Señorita Cautiva III

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- ¿Estás segura? - Cerró la puerta.

- Completamente. - Sus manos se tomaron y él, arrancó.

(...)

Llegué al fin a la casa de Wendy, donde Ryan y Hayden se estaban quedando junto con ella, llegué lo más rápido posible, y subí las escaleras corriendo.

Cuando llegué a su departamento, encontré la puerta abierta, y a Wendy... Ella estaba llorando como una pequeña niña en el suelo, a más no poder, desconsoladamente.

- Wendy... - Me agaché a su lado y la abracé. - ¿Qué pasó?

- Se fueron. - La miré. - No la busques aquí, porque ya se fueron. - Sollozó.

Mis ojos se abrieron de golpe, caminé rápidamente hasta la habitación que ocupaban, todo organizado, y vacío, no había ropa en los cajones ni en el armario, lo único que aún quedaba de ellos, era un pequeño papel blanco con líneas azules.

"Adiós.

Nos vemos en el Mundo..."

Wendy entró.

- Lo siento tanto, quise detenerla, ayudar a arreglar las cosas. - Me abrazó.

- No fue tu culpa. - No estaba llorando, no podía, no sé que sentir, que hacer, que decir... Ni siquiera sé si ahora mismo sigo respirando o no. - ¿A dónde se fue?

- Yo también quiero saberlo, y no es que no quiera decirte, pero no lo sé, cuando llegó aquí solo le dijo a Ryan que ya estaba lista, y se fueron.

- Pero, ella... - Caí al suelo y comencé a llorar, Wendy me abrazó, acariciando mi cabello. - Necesito encontrarla, necesito que me perdone, necesito estar con ella... - Sollocé.

- No hay nada que hacer.

- Fue mi culpa. Todo fue mi culpa. Soy un imbécil.

- No fue tu culpa Andy.

- ¿Entonces de quién? - La miré. - Y eso es lo peor, que no hay nadie a quién culpar porque el único idiota, que hizo todo mal fui yo... Sólo yo. - Susurré para mi entre dientes.

La melancolía, la depresión, las ganas de matarme por todo lo malo que hice... Y todo el mal que le causé.


Ya una vez la había perdido, sin embargo, no había aprendido la lección, era un imbécil. Inclusive cuando daba mis clases, todo se volvió vacío, horrible, carente de sentido, hasta el punto en que terminé renunciando, y me recluí en la oscuridad de mi habitación.

Y es que lo intenté, intenté buscarla por cielo, mar y tierra. Pero, ¿Cómo encontrarla en un planeta tan grande? ¿Cómo encontrarla si lo más seguro es que ella no quiere ni que la busque?

¿Dónde se metió? - Bebí un trago más de la botella de lo que sea que esté bebiendo, y le di una calada más a mi cigarrillo.

El primer día sin ella, pude aceptarlo, porque sabía que no la encontraría de inmediato. Pero al pasar las semanas, incluso los meses, fui perdiendo la esperanza... Y al primer año, supe que ya nada valdría la pena, ni siquiera salir de aquí. 

¿Para qué?

- Brindo... - Levanté la botella. - Por otro asqueroso e inmundo año sin Hayden Hunter... La única mujer aparte de mi madre que valía la pena para mi.

Y vacié la botella de un trago, había estado llorando, incluso sin pedirlo y sin desearlo, las lágrimas corrían por mi rostro.

Mi celular sonó. Quien quiera que sea no me interesa... No quiero saber nada, ni de nada, ni de nadie, sé que el guardaespaldas está allí afuera, pero no quiere decir que me importe.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora