Señorita Protegida

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- Es él. - Me aferré a su brazo y una lágrima recorrió mi mejilla al instante, me da miedo, me asusta mucho el único hecho de que me mire.

- ¿Quién es él?

Entré en shock, no podía responder.

Escuché que Caroline comenzó a gritar en busca de papá y Andy, cuando ellos llegaron, Dante ya se había acercado a nosotras.

- Preciosa, un honor verte de nuevo.

- Disculpe, ¿Quién es usted? ¿Y por qué le habla a la niña de es manera? - Se paró en frente de mi con la mirada en alto, esa es una mujer. 

- No le interesa. - Sonrió. - Pero, soy el novio de la madre de Heidi.

- Su nombre es Hayden. 

- ¿Qué sucede? - Llegó a nuestro lado mi padre y miró a Dante.

- Tú...

- Cuánto tiempo Ithan. - Le sonrió, haciéndose el inocente. - ¿Me recuerdas?

- Largo de aquí. 

- ¿O qué? - Dio un paso hacia mi padre, pero él no retrocedió. - Sólo saludaba a tu hermosa hija, y a tu sexy mujer, a Linda le alegrará saber que al fin la olvidaste.

Su mandíbula se tensó y sus puños se cerraron con fuerza, iba a golpearlo, hasta que Andy a su lado miró a Dante.

- Largo de aquí. - Dijo con una voz serena, mientras se cruzaba de brazos.

- Tú no me digas nada, mocoso. - Lo miró con fastidio y nos miró a nosotras. - Adiós bellezas. Llámame. - Le colocó a Caroline una tarjeta en la mano.

Y comenzó a caminar lejos.

Caroline me abrazó y mi padre junto con ella, estoy segura de que Andy está aguantando para no ir y asesinarlo en este mismo momento...

Si yo no le tuviera miedo, lo haría con mis propias manos. 

Todo comenzó a darme vueltas y perdí mi equilibrio, de pronto de desvanecí.

Me desmayé.

¿Cómo dio con nosotros? ¿Cómo rayos nos encontró? 

¿Y si nos ha estado siguiendo? ¿Y si sabe como y dónde estamos?

- Voy a matarlo, voy a matar a ese hijo de perra, lo mataré con mis propias manos, no me importa si voy preso. - Estaba desesperado, con la voz entrecortada, Andy estaba torturándose con algo que realmente, no era su culpa.

Tomó mi mano y la besó, no puedo abrir los ojos, me pesan mucho.

- Te protegeré con mi vida Hayden, nada ni nadie te pondrá un solo dedo encima sin que yo lo permita. - Estaba al borde del llanto, se notaba en su voz, si lloraba, sería porque está que se pudre en ira y rencor, no por nada más.

- Andy... - Susurré con la voz, hecha un hilo.

- Estás bien, mi amor, estás bien. - Se acercó a mi y pegó su frente con la mía.

- Nada podría pasarme. - Abrí los ojos lentamente y él me miró. - ¿No te hizo nada ese imbécil?

- No, Caroline me protegió.

- Es una buena mujer.

- Es una buena mujer. - Repetí y él sonrió. - Andy...

- ¿Si?

- ¿Cómo es que nos encontró? - Una lágrima se escapó y se desbordó por el rabillo de mi ojo.

- No lo sé, pero, juro que lo averiguaré.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora