𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘋𝘳𝘦𝘢𝘮

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Olivia miraba atentamente su rostro mientras el tocaba otra de las muchas melodías que se sabía de memoria. Su mirada azulada miraba con atención las teclas mientras sus dedos se paseaban ágilmente por las teclas que formaban la canción que tocaba sin ningún problema.

Sabía que disfrutaba demasiado tocar el piano, se notaba en la concentración de su rostro y como de vez en cuando sonreía levemente. Estaba claramente orgulloso de aún conservar ese talento que su madre le inculcó.

Sonrió ampliamente cuando terminó de tocarla, para después elevar las cejas con arrogancia. Olivia no dudó en aplaudirle, riendo al ver el gesto de arrogancia que Stan fingía.

—¿Por que no tienes un piano allá en Nueva York? ¡Te encanta tocarlo!— Olivia sonrió con confusión.

—No tengo espacio para un piano en mi departamento.— Sebastián se encogió de hombros. —Pero bueno... ¿Por que no me tocas algo tu?—

—Yo no se tocar el piano, rumano.— Olivia negó con obviedad.

—Agh, te di varias clases. Debió quedarse algo en tu cabeza.— Sebastián elevó una ceja.

—Nope. Lamento decepcionarlo, profesor.— Olivia hizo una mueca fingiendo preocupación, el rumano rió.

—A ver...— Stan dijo y trató de controlar su risa. —Toca Do Mayor, así empieza...—

Olivia miró las teclas del piano rojo frente a ella, frunció el ceño con ligera preocupación.

—Ay, Sebastian. ¡No se ni siquiera cuál es Do!— se quejó, haciéndolo reír de nuevo.

—Okey, okey...— Stan rió y se levantó de su asiento. —Te ayudaré.—

Se colocó detrás suyo, aprovechando que ella aún se encontraba sentada. Sus cálidas manos tomaron las suyas y las colocó sobre las teclas, al igual que sus dedos que hizo todo lo posible por acomodarlos y mantenerlos allí.

—¿Que me harás tocar?— Olivia rió mientras observaba como el acomodaba sus dedos sobre cada tecla.

—Ya verás, me gusta mucho esta canción...— el rumano sonrió ampliamente. —No muevas tus dedos, déjamelo a mi...— indicó.

Con cuidado comenzó a ayudarle a tocar las teclas una por una, siguiendo aquella partitura en su mente. Sus dedos empujaban los suyos con cuidado para que ella misma entendiera como hacerlo. Ella se soltó, dejó que el la guiara y prestó atención a cómo se movían sus dedos para tratar de imitar los movimientos en un futuro.

Una lenta sonrisa se formó en sus labios cuando comenzó a reconocer la melodía.
Sebastian igualmente sonrió al mirarla y darse cuenta de ello.

—I hope you don't mind, I hope you don't mind...— Olivia sintió su voz ronca cantar cerca de su oreja. —That I put down in the words... How wonderful life is while you're in the world.—

—¿Puedo intentar yo?— Olivia sonrió con emoción.

—Por favor.— el rumano sonrió gustoso y alejó sus manos para dejarla.