Gymkanas

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Me alegro mucho de todo lo que os ha gustado el anterior capi ☺️ éste es menos divertido pero necesario para ir construyendo.


Silvia nos acercó al hotel por la mañana y nos dejó en la esquina mientras iba a aparcar, como por lo visto solía hacer cuando coincidía en horarios con Luz. Todo el mundo sabía que eran madre e hija y que vivían juntas, pero no iba a entrar yo en las costumbres familiares. Mi novia se había acercado a por un par de cafés para llevar al Chelsea y yo planeaba aprovechar para entrar en mi habitación y coger mi propia ropa, aunque el outfit que le había tomado prestado a Luz no estaba nada mal.

Pero el hotel estaba cerrado y había un extraño cartel en la puerta.

Me encontré con los compañeros allí y a nadie le sorprendió verme fuera del hotel tan pronto por la mañana cuando todo el mundo sabía que vivía en él, tampoco sería yo quien llamara la atención sobre ello. En este pueblo eran muy cotillas, pero se fijaban poco en los detalles.

Andrés nos citó a todos en el restaurante y le dio tiempo a llegar a Luz con los cafés y a Silvia después de aparcar. A ella también le sorprendió que el hotel estuviera cerrado, no le habían informado de todo esto, así que entramos al restaurante con el resto.

Team building.

Había cerrado el hotel entero por un team building. Yo no sería empresaria, pero por muy mal que fuera el hotel, no me parecía muy buena decisión mantenerlo cerrado un día entero y tener a los empleados entretenidos. Eso sacaba dinero de la caja en lugar de meterlo.

La primera actividad se trataba de un juego en el que teníamos que participar por equipos. Deseaba con todas mis fuerzas poder estar en el mismo equipo que Luz, pero para mi sorpresa, y si la indicación de su cara era alguna pista, también para la sorpresa de mi novia, Silvia me eligió a mí para su equipo antes que a su propia hija.

El desayuno en la casa Romaña-Lasierra de esa mañana había sido tremendamente entretenido. Se me había ocurrido la idea de hacer el desayuno como forma de romper un poco el hielo con la familia de Luz y que no resultase tan raro como el momento en el que Jon y yo nos dimos los buenos días y tenía que decir que creía que había salido bastante bien. No había tenido nada que ver con aquella cena de la que me tuve que ir antes de tiempo para romperme en mi habitación.

Precisamente Silvia, la más reticente a nuestra relación, que durante aquella cena ya había intentado defenderme en cierto modo, se había vuelto a mostrar muy comprensiva, dando apoyo a nuestra relación y normalizando toda la situación.

Supongo que tampoco había hecho mal que la hubiera buscado un momento a solas y le hubiera explicado que en unos días tenía mi primera cita con quien esperaba que fuera mi psicóloga y necesitaba ausentarme del inicio del turno.

La frialdad que continuaba esperando por su parte, por lo que me habían dicho de sus opiniones, no llegaba y solo encontré la calidez que había heredado Luz.

No sabía si tenerme en su equipo para la actividad formaba parte de ese proceso de normalizar e incluirme o era más bien el deseo de tener a las participantes del 'crímen perfecto', como lo llamó Clara, a buen recaudo. Creo que ella también se sintió desplazada cuando pasó todo aquello, aunque se lo recriminara a sus hermanas y no a mí. Pero lo cierto es que me lo pasé muy bien con ellas y ganamos al equipo rojo. Descubrir a Luz picada, era todo un bonus.

La diversión llegó a su fin justo después, cuando Andrés anunció que se iban a reducir los salarios. Vera había sido la oportunidad de redimirme y empezar de cero lejos de la influencia de mi ex, así que tampoco le había prestado mucha atención al sueldo cuando acepté el puesto. Pero con él ya no podía permitirme un alquiler en el pueblo, con el salario aún más reducido no soñaba con mudarme del hotel en el futuro más próximo.

En cualquier caso, en Vera había ganado mucho más de le que esperaba y que no se podía cuantificar en dinero: había conocido a gente muy importante y se había convertido en mi hogar. No sé lo que el futuro depararía al hotel y a mi carrera, pero no sería tan fácil que me alejara de este pueblo.

La siguiente actividad programada era una cata de vinos con comida en la bodega de Andrés, en la que yo, con mi problema de alcoholismo, lógicamente no podia participar, así que aproveché para trabajar a solas en la cocina en nuevos menús que atrayeran a los comensales y ayudasen a reflotar la actividad del hotel.

Y ya que estaba, se me ocurrió trabajar también en otros proyectos...

Ya nada volverá a ser como antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora