Procesar en voz alta

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Sin cobertura en carretera, ojalá se publique 🤞🏼

"Qué tarde vienes, ¿no, cariño?"

Cuando llegué a casa, mi madre estaba en el sofá, sentada con los pies descalzos sobre el asiento y la tablet apoyada en sus piernas. "Ya, sí, es que quería darme una vuelta para que me diera el aire y he perdido la noción del tiempo."

"¿Ha pasado algo?" Preguntó dejando la tablet en la mesa junto al sofá y quitándose las gafas, para dejarlas en el mismo lugar, dedicándome toda su atención.

Compré tiempo, dejando el bolso en el perchero, mientras valoraba si descargaba en ella o no todo lo que me rondaban. Finalmente suspiré y me dirigí al asiento libre del sofá, al fin y al cabo yo era de pensar en voz alta. "Es por Ainhoa."

"¿Todavía no habéis arreglado las cosas?" Preguntó sorprendida, la última vez que nos vio juntas fue en la desastrosa cena.

Yo negué y el pelo cayó, ocultando mi cara, lo cual agradecí. "Le pedí un tiempo y ella dice que eso suena a que la estoy dejando."

"Es que eso nunca suena muy bien, pero no quiere decir que no vayáis a volver." Ella empezó a peinar mi pelo hacia atrás, pasándolo por detrás de mi oreja.

Al menos encontraba la calma en sus caricias. "Ya, pero es que además de no poder pasar página de lo que ha pasado, no hago más que cagarla."

"¿Qué quieres decir que no puedes pasar página?"

Sacudí la cabeza. "Es que yo intenté estar ahí para ella y ella no confió en mi, no me contó nada y, no sólo eso, es que me mintió a la cara. Lleva ocultándome todo lo que tiene que ver con él desde el principio."

"¿Y no crees que eso puede ser porque quería protegerte y que no te preocuparas por ella?"

Asentí. "Sí, pero cuando pasó..."

"Ya, cariño, eso no estuvo bien, pero ella estaba cagada de miedo y quería protegerte a ti." La justificó. "Su ex la encontró y casi la ahoga y le parte la cara, si no llega a ser por tus tías." El nudo en el pecho se apretó aún más y cerré los ojos. "Eso no tiene que ser fácil de gestionar y, además, tenía a tu tía Marta asegurándose de que no le contaba nada a nadie. Que ya me parecía a mí que se pasaba mucho por la cocina últimamente. Bueno, y por el hotel en general, vaya." Mi madre destensó con la pulla a mi tía y me hizo reír un poco. "Ahora tiene sentido: estaba controlando a las otras dos, que tenían unas caras largas hasta el suelo y se les notaba que les pasaba algo."

Hizo una pausa, para que fuera calando en mi antes de proseguir. "Lo que no sabía Ainhoa es que tú habías ido a defender su honor a Madrid, así que quisiera o no, tú ya estabas involucrada. ¿Por qué hiciste eso?" Aprovechó para preguntarme. Sabía que esto llegaría desde que se destapó.

La miré de reojo, comprando de nuevo tiempo. "No lo sé, mamá. Solo quería hacerme una idea de cómo era su mundo, pero me lo encontré y empezó a soltar mierda de Ainhoa y... le dije que se alejara de ella."

"Cariño, pero es que eso podía haber sido muy peligroso. ¿Y si te hubiera agarrado a ti?" Me había ganado la reprimenda, la verdad. "No estaban tus tías ni una tarta de boda para tirarle encima."

Menos mal que estaba de humor... "Ya lo sé."

"Ven aquí." Se apoyó contra el lateral y abrió brazos y piernas. Yo me reí, pero gateé y me apoyé en el pecho de mi madre, mientras me peinaba el pelo y me ayudaba a tranquilizarme. "Ya te he dicho muchas veces que Ainhoa es una persona complicada..."

Me resistí y quise separarme. "No empecemos, mamá..."

"Escúchame, anda." Ella me apretó fuerte en el abrazo y no me permitió separarme. "Es una persona complicada. Ha vivido un maltrato durante no sabemos cuánto tiempo y eso hace que una persona cambie, que se resguarde, simplemente por supervivencia, y que no sepa afrontar según qué situaciones."

Era cierto que Ainhoa no era la persona más social que conocía, que no sabía encajar o cómo reaccionar ante cosas que yo podía encontrar normales, pero no me había parado a pensar en ello. Tampoco me había parado a pensar que quizás eso había estado ocurriendo con todo esto y que todo pudo habérsele ido de las manos sin saber gestionarlo.

"Todo esos problemas hicieron que cayera en el alcohol, también. Muy probablemente por una fuerte depresión." Continuó mi madre cuando sintió que las ruedas en mi cabeza ya no giraban tan rápido. "Que por cierto, me alegro tanto de que con todo esto no haya recaído. No debe estar siendo nada fácil..."

Cerré los ojos, quién no estaba siendo de ninguna ayuda en eso era yo, más bien al contrario. Saqué un hilo de voz. "Yo también me alegro."

"Pero a pesar de ser problemática, es una buena persona y se ve de lejos que te quiere con locura."

Se me cayó una lágrima de un ojo traidor y lo intenté ocultar, con una risa. "Vaya, mamá, parece que ahora sí que quieres que estemos juntas."

"Nunca te he visto tan enamorada de alguien." Me respondió sin darme la razón, acariciando mi mejilla para llevarse mi lágrima, que pese a mis esfuerzos no le había pasado desapercibida. "Salvo que tenga algún otro drama más a punto de estallar en la maleta, creo que a partir de ahora solo podéis crecer juntas y os podéis hacer mucho bien."

Sonreí en sus brazos, tenía razón.

"¿Y eso de que no dejas de cagarla?" Preguntó, haciendo que gruñera. "Venga, no te hagas la tonta. Cuéntame el chisme."

"Primero le eché la bronca porque Fina la besó."

"¿Fina? ¿La ayudante del alcalde? No sabía que le gustaban las chicas." Pensó en voz alta. "Pues pobrecita trabajando con ese señoro."

Me reí. "Buen uso del palabro."

"Me ha enseñado Jon." Respondió contenta. "¿Y segundo?" No me dejó escapar.

Me tapé los ojos con la mano, intentando escaparme. "Besé a Paolo."

"¿Pero por qué hiciste eso? Si no le quieres de esa forma..."

Me lamenté. "Ya lo sé. Me tuvo que parar él y me llamó egoísta, con toda la razón. Y lo peor de todo es que ella se enteró y me dijo que hiciera lo que quisiera, pero fuera de horas de trabajo. Es que no puedo ser más estúpida."

"Ay hija, un poco impulsiva, pero nada que todavía no se pueda arreglar."

Levanté la cabeza, buscando su mirada. "¿Tú crees?"

"Sí, estoy segura." Me sonrió y decidí creer en su sabiduría. "Venga, vamos a la cama. Que tu padre seguro que ya está dormido y tú tienes mucho que pensar."

Me levanté y la seguí por el pasillo, dándole un abrazo y un beso en la mejilla antes de meterme a mi cuarto. "Gracias, mamá. Buenas noches."

Tenía razón. Apenas pegué ojo esa noche y le di muchas vueltas a las cosas. No podíamos seguir con este tiempo, necesitamos hablar y poner las cartas sobre la mesa.

Ya nada volverá a ser como antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora