No me conviene

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Esta mañana me he despertado en tal nube que no he necesitado ni el despertador y me ha dado por cocinar crepes para toda la familia.

Mi hermano me ha pillado enseguida, con lo que le conté el otro día ha atado cabos, y mi madre estaba rarísima, pero no les he hecho caso a ninguno de los dos y he seguido con mi buen humor.

He intentado mantenerlo también durante la preparación del servicio, aunque he recibido un mensaje de Ainhoa avisándome de que no estaría porque hoy se iba a pasar por la sesión de mañana de terapia y que nos veríamos por la tarde.

Pero cuando ha aparecido otra vez mi madre más rara que un perro verde, sabía que estaba a punto de acabarse. Nos vio ayer besarnos y ya ha decidido que no me conviene Ainhoa, que hace nada estaba todavía con Paolo y que ella tiene muchos problemas. A mi lo que me parece, más que todas esas excusas que me ha dado, es que le incomoda que pueda estar con una chica.

Como no ha dado un gran resultado, ha vuelto poco después a la carga, convocando a todo el personal del hotel a una reunión para decir que no deberíamos tener relaciones sentimentales unos con otros.

Yo me pregunto por qué esta reunión no se convocó hace unas semanas cuando descubrieron que estaba liada con Paolo y se ha dado tanta prisa el día después de ver que estoy empezando algo con Ainhoa. Es que es alucinante y sinceramente no me lo esperaba de mi madre.

Al final Ainhoa no ha llegado a tiempo tampoco al servicio de tarde y se ha ido directamente a su habitación, así que cuando he terminado, me he cambiado rápido y he subido a verla.

Tenía tantas ganas de verla después de lo de ayer y de no coincidir en todo el día, que no sé cómo no me he avalanzado sobre ella cuando ha abierto la puerta de su habitación.

Me ha recibido con una sonrisa, como si ella también me hubiera echado de menos, pero a partir de ahí me ha parecido que se ponía nerviosa, jugando con los mechones sueltos de su pelo, dándole vueltas y centrándose en ellos.

Necesitaba hablar con ella, confirmar que lo de ayer no fue un sueño, que estamos en la misma página y contarle todo lo que ha pasado hoy con mi madre.

Pero enseguida que he abierto la boca y le he contado lo de mi madre, se ha empezado a torcer.

No me puedo creer que Ainhoa piense como ella que no me conviene. Ya sé toda su historia, que su anterior relación fue de maltrato, tóxica, que eso le ha llevado al alcohol y que tampoco está en una posición económica estupenda cuando solo puede vivir en el hotel. Tampoco es ideal que sea mi jefa, aunque no creo que eso nos vaya a afectar mucho.

¿Pero de verdad es para echar por tierra todo esto?

Ainhoa parece creer que sí, que no podemos estar juntas, a pesar de lo que sentimos, a pesar de la revolución que ha supuesto darnos cuenta de esto a las dos y lo mejores personas que nos sentimos juntas.

Me dolió tanto que no pude seguir allí y me fui dando un portazo. Luego me arrepentí, porque en el fondo estoy segura de que ella también lo pasó mal, pero a veces soy bastante cabezota.

Ya nada volverá a ser como antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora