𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘚𝘦𝘦 𝘵𝘩𝘳𝘰𝘶𝘨𝘩 𝘵𝘩𝘦𝘮

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Olivia soltó un suspiro con pesadez, no le había sido posible ocultar su pésimo ánimo y las terribles ganas de llorar que tenía, esperaba que el rumano la llenara de preguntas y miles de palabras reconfortantes que por el momento no parecían funcionar en ella. Con las llaves abrió la puerta y la cerró sin muchas ganas. Para su sorpresa, nadie la recibió.

Al mirar la escena que tenía en frente entendió porque aquel silencio.

Sebastian y Katherine dormían profundamente en el sofá de la sala, el la abrazaba a él para evitar que cayera por el espacio reducido en el sofá. Su mentón descansaba cómodamente sobre su hombro mientras su brazo la abrazaba. Dedujo que estaban viendo una película antes de caer completamente dormidos ya que el televisor se encontraba encendido.

Buscó el control remoto y apagó el televisor, ahora si dejando en completo silencio todo el departamento. Los miró una última vez, preguntándose porque ella no podía tener algo así. Porque no le era tan fácil como al rumano conseguir a alguien, conquistarlo poco a poco como el hizo con Katherine hasta formalizar lo suyo. ¿Por que? ¿Por que? ¿Por que?

Tragó con dificultad, por lo menos Sebastián no la estaba pasando tan mal como ella.
Sin querer verlos mas se dirigió a la habitación del rumano donde dormiría, observó las múltiples cajas que contenían sus cosas guardadas. Se sentó en la cama sin muchas ganas y se mantuvo un momento allí, sin hacer algo más. Su mirada se paseó por la habitación del rumano, su atención se posó en las múltiples fotos que descasaban en el escritorio donde Stan solía trabajar cuando no le apetecía ir a la oficina. Eran fotos de ambos por supuesto.

Se levantó para acercarse y tomar una de ellas. La analizó con atención.
Ambos posaban muy sonrientes mientras el la cargaba en su espalda y ella abrazaba su cuello para sostenerse. Aquella foto fue tomada cuando decidieron pasear por los múltiples bazares navideños en las calles de Nueva York, la pocos nieve que había sobre sus ropas en aquella foto demostraba que se encontraban en la época decembrina. Recuerda que aquel día fue uno de los mejores que recuerda, rió como nunca, Sebastián la hizo reír demasiado hasta el punto de sentir su vientre doler. Comieron todo lo que se puede imaginar, disfrutaron de la música en vivo y demás cosas que recordaba con tanto cariño.

Su corazón se rompió en mil pedazos. Extrañaba sentirse tan feliz y plena. Ya no aguantaba sentirse todo el tiempo sin energía, cansada y con una profunda tristeza acumulada en su pecho que poco a poco crecía y crecía. Estaba harta, ya no aguantaba sentirse así y no sabía que hacer para detener su sentir.

Dejó la foto en su lugar y sin quitarse aquel abrigo del rumano que portaba, se recostó en la cama con toda la intención de descansar. Pero las lágrimas que parecían no tener fin comenzaron a bajar por sus mejillas, intentaba controlar sus sollozos para evitar ser escuchada.

Perdió la noción del tiempo, no supo cuándo tiempo se mantuvo de esa forma. Pero por fin se permitió descansar y lloró hasta quedarse completamente dormida.

Pasaron un par de horas, Sebastián sintió la necesidad de despertarse y así lo hizo, abrió sus ojos con dificultad ya que estos se sentían pesados por la buena siesta que disfrutó. Frunció el ceño al sentirse sin tanto apretado y ya que pudo abrir los ojos, se percató que la rubia aún dormía con su espalda pegada a su pecho.
Intentó no moverse demasiado para no despertarla y sacó su teléfono de su bolsillo, para ver la hora.