Capítulo 162

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- Joder, esto está genial -comentó Naira sorprendida.

Nada más Sara abrió la puerta de la segunda residencia que tenían sus padres en la montaña, Naira se dio cuenta de que esa tampoco era una casa normal. No era ningún secreto que la chica provenía de una familia más que adinerada, y aunque aquello era lo que menos le importaba a su pareja, no podía negar que todo aquello le impresionaba.

- Pues sí, la verdad es que está genial, mejor que la otra casa -respondió Sara dejando la modestia aparte- ¿Has visto? Esta noche podemos encenderla -comentó mientras señalaba una enorme chimenea circular que presidía el salón.

- ¿Tanto frío crees que hará? -se preguntó la otra pensando que aquello sería totalmente innecesario- Además, que de noche y con todo oscuro, esto debe dar un poco de miedo, ¿no? -comentó.

Naira jamás hubiera imaginado alcanzar ese nivel de confianza con nadie, ni siquiera con su pareja. Y sí, podía parecer una tontería para la mayoría de mortales, pero ella siempre se había mostrado como una chica fuerte y que no le temía a nada. Así que sí, admitir que aún le daba miedo la oscuridad y dormir en casas ajenas no era algo sencillo para ella.

- No hace falta que apaguemos la luz, es solo que me hace ilusión encenderla -confesó Sara, quién solo había propuesto aquello por puro capricho- Pero no te preocupes, que esto es superseguro -añadió con una ligera sonrisa.

Por razones obvias se lo iba a guardar para ella, pero lo cierto era que aquel comentario de Naira le había recordado demasiado a su hermano. Bruno no tenía problema en confesar sus miedos, y es que desde la primera hasta la última noche que había pasado en aquella casa había hecho consciente a su mejor amiga del miedo que le daba aquello.

- Hombre, ya lo pienso, si no no estaríamos aquí, ¿no? -respondió Naira tratando de olvidar el tema, pues al fin y al cabo tampoco había mucho más que hablar.

- Señoritas, sus maletas -interrumpió Ricky entrando por la puerta cargado con el equipaje de las chicas.

- Ay, pero sí ahora volvíamos a buscarlas. No hacía falta -reaccionó Naira cogiendo su maleta y sintiéndose bastante mal por aquello. Estaba claro que su suegro solo estaba siendo amable con ellas, pero a la morena no le pareció bien ver al pobre hombre cargando con todo aquello él solo, pues no había ninguna necesidad.

- No es nada -negó el hombre mientras dejaba todo lo que cargaba en el suelo- Voy a por mis cosas y a cerrar el coche -comentó abandonando la casa.

- Es una pena que no haya podido subir tu otro padre por tener guardia, Ricky va a estar un poco solo -comentó Naira pensando en lo aburrido que iba a ser para él estar con ellas dos un fin de semana entero en medio de la montaña.

Vale que no iba a estar solo, pero las dos chicas sabían perfectamente que aquella escapada a la montaña era para pasar tiempo juntas a solas. Precisamente por eso, la menor pensó en atrasar aquel viaje un par de semanas, esperando a que pudieran subir los dos padres de Sara, pero finalmente su chica la había convencido para subir el puente de octubre, tal y como habían acordado hacía ya semanas.

- No te preocupes, Bubu le hace compañía, él ya está acostumbrado -respondió Sara sin darle la menor importancia a aquello, pues sabía que su padre también disfrutaba mucho de pasar tiempo solo allí- Venga, vamos a subir todo esto arriba -añadió mientras cogía su maleta.

Instalarse en la habitación de Sara no fue nada complicado, sino todo lo contrario. Al igual que el resto de las estancias, aquel cuarto era gigantesco, tenía una cama grande y más armarios de los que jamás iban a usar. Además, que al fin y al cabo solo iban a ser cuatro días, así que tampoco traían demasiadas cosas.

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