquila cuando pudo colocar todo de nuevo, sin que se notase que las niñas habían metido la mano allí dentro- Luego ya jugaremos con los globos, pero tenemos que esperar a que venga Bruno y vea todo lo que le hemos preparado. Si lo ve todo por el suelo se va a llevar un disgusto el pobre -trató de hacerle entender a Inés, quién asentía a todo lo que decía su hermana.

- Eso es mentira, Bruno nunca se enfada ni se pone triste -interrumpió Lola.

- No, es verdad, Bruno también se enfada, lo que pasa que no lo hace tanto como tu, y también llora, en su habitación -replicó Inés sin dudarlo- ¿A qué sí? -miró entonces a la amiga del chico.

Sara miró algo asustada a la pequeña, era realmente lista y se notaba que no se le pasaba ni una, y eso le daba un poco de miedo. Sentía que debía medir cualquier cosa que pudiera decir porque evidentemente, Inés iba a tener una respuesta sorprendente para ello.

- Claro -asintió algo dubitativa- Todo el mundo se enfada y se pone triste alguna vez, aunque Bruno no se va a enfadar porque hayáis cogido los globos -le aseguró- pero creo que a tu hermana si le deberías decir -se atrevió a decirle en voz baja, para que solo ella la escuchase.

- Lo siento Sofi -se dirigió entonces a la más mayor- es que como tarda tanto en venir ya nos estábamos aburriendo y es que los globos son tan chulos... -se justificó mientras los miraba con una pequeña sonrisa.

- No importa -negó la rubia mientras miraba a la chica algo sorprendida- Además, que Bruno no tiene porque enterarse, ¿no? -añadió guiñándole un ojo a su hermana.

- ¿Enterarse de qué? -interrumpió Cloe la conversación- Venga -siguió al ver las caras de las niñas y darse cuenta que nadie le iba a explicar nada- será mejor que vayamos a sentarnos ya en la mesa, este debe estar a punto de llegar -les dijo a todas las presentes.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora