𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘋𝘢𝘪𝘴𝘺

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Katherine no podía sentirse más afortunada. Sebastian la besaba ansiosamente, su cuerpo arremetía contra ella de la forma perfecta para hacerla gemir y jadear. No podía dejar de tocarlo, sus manos ansiosas por sentirlo se paseaban por sus tonificados brazos que lo sostenían para evitar aplastarla, por su musculosa espalda donde podía sentir como sus músculos se tensaban, y por sus cabellos castaños que jalaba para suplicarle silenciosamente que no se alejara de ella.

Escuchaba complacida como el rumano gemía roncamente contra su boca, a pesar de haber experimentado intimidad con el, esta vez se sentía diferente. Lo sentía cerca suyo, lo sentía más cercano y deseoso por estar con ella. Y no había nada que la haría más feliz, a final de cuentas lo amaba demasiado y adoraba sentirse deseada y anhelada por el.

La respiración del rumano se agitó, comenzó a gemir roncamente con más frecuencia sobre los labios de la rubia. Katherine gimió de igual manera y abrazó su cuello para acercarlo aún más si es que se podía.
Unos cuantos momentos más pasaron para que ambos sintieran el clímax golpeándolos repentinamente, haciéndolos gemir y jadear ruidosamente sobre los labios del otro.

El rumano suspiró temblorosamente y juntó su frente con la suya. Mantuvo sus ojos cerrados para intentar tranquilizar su respiración agitada. Cuando logró hacerlo, se quitó de encima suyo para recostarse a su lado, Katherine rápidamente se acurrucó a su lado, Sebastián no dudó en abrazarla a él.

Por el momento no pudieron decir nada, lo único que se escuchaba en la habitación era ambos tratando de controlar sus respiraciones agitadas. Después de un par de minutos, la rubia se enderezó de repente. Lo miró con una sonrisa que el no supo como describir, había un bonito brillo de pura admiración en sus ojos verdes.
Tomó su mejilla y lo acercó a ella para besar su mejilla sonoramente.

—Te amo.— murmuró comenzado a besar su mejilla repetidamente.

Sebastián suspiró y giró su rostro un momento para poder besar sus labios castamente. Admiró los hermosos ojos de su novia un momento, mientras ella hacía lo mismo y pasaba sus dedos por sus cabellos castaños.

—Te mentí.— la voz ronca del rumano sonó por primera vez.

La sonrisa de la chica desapareció poco a poco, ahora en su semblante había confusión y una pizca de miedo que crecía conforme el silencio lo hacía. No entendía a que se refería.

—Yo... cuando me preguntaste si me he llegado a sentir atraído a Olivia.— Sebastián tragó con dificultad.

No sabía si era una buena idea, pero esta vez realmente necesitaba ser sincero con ella. Katherine no dijo nada, esperó paciente y silenciosamente a que el le explicara.

—Te dije que no porque realmente quería que lo nuestro durara y no quería que nuestra relación se sintiera diferente por eso. Hace años... ella y yo nos besamos, y desde ahí yo... pensé que había algo entre nosotros, me sentía muy raro con ella y seré sincero, los celos eran demasiado para poder lidiar con ellos.— Sebastián rió sin muchas ganas. —Por mucho tiempo pensé que ese beso había cambiado las cosas entre nosotros...—

Katherine presenció como Stan desviaba la mirada.

—Pero no fue así. Solo fue una tonta emoción de momento.— murmuró.