Capítulo 96

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- No hace falta que lo limpies tu abu, ya lo hago yo -le dijo Sofía a Inma al ver que se acercaba al fregadero para limpiar su plato del desayuno.

Aunque era cierto que estando en casa muchas veces se escaqueaban de cumplir con sus tareas del hogar, estando en la de su abuela ni se le había pasado por la cabeza aquella opción. De hecho, la rubia estaba tratando a Inma como una reina, a pesar de que nadie se lo había pedido, pues a ella le nacía ser así de atenta con ella.

- Hija, que soy abuela, pero no soy una vieja impedida, ¿eh? -bromeó la mujer negándose a aquello mientras pasaba su plato por debajo del grifo para enjuagarlo un poco- Con que limpies estos trastos y el plato de Mimi estoy más que contenta -le agradeció dándole un beso en la cabeza- pero deja que Inés limpie el suyo -le pidió queriendo que la pequeña también colaborase con las tareas de casa.

- Abu, que yo siempre limpio mi plato y mi vaso -le dijo la morena desde la mesa, que aún estaba terminando de comerse su tostada con jamón y su zumo de naranja.

- Es verdad -rió la rubia al escucharla- Tengo que admitir que Inés es la única que siempre cumple, pero eso es porque aún es pequeña, verás cuando sea un poco más mayor -comentó.

- Ya soy mayor, empezaré primero de primaria -le respondió la niña, quien ya había terminado y se levantaba de su silla para llevar sus trastos hasta el fregadero- ¿A qué es guay? -les preguntó a ambas ilusionada.

No era la primera vez que lo decía, y era cierto que en ocasiones podía resultar un poco pesada, pero aún así ambas tenían la paciencia para responderle algo amable. Entendían su emoción por aquella nueva etapa, y de hecho, les gustaba que estuviese tan motivada para aprender e ir al colegio.

- Sí, seguro que te lo pasas super bien en el cole con todos tus amigos -le respondió Inma- y también vas a aprender muchas cosas con la maestra -añadió- Espero que me las enseñes todas cuando nos veamos, ¿eh? -le pidió.

- ¿Tu no fuiste al cole cuando eras pequeña? -se preguntó la niña extrañada por aquel comentario.

- Claro que fue -rió Sofía al escucharla.

- Ah, pues ya sabe lo que me van a enseñar, ¿por qué se lo tengo que explicar? -continuó sin entender muy bien que pretendía Inma con aquel comentario.

- Como sois a veces, ¿eh? -rió la abuela sin poder creer lo que estaba escuchando- Quiero que me lo enseñes para ver lo bien que te lo sabes -le aclaró- Venga, vamos a comprar que al final se nos va a hacer tarde -añadió queriendo olvidar el tema al ver que ya estaban todas listas para salir de casa.


🖤🖤🖤


- Te traigo un regalo -le avanzó Ana a su mujer mientras bajaba por las escaleras, dirección hacía el sofá, donde la rubia se encontraba descansando.

De hecho, cuando la voz de la canaria interrumpió, Mimi estaba ya con los ojos cerrados, en aquel trance que ocurría justo antes de dormir. Tras una noche sin conciliar el sueño y el madrugón que se habían pegado para llevar a Naira al aeropuerto, le resultaba imposible seguir con el día sin echarse una pequeña siesta reparadora.

- ¿Qué dices? -preguntó esta confundida mientras bostezaba y estiraba sus brazos, tratando de desperezarse un poco para atender a Ana.

- Toma -le dijo la otra dándole un sobre.

- ¿La factura de la luz? ¿En serio? -se preguntó un tanto ofendida. No se podía creer que su mujer le hubiese interrumpido la siesta para darle ese maldito sobre con el logotipo de la compañía eléctrica. Por eso mismo, porque era imposible que se tratase de aquello, antes de que le dijese que lo abriese, lo abrió para descubrir que se escondía allí dentro- ¿Qué es esto? -se preguntó de nuevo sorprendida- ¿Va en serio? -insistió mientras leía el papel que tenía entre sus manos.

Once | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora