𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘕𝘦𝘹𝘵 𝘤𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

1 mes después...

Olivia fue la última persona que pudo hablar con el señor James Harrison antes de que este muriera a manos de ese agresivo cáncer en sus pulmones. Cuando ella recibió la noticia de su fallecimiento, se sintió tan mal al no saber describir lo qué pasó por su cabeza. No lloró, no sintió la tristeza normal que una hija puede sentir al perder a su padre. Más bien sintió una tristeza totalmente diferente, vivió el duelo de nunca haber podido tener una relación estable con el, de nunca haber podido reír y pasar un buen rato a un lado de su padre, ver a todas esas niñas siendo la luz de los ojos de sus padres mientras ella se preguntaba una y otra vez que había de malo en ella, ¿Por que papá no me quiere?

Realmente no quería estar en el funeral de su padre, pero de alguna u otra forma quiso ser parte de ello, quizá en un intento de fingir que nunca hubo ningún problema entre ellos. Sentía una gran tensión en su familia entera, nunca fue cercana a ellos, ni siquiera a sus abuelos que había visto pocas veces en su vida, pero tal parece ser que sus hermanos sí. La diferencia es que ahora aquel aspecto no la hacía sentir mal, ahora sentía una indiferencia que le resultaba aliviadora.

En ningún momento se alejó de su pequeña hermana Daisy, quien aún no comprendía que sucedía exactamente, donde se encontraba su padre. La protegió de sus hermanos mayores que sentían un desprecio inexplicable mientras ella no podía entender cómo podían ser incluso así con una niña, pero no le sorprendía. Sabía que si dejaba a Daisy cerca de ellos, sufriría lo que ella sufrió desde que tenía su edad, y no pensaba permitir eso.

En algún momento tuvo que dejarla un poco porque necesitaba tiempo a solas para respirar, su novio no dudó en ayudarla a cuidar de esa pequeña niña que le robó el corazón al recordarle a la pequeña Olivia que conoció tantos años atrás

—¿Ya nos podemos ir? No me gusta aquí...— la voz pequeña de la pequeña llamó su atención, por supuesto que no le agradaba ver a todas personas desconocidas para ella tan calladas y serias.

—Aún no, nena.— Stan susurró con una sonrisa apenada. —Esperemos un poco a Liv, ¿Si? Después... podemos llevar a Myron al parque ¿Que te parece?— le preguntó una pequeña sonrisa.

Daisy solo se mantuvo callada, no sonrió ni se emocionó como siempre hacia. Sebastián suspiró y la atrajo a él para abrazarla, la pequeña solo pudo esconder su rostro en su pecho.

Por otro lado, Olivia salió un momento de aquel lugar para sentir el aire fresco rozar  contra su rostro, el sonido del tráfico neoyorquino la calmó por un momento. Ese pesar en su pecho no se iba, aún no sabía cómo procesar la noticia de que su padre no se encontraba más, el se había ido pero el tormento seguía allí.

Le dolía no haber podido perdonarlo porque realmente quería, incluso cuando lo escuchó llamarla "hija" sintió una pequeña esperanza, pero todo ese dolor no podía borrarse así como así. No podía perdonar así como si nada a su propia familia que jamás la hizo sentir parte de ellos. No les deseaba nada malo, pero estaba segura de que jamás podría perdonarlos. Y estaba tranquila con ello.

—¿De que hablaste con mi papá en el hospital?—

Aquella voz la asustó como de costumbre. Al girarse, su hermana se acercaba a ella con un semblante cansado y notablemente triste, pero ese odio inexplicable se podía ver aún en sus ojos.