𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘉𝘪𝘨 𝘥𝘢𝘺

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Varios días habían pasado ya. Para otros había sido una semana tranquila, quizá más lenta de lo normal. Menos para la menor de los hermanos Harrison. Pasó toda la semana sumergida a más no poder en su trabajo, o más bien, el trabajo que se supone que tendrían que hacer sus hermanos.

Prefirió no oponerse a cumplir con ese trabajo antes de mirar como su familia se preparaba para el gran día.

La boda de Patrick Jensen.

Aunque de vez en cuando Olivia aceptaba salir con el rumano para despejarse, jamás admitió ese inmenso pesar que sentía física y emocionalmente. Esa era una historia que Sebastián ya sabía, y no sentía necesario tenerla que contar de nuevo. Estaba destrozada por dentro, ¿Eso era algo nuevo? No. Y no tenía intenciones de repetir la misma historia una y otra vez solo para escuchar las mismas palabras reconfortantes que no tenían ningún efecto en ella.

Sebastián tenía conocimiento de que el gran día para Jensen era hoy. Había visto a Patrick en la empresa, recibiendo varias sonrisas y felicitaciones de los demás empleados y socios que celebraban su pronto compromiso. Y el no podía odiarlo más. Ganas no le faltaban de borrarle esa sonrisa con un buen puñetazo en el rostro, pero se contenía constantemente ya que sabía que si lo hacía, la única que saldría mas perjudicada, sería ella. Y no quería cargarle otra preocupación más.

Harrison se propuso a sí misma no indagar en todo lo que pudiera estar ligado con Patrick y su tan esperada boda. Realmente quería estar tranquila pero sentía que el mundo a su alrededor no se lo permitía. En las noticias, en los murmullos de los empleados de la empresa, como su familia hablaba de ello frente a ella como si no fuera nada... le era imposible ignorarlo todo.

Incluso se encontró con el en los pasillos del edificio. Alcanzó a esconderse para evitar cruzar sus caminos pero aún así pudo verlo. Pudo ver esa reluciente y presumida sonrisa que no parecía tener vergüenza después de todo el dolor que le provocó. Pero no podía negar que se le notaba bastante feliz, deducía que aquella pelirroja si le dió la felicidad que ella intentó darle por tres largos años.

Ahora mismo se encontraba en los asientos traseros del auto de su mejor amigo. El conducía con su novia como copiloto mientras conversaban amenamente. Ella solo miraba el camino por la ventana, sin expresión alguna mientras todo parecía lejano ya que seguía sumergida en sus pensamientos. Solamente quería llegar al departamento y olvidarse de todo.

Ya se encontraban caminando por el pasillo que los dirigiría al departamento.
Olivia frunció ligeramente el ceño al ver como Stan se detenía y tomaba la mano de su novia.

—En un momento voy, necesito hablar con Kath...— le aseguró con una cálida sonrisa.

Olivia solo asintió y entró al departamento para darles su tiempo a solas.

—¿Que? ¿Que pasa?— la rubia sonrió con extrañeza.

Sebastián suspiró con pesadez y escondió sus cabellos rubios detrás de su oreja.

—Tendremos que posponer nuestra ida al cine para mañana, nena...— sonrió con pena y esta vez tomó su cintura entre sus manos para acercarla a él.