𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘕𝘦𝘸 𝘩𝘰𝘮𝘦

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Georgeta saludó a su mejor amiga con emoción, no encontraba la hora de visitarla y abrazarla, preguntarle que había sido de su vida los pocos meses que llevaban separadas por la lejanía entre ambas.

Sebastian solo pudo sonreír al ver como su madre reía con emoción.

—Oye, ¡Maggie y Scott se ven muy bien! Me alegra mucho por ellos, ambos se ven felices con sus parejas...— Georgeta comentó bastante sonriente.

—Lo se, estoy tan orgullosa de ellos.— Lenora sonrió con nostalgia mirando a lo lejos a sus dos hijos mayores riendo y conversando con sus respectivas parejas.

—¿Y Olivia? Quiero saludar a mi niña...— Georgeta buscó a la menor de los hermanos Harrison con la mirada.

—Debe estar por ahí con su novio.— Lenora hizo un ademán. —Disculpen, iré a recibir a los demás invitados...— murmuró y se alejó.

—¿Novio?— Georgeta elevó las cejas y miró a su hijo quien ahora no se notaba muy contento.

Sebastian solo pudo sonreír levemente y asintió.

—¿Como...?— Georgeta frunció el ceño. —Wow... ¿Y donde están?—

Sebastian señaló silenciosamente a su mejor amiga a lo lejos. Tragó duramente, Olivia parecía peinar los cabellos de quien ahora era su novio, Patrick, el sostenía su cintura. Sonreía y reía mientras el la miraba con una sonrisa y susurraba cosas que al parecer eran graciosas ya que Olivia no podía dejar de sonreír. Su corazón se sacudió, jamás en los tantos años que lleva conociéndola, la había visto sonreír de esa forma, tan única y apacible.
Mordió su labio inferior con fuerza ya que no se sentía capaz de contener lo que se acumulaba en su pecho.

—Wow...— Georgeta susurró y entrelazó su brazo con el suyo. —Es guapo... ¿Como se llama?— susurró de nuevo y ambos comenzaron a caminar hacia la pareja.

—Patrick.— el rumano respondió sin ganas.

Se preparó mentalmente cuando estuvieron a escasos pasos de la feliz pareja.

—Liv...— Georgeta llamó a atención.

Olivia rápidamente se giró al reconocer aquella voz. Abrió los ojos, una amplia y bella sonrisa de formó en su semblante, la cual logró calmar un poco la incomodidad del rumano sin que lo supiera.

—¡Hola!— saludó con mucho entusiasmo y no dudó en abrazar a la que consideraba su segunda madre.

Georgeta la abrazó de vuelta igualmente con una gran sonrisa y la estrujó demostrándole lo mucho que la había extrañado. Se separó de ella y tomó sus manos entre las suyas para analizarla con atención.

—Mira que hermosa estás. Cada día estas más preciosa, ¿Verdad, Seb?— la mujer elevó una ceja sonriente y esperó la respuesta de su hijo.

Sebastian solamente pudo asentir sin dejar de mirar a la ojigris.

—Gracias.— Olivia rió con un sonrojo en sus mejillas. —¡Ah! Georgeta... te presento a mi novio, Patrick.—