𝘞𝘩𝘺?

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。.。:+* ゚ ゜゚ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ゚ ゜゚ *+:。.。



Ma, ¿Queda más jugo de naranja?— el joven entró a la cocina de repente, donde su madre se encontraba preparando algo que desconocía.

—Si, dulceata. En el refrigerador.— Georgeta le sonrió al joven sin dejar de lavar aquellas verduras.

La mujer sacó los utensilios que necesaria para preparar el platillo favorito de ambos. Por la pequeña ventana que daba a su espacioso y colorido jardín, observó a la joven sentada en el césped.

Olivia jugaba con el nuevo cachorro que la familia Stan adoptó, el pequeño husky llamado Myron. El cachorro jugaba en su regazo y trataba de morder los dedos de la joven quien solo lo miraba con una ligera sonrisa mientras removía su juguete favorito para llamar su atención.
Pero lo que llamó su atención, fue sus ojos grises decaídos.

Había una sonrisa en su rostro, pero no era una genuina. Conocía a la joven como si fuera su hija, sabía que no estaba en sus mejores días a pesar de estar de vacaciones en la ciudad natal de su mejor amigo. Y sabía perfectamente la razón de su silenciosa tristeza.

—Seb... ¿Por que no hablas con Liv?— propuso sin dejar de mirar a la joven discretamente.

—¿De que?— su hijo cuestionó con confusión al dejar su vaso de jugo a un lado.

—¿Como que de que? ¿No la has notado decaída? Porque yo si, y bastante.— la mujer suspiró con pesadez y dejó lo que hacía para mirar con atención a su hijo.

—Pues si la he notado... decaída. Pero pensé que solo estaba cansada. ¿Le pasa algo?— el joven rápidamente preguntó con preocupación.

—Eso quiero que averigües.— Georgeta le guiñó y pellizcó ligeramente su mejilla.

Sebastian asintió con una ligera sonrisa y antes de salir al jardín, recibió un cariñoso beso de su madre en su mejilla.
Salió de la cocina e igualmente observó a su mejor amiga jugando con el cachorro.

—No te parece que Myron huele demasiado a... ¿Perro?— le preguntó con una sonrisa confusa mientras se sentaba frente a ella.

Myron rápidamente se acercó a él con toda la intención de comenzar a jugar.

–Es un bebé, Sebastián.— la joven rió. —Los cachorros huelen así, a leche.—

—No. Este bebé no huele a leche, huele a perro sucio, ¿Cierto, pequeñín?— el rumano arrugó la nariz, jugando con el cachorro mientras este lamía sus manos.

Olivia solo sonrió ligeramente ante la adorable imagen.
El cachorro se colocó sobre el regazo del rumano mientras se removía y gruñía al no poder morder los dedos del rumano.

Stan elevó la mirada, esta vez Olivia miraba atentamente una pequeña flor que arrancó del césped, como si esta fuera interesante. Su madre tenía razón, sus ojos grises estaban más decaídos de lo normal, y no era la primera vez que los veía así. Una noche anterior la notó de esa forma y aunque le preguntó que sucedía, ella solo lo negaba todo y trataba de dedicarle la mejor de sus sonrisas.

𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora