𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙄𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚 ᯽ ꜱᴇʙᴀꜱᴛɪᴀɴ ꜱᴛᴀɴ

𝘎𝘳𝘢𝘺 𝘦𝘺𝘦𝘴

｡.｡:+* ﾟ ゜ﾟ *ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛᴇ * ﾟ ゜ﾟ *+:｡.｡

"Ya diste tu primer beso"

La joven lo miró totalmente atónita, aún sin poder creer que realmente acababa de vivir aquella experiencia por primera vez y con la persona menos esperada.

Sebastian la miraba en silencio, no sabía que decir ya que estaba igualmente sorprendido por su propia obra. Al ver el semblante de la menor comenzó a pensar que quizá no fue una buena idea como pensaba.

—Perdón.— se disculpó tragando con dificultad. —No debí... no debí hacerlo. Perdón, olvídalo... olvida que lo hice...—

—No...— Olivia susurró e igualmente tragó con dificultad. —Yo no...—

No sabía que decir, el momento mágico se esfumó y así la incomodidad pudo reinar el ambiente. Ninguno podía creer que sus labios danzaban entre si hace tan solo unos segundos. No era algo que siempre quisieron hacer ya que jamás se consideraron más que un hermano o hermana.

—N-No... no me lo esperaba.— Olivia confesó y presionó sus labios en una línea. Su lenguaje corporal dejaba muy en claro la timidez y vergüenza que sentía.

Sebastian relamió sus labios, sentía un extraño hormigueo en estos que le resultaba extrañamente placentero. Sus ojos azules la miraron atentamente y carraspeó antes de hablar.

—¿Te gustó?— preguntó.

Olivia tragó y le fue imposible detener el sonrojo en sus mejillas. No le respondió. Pero por lo menos Stan se quedó con la idea de que no le había disgustado, sus ojos grises eran demasiado expresivos y por el momento no expresaban asco o molestia. Tan solo... sorpresa, y timidez por supuesto.

—¿Puedes responderme algo?—

Olivia asintió en silencio.

—¿De verdad piensas todo eso sobre ti? ¿De verdad piensas que no existes o que eres "fea"?—

El rostro de la menor cambió considerablemente. Rápidamente desvió la mirada de la suya, prestándole atención a sus manos sobre su regazo. Estaba avergonzada, nunca fue su intención evidenciar su sentir con el ni con nadie.

Su silencio fue la respuesta que Sebastian necesitaba. Se acercó a ella y tomó sus manos entre las suyas para llamar su atención.

—No quiero que sigas pensando esas cosas de ti.— pidió manteniendo el contacto visual. —Por favor, no dejes que Maggie te haga creer esas cosas...—

—Pero... ¿Por que nadie quiere estar conmigo?— Olivia susurró, sus ojos grises se llenaron de lágrimas nuevamente.

—Pero eso tu no lo sabes.— Sebastián le dedicó una dulce sonrisa y tomó un mechón de sus cabellos para esconderlos detrás de su oreja. —Estoy seguro de que no soy el único que ve todo lo que eres. Una chica hermosa con un gran corazón.—

Olivia negó sin estar de acuerdo con lo que acababa de decirle, ella pensaba que era todo. Todo menos hermosa.

—Ya quisieran todas tener tu cabello tan perfecto sin esos tratamientos caros... o tus ojos. ¿Sabias que es poco común que alguien tenga los ojos grises?— le cuestionó con una sonrisa ladina.