𝘞𝘩𝘢𝘵 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘥𝘰𝘯𝘦?

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.:+* ゜゚ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ゜゚ *+:.



⨻ 𝘢𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 ⨻
𝘤𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘯𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘥𝘰
𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘶𝘥 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭


Sebastian sonrió con diversión una vez más al ver como Olivia hacía una mueca de puro fastidio por enésima vez. Habían pasado horas en el centro comercial buscando el regalo perfecto para el novio de la chica. Visitaron varias tiendas, pero nada parecía gustarle.

—¿Nada que te guste?— preguntó intentando no reír.

—No. Estoy harta.— Olivia suspiró pesadamente y recargó su cabeza en su hombro, realmente estaba exhausta.

—¿Por que no vamos a mi departamento y descansas por hoy? Todavía tienes hasta mañana para buscar el regalo.— propuso rodeando sus hombros para acercarla a él.

Olivia asintió con un leve puchero.

Sebastián rió y tomó su mano para dirigirla a la salida de aquella tienda y del centro comercial. Ya se encontraba estacionado el auto en el estacionamiento del lugar donde vivía.

—Dios, estoy exhausta.— Olivia se quejó mientras bajaba del auto. —Ya no aguanto estos tacones. Son tan bonitos, que lastima que sea una tortura usarlos...—

—Dámelos entonces.— Sebastián murmuró de repente.

—¿Eh?— frunció el ceño notoriamente.

—Dame tus tacones.— Sebastián asintió con obviedad.

—¿Que? ¿Te los pondrás?— Olivia rió mientras quitaba sus tacones, rápidamente sintiendo el alivio en sus pies.

—Tal vez me queden mejor que a ti.— Sebastián bromeó haciéndola reír.

—Te los presto todo lo que quieras pero ¿Como voy a caminar descalza, genio? No...— tuvo que dejar de hablar ya que un jadeo se escapó de sus labios cuando el rumano la sostuvo en sus brazos, sosteniendo la parte trasera de sus rodillas y su cintura para evitar que cayera.

Rápidamente caminó con ella en sus brazos, sonriendo al escuchar como ella reía y de vez en cuando jadeaba por el miedo a caerse.

—Estas loco. Me asustaste.— rió cuando se adentraron al ascensor y las puertas de este se cerraron.

—Bueno, esos tacones no se ven nada cómodos ahora que los veo.— Sebastián hizo una mueca al ver los tacones que aún sostenía.

—Ya puedes bajarme.— Olivia rió observando su mueca.

—No quiero hacerlo.— el rumano sonrió despreocupadamente mientras se encogía de hombros.

Al salir del ascensor, recibieron un par de miradas extrañas de sus vecinos que salían de sus departamentos. No les importó mucho, el siguió caminando con ella entre sus brazos hasta que llegaron a su puerta. Sebastián la abrió con algo de dificultad, entró con ella a su departamento y la dejó en el sofá, sonriendo con diversión al ver como ella bufaba, aún se le notaba fastidiada.

𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora