𝘓𝘪𝘵𝘵𝘭𝘦 𝘨𝘪𝘳𝘭

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。.。:+* ゚ ゜゚ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ゚ ゜゚ *+:。.。


Su inmensa curiosidad le permitió al pequeño encontrar a aquella otra niña que lucía más o menos de su edad. La pequeña sollozaba sentada sobre el césped, sus dedos tomaban la falda de su vestido favorito ahora manchado de lodo. Varias lágrimas bajaban por sus pequeñas mejillas ligeramente manchadas de tierra. La pequeña lloraba sin razón alguna, o eso pensaba el pequeño ya que le preguntó un par de veces sin recibir respuesta.

La pequeña desconocida señaló a un espacio en específico de aquel espacioso jardín. Sus ojos azules buscaron curiosos lo que la pequeña pudiera estar señalando, hasta que algo que no parecía ser parte del lodo llamó su atención. Se acercó a aquel charco de lodo, aquella cosa se hizo más notoria conforme se acercaba más. Sin importarle si manchaba su ropa, se inclinó para poder tomar aquella cosa que sobresalía entre el pasto y la tierra mojada.
Cuando logró sacarlo con algo de dificultad, se dio cuenta que su mano sostenía una muñeca un tanto arruinada por el lodo, nada que agua y jabón no pudieran resolver.

Logró salir del desastre de lodo y se volvió a acercar a ella, pero la pequeña pareció preocuparse ante el estado de su preciada muñeca. El pequeño ojiazul se percató de ello. Hizo una mueca y sin importarle mucho, limpió la muñeca lo más que pudo con la manga de su camisa. Logró quitarle la mayoría del lodo y pasto.

—Toma...— se la extendió con una dulce sonrisa.

La pequeña trastabilló un poco pero las lágrimas se detuvieron al ver como el aspecto de su muñeca había mejorado. Tomó la muñeca y al momento de tenerla en sus manos y mirarla de una mejor manera con sus ojos grises, le fue imposible no sonreír con adorable emoción.

El pequeño sonrió de vuelta y estaba por invitarla a jugar cuando una voz a lo lejos llamó la atención de ambos.

—¡Sebby, cariño! ¿Donde estas?— escuchó la voz de su madre a lo lejos.

La mujer lo buscó un tanto desesperada ya que el hogar de los Harrison era ridículamente grande, comenzaba a preocuparse pero no pasó a mayores ya que a lo lejos reconoció a su pequeño hijo.

—Ay, Sebastián...— jadeó con alivio y se acercó a él. Elevó las cejas al ver su aspecto. —Por Dios, Sebastián... ¿Que hiciste con tu ropa? Te dije que no jugaras en el lodo, dios mío...— se quejó agachándose a su altura mientras observaba su ropa manchada. —Cariño, debes tener más cuidado por favor...—

—Mamá...— el pequeño llamó su atención insistente.

—¿Que...? ¿Que pasa, cariño?— Georgeta preguntó confundida.

Sebastian se giró y señaló a la pequeña.

—Oh...— Georgeta elevó las cejas, no había notado su presencia hasta ahora.

Se enderezó y cuidadosamente se acercó a la pequeña, Olivia se encogió con timidez ya que no conocía a aquella mujer rubia y de bonitos ojos.

—Hola, pequeña... ¿Que haces ahi?— se agachó a su altura. —Ven, algo te picará si sigues entre los arbustos...— tomó su brazo.

Olivia, mas confiada ante la sonrisa que aquella hermosa mujer con acento peculiar le dedicaba, acepto su ayuda y con algo de dificultad se levantó de los arbustos.

𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora