Amigos del Swing

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El hotel estaba por fin lleno. Al parecer, José Antonio se las había ingeniado para que un grupo de bailarines de swing hiciera su reunión y se hospedara en el hotel.

Tras recuperar nuestro trabajo y ver que el negocio parecía tener beneficios, aunque nos pasáramos la jornada empujando carritos con comida por los pasillos del hotel, no podíamos quejarnos.

Mientras que todo el equipo del hotel se esmeraba en tener listo el salón para la reunión del grupo, desde cocina brindábamos apoyo, haciendo el reparto de los pedidos a las habitaciones. Y no había visto jamás tantos pedidos a las habitaciones.

Revisaba las comandas en la tablet, para saber qué entregar en casa habitación, cuando escuché una puerta abrirse y otra cerrarse a mi espalda. Me giré instintivamente para ver de qué se trataba, pero no había nadie. Luz se encogió de hombros.

Lo malo es que luego los mismos paseos que habíamos dado para dejar los pedidos, también los teníamos que hacer para retirar los platos.

Comentábamos lo bien que habían salido las albóndigas en salsa de tomate y lo mucho que habían parecido gustar a los huéspedes, cuando salió un hombre completamente desnudo de una habitación y entró a la habitación justo al otro lado del pasillo.

Me quedé congelada y miré a Luz, que tenía sus enormes ojos, abiertos de una forma que no parecía humanamente posible. No había terminado de recuperarme del shock cuando otra puerta se abrió a nuestra derecha y una mujer completamente desnuda se metió en la habitación de la que había salido el primero.

"¿Acabas de ver lo que yo acabo de ver?"

Ella me confirmó que no se trataba de un mal sueño provocado por algo que me había sentado mal de la cena y sí que estaba sucediendo.

Los amigos del Swing de Jose Antonio eran en realidad swingers. Y nuestro pobre amigo ensayando los pasos de swing para bailar con ellos. Como se presentara allí, iba a flipar.

Estallamos en un ataque de risa que fue difícil de parar.

"¿Qué hacemos?" Preguntó Luz, cuando recuperamos la compostura.

Yo pensé un momento. "Bueno, el hotel está lleno, ¿no? Que es lo que se necesitaba, qué más da que sean bailarines o swingers."

"Ya, Ainhoa, pero el hotel no puede tener esta reputación. Además que..." Puso una cara de asco comiquísima. "Que vamos a tener que desinfectar todos los rincones cuando se vayan."

Me contuve y no me reí. Ganas no me faltaban, esto no podía estar sucediendo. "Habrá que decírselo a tu madre o a Blanca. Confirmar que lo saben y si hay algo que quieran hacer."

"Mi madre no lo sabe, eso te lo puedo asegurar. Cómo lo van a saber."

Nos dividimos para devolver el carrito a la cocina y buscar a las responsables del hotel, sufrimos un trauma al encontrarnos a mucha gente desnuda en el salón y todo para que Silvia no estuviera allí. Y Blanca... Blanca ya se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo realmente y estaba intentando averiguar cómo solucionarlo.

En definitiva, fue una jornada de vuelta al hotel bastante interesante.

Me dejé caer en la cama, aún con el uniforme puesto y cerré los ojos. Poco tiempo después sonó la puerta abrirse y cerrarse.

"Por favor, no seas una persona random desnuda. Ya he visto hoy demasiadas." Bromeé, aún con los ojos cerrados, sabiendo perfectamente bien de quién de trataba.

Escuché su risa como la melodía de mi canción favorita y noté que la cama se hundía levemente. Cuando pasados un par de minutos no sentí su contacto, abrí los ojos.

Luz estaba tumbada de lado cerca de mí, también en uniforme. Su cabeza apoyaba sobre la mano cuyo codo hincaba en el colchón y me observaba con una sonrisa en la boca. "¿Estás cansadita?"

Arrugué el ceño y puse morritos antes de asentir. Ella volvió a reír y yo tiré de ella. "Ven aquí."

Cayó parcialmente sobre mi, encajando una de sus piernas entre las mías. Sentí el suave peso de su cuerpo y suspiré. Llevé por instinto mis manos a la parte baja de su espalda, abrazándola a mí y busqué sus labios.

Ella se sujetaba para no clavar todo su peso sobre mí en el brazo junto a mi cabeza y acariciaba con su mano libre mi pelo bajando por mi cara. Su pulgar delineó mi mejilla y bajó a mi barbilla, donde por fin atendió mi petición, sellando mis labios con los suyos.

Me perdí en sus labios, que sabían tan bien y me acariciaban suave, tierno, lento. Mis manos recorrían su espalda como si tuvieran su propio destino en mente y... parecieron encontrarlo.

Sentí el temblor de la risa de Luz en mi pecho antes de que se separara solo lo suficiente para poder decir. "¿No decías que ya habías visto muchos cuerpos desnudos hoy?"

Fui consciente entonces de que mis manos habían bajado a su trasero y habían encontrado su piel bajo la chaquetilla, donde dibujaban patrones sin sentido y hacía que se le pusiera carne de gallina.

Fue mi turno de reírme. Le hice cosquillas en los costados, aprovechando que me pillaba a mano. "No creo que me canse nunca de verte desnuda."

Sujeté su cintura y nos empujé suavemente, invirtiendo posiciones. "¿No estabas cansadita?"

"La posibilidad de verte desnuda tiene más poder que un chute de cafeína..." Le dije mientras atacaba los botones de su chaquetilla y dejaba besos por su cuello según iba liberando piel. Había estado un par de días jodida por la regla, pero por los sonidos que hacía, parecía estar en el paraíso. "Espera, ¿has cerrado bien la puerta?"

Se tapó la cara con las manos, con frustración. "No puedo contigo, ¿de verdad te preocupa eso ahora?"

"No vaya a ser que de repente entre alguien que quiera apuntarse a jugar con nosotras." Arrugué la nariz, dejando clara mi opinión al respecto. "A no ser que te vayan esas cosas..."

Gruñó y cogió mi cabeza tirando suavemente hacia sí, haciendo que me encontrara de nuevo con su escote. "Sí, he cerrado, esa gente se ha ido del hotel y tú ya me haces sentir que me quemo por dentro, no nos hace falta nadie más." Explicó rápidamente y luchando por normalizar su respiración. "Así que por favor, si pudieras seguir por donde ibas..." Terminó mandona.

"Encantada." Susurré contra su piel sin poder ocultar mi sonrisa.

Ya nada volverá a ser como antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora