Señorita Sentida

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- Hayden... - Susurró sobre mis labios y al abrir los ojos, me di cuenta de que estaba ahí, era real, no era una fantasía ni un sueño que había tenido, le había besado y con eso había arruinado todo.

Lo solté y retrocedí boquiabierta, conmocionada.

- Y-yo... - Tartamudeé. - Lo siento... Lo siento mucho, yo no quería, bueno si, pero... - Miré sus ojos nuevamente, él, como yo, estaba boquiabierto, casi mudo. - Lo lamento.

Dije antes de salir del lugar, sin correr, solamente rápido, los tacones resonaban en el suelo, haciendo que con cada paso regrese a la realidad.

- Hayden. - Andy había salido detrás de mi. - Hayden, ¿Eso qué fue?. - Dijo con un tono de... ¿Alegría?, no, no puede ser eso, es sólo mi imaginación.

- Nada Andy, una equivocación mía. - Caminó hasta llegar a mi lado, pero, no me detuve, no podía ni verle la cara en ese momento.

- ¿Una equivocación?, ¿Es enserio?. - Una nueva pasante se puso a mi lado.

- Señorita Hunter, hay alguien que... - La interrumpí.

- Ahora no estoy disponible para nadie, ¿Si?, y por favor cancela todas mi citas de hoy. - Dije pasándome las manos excesivamente por el cabello, no, no puedo seguir aquí, si sigo aquí voy a terminar... Entre sus brazos nuevamente.

- Pero... - Seguí caminando. - El Sr. Andersen... - No escuché el resto.

- Hayden, tenemos que hablar, esa no fue una equivocación y... - Llegamos a la sala de espera, la primera parte que cualquiera veía al entrar a mi establecimiento.

Y allí, allí estaba la peor pesadilla que se me pudo presentar después de haber hecho lo que hice.

Allí estaba Kyle, con un ramo de rosas en una mano y una bolsa en la otra, sonriente, como si alguien fuera a sacarle una foto, y a su lado, sentado, pero, atento, estaba Adam, con su guitarra colgando de su hombro.

Di un paso para retroceder, y fue cuando me topé con el cuerpo de Andy. Me sostuvo entre sus brazos para que no cayera al suelo en el momento en que me temblaron las rodillas, pero, fue peor para mi.

Me sentí mareada en ese momento, como si todo ante mis ojos se tornara borroso, y me sintiera desorientada.

- No... - Alcancé a decir en el momento en que me separé de Andy y él me miró, los tres me miraban.

- ¿Hayden?. - Dijo Kyle. - Andy me tocó los hombros. 

- Quítale tus sucias manos de encima.

- ¿Tú vas a obligarme mocoso?. - Andy estaba hablando de manera amarga y cortante.

- No, deténganse. - Adam los separó y Andy lo miró, imparcial. - La prioridad es Hayden, y a ella no le gustan las peleas. - Andy retrocedió un paso, me miró, y se colocó la mano en el pecho, como si le hubieran disparado, lentamente, mientras que volvía a mirar a Adam.

- Tengo que irme. - Dije, para inmediatamente después salir corriendo, tomé un taxi al instante y le pedí que me llevara a casa.

Al llegar me di cuenta de que había dejado mi bolso en el trabajo, le dije al taxista que esperara y entré a la casa para buscar su dinero.

Cerré todo, absolutamente todo con llave, estoy nerviosa, estoy... Me siento maravillosa, fantástica, me siento... Estúpida, porque no debería de sentirme así, me quité los zapatos y empecé a correr.

Entré al baño y abrí la ducha sobre mi cabeza, había entrado con todo y ropa, necesitaba eso para aclarar mi mente, para... Pensar, o no sé, no sé para qué.

Me pasé la mano por el cabello y lo llevé hacia atrás, sentí que por primera vez, desde que Andy y yo nos separamos hoy después de ese beso, puedo volver a respirar.

Me palmeé la frente en cuando me di cuenta de que estaba sonriendo, sonriendo al recordar como fue todo, como me había sentido, era casi como la primera vez en que Andy se había enterado de mis sentimientos y decidió declararse en ese salón de clases, era como aquello...

No, Hayden, no, no puedes pensar en eso, es más, ni siquiera debería pensar en él del modo en que lo haces, acabas de terminar con Kyle, a Adam le dolería y... Maldición, la razón más importante es que... Andy está comprometido.

Andy se va a casar y ya no hay vuelta atrás.

Me reí, debe ser patético tener que verme así, una mujer de veinticuatro años, vestida bajo la ducha, tratando de dejar de pensar en el hombre del que ha estado enamorada durante sus últimos siete años.

Me senté en la bañera y me acomodé hasta quedar totalmente recostada, empecé a llorar, mientras que el agua caliente me cubría hasta el cuello.

Me puse los dedos en la frente y empecé a sollozar. ¿Por qué Andy me engañó?, ¿Por qué lo hizo?, sé que Kyle se metió varias veces, pero, él no tenía que correr detrás de las faldas de Merry, no podía, no debía hacerlo.

Sé que es algo demasiado grande, algo muy difícil de perdonar, y me siento tan estúpida, porque estaría realmente dispuesta a hacerlo si Andy viniera hacia mi, pero, eso no va a pasar.

Le pedí a mi papá que fuera por Dominik y él aceptó encantado, lo llevaría a jugar junto con mi hermano y a comer con Caroline.

Cuando terminé de vestirme con un grueso suéter de lana blanco y unos pantalones negros, miré sobre mi escritorio.

Sonreí y recordé a mi mejor amigo, sonriendo en la foto sobre la superficie de mi escritorio, me he limitado tanto a demostrar cuanto me ha afectado su pérdida por Dominik, ya me ha visto mal muchas veces, y no quiero que lo que tenga de recuerdos de mi sea a una mujer triste que lloraba en su cama y su mejor amigo la consolaba.

Pero, vaya que lo extraño, mucho, demasiado.

Lo bueno de haber dejado mi bolso en la oficina, es que no tengo que escuchar a mi celular sonar o preocuparme por esas cosas, el resto de la tarde me dediqué a leer un poco y pasar el resto del tiempo en mi cama, convaleciente, dormitada, deseando que se vaya, que se vaya él, que se vayan mis sentimientos, que se vaya todo y que me deje tranquila.

No obstante, nuestro beso azotaba mis recuerdos de modo recurrente, y ahora, ahora más que nunca no puedo olvidarme de Andrew Biersack.

El timbre sonó.

Karma, por favor, ni se te ocurra.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora