𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘙𝘦𝘥 𝘱𝘪𝘢𝘯𝘰

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

Absolutamente todos los alumnos en aula suspiraron con alivio cuando la campana los salvó de la aburrida clase.

—Joder, como odio estar aquí.— el joven se quejó tomando su mochila para colocarla sobre su hombro.

Sebastian sonrió con diversión e igualmente se levantó para colocarse su mochila.

—Pues tu tortura se acabó.— el otro joven sonrió y igualmente con diversión. —Salió un plan inesperado. Vamos a ir al restaurante a unas cuadras de la escuela, donde venden hamburguesas. ¿Se apuntan?— miró a su grupo de amigos quien asintió, menos uno.

—¿Te apuntas, guapo?— Rebecca, su novia, le preguntó al ojiazul mientras se acercaba para abrazar su cuello con sus brazos.

—Me encantaría...— susurró y besó sus labios. —Pero... no podré. Tengo otros planes, hermosa. Lo siento... pero ve tú con ellos. Te divertirás.— le dedicó una encantadora sonrisa y besó sus labios una última vez.

La sonrisa en el rostro de Rebecca se borró poco a poco mientras observaba a su novio alejarse para salir del aula.

—Uhhh, planes con Olivia, de seguro.— uno de las jóvenes susurró, Rebecca apretó los dientes al escucharlo.

No dudó en seguirlo a las afueras del aula.

—¿Planes con quien, Sebastián? ¿Con esa rechazada social?— preguntó con una sonrisa sin gracia.

Sebastian frunció el ceño y dejó de caminar.

—¿Que?— preguntó con una sonrisa confusa.

—¿Saldrás con tu amiguita? ¿la rechazada social?— Rebecca se cruzó de brazos y esperó su respuesta con una ceja alzada en su semblante.

La sonrisa en el rostro de su novio se borró de inmediato.

—Esa "rechazada social" tiene nombre, y es Olivia. Y si, saldré con ella. Y no la llames así, por favor.— sonrió sin gracia antes de girarse para seguir con su camino.

—¿O sea que no vas a ir conmigo y los demás? ¿Así nada más?— Rebecca tomó su brazo para detenerlo. —¡Somos novios y ni siquiera salimos!—

—Becky, nena... ¡Salimos ayer!— Stan gimió con cansancio.

—Pues si pero casi no lo hacemos.— la rubia rodó los ojos.

—Nena, entiendo que seamos novios pero no tenemos que pasar todo el tiempo juntos. Tú tienes a tus amigas y yo tengo a Olivia o a mi familia, cada quien con su vida.— el rumano se encogió de hombros despreocupadamente. —Es lo más sano ¿No crees?—

—Pues si pero tal parece que tu vida se basa en ser niñero de la rechazada esa.—

El semblante del rumano cambió considerablemente al escucharla. Como si esa palabra encendiera el interruptor de la molestia.