Señorita Confundida

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- Kyle, yo... No... - Soltó mis manos.

- Perdóname.

- No puedes pedirme algo así.

- No pensé en lo que estaba diciendo, yo... Lo siento. - Entonces se volvió taciturno, sus ojos brillaron más de lo debido, ocultaba lágrimas, y me estaba rompiendo el corazón, realmente quiero a este chico, no de la manera que el quiere... Quiero decir... No sé que quiero decir.

- Kyle, yo te quiero y todo... Pero, amo a Andy.

- A veces lo que quieres, no es lo que necesitas. - Dijo sin expresión alguna.

- Kyle... - Comenzó a caminar, supongo... Que le di un golpe bajo.

- Vamos a comprar algo para comer, ya es tarde y no hemos cenado. - Se excusó. - La comida aquí es deliciosa.

No volvió a tomarme de la mano, sólo comenzó a caminar, y supongo que eso es bueno... Supongo.

- Cuando era niño y venía aquí con mi hermana, siempre le compraba Hamburguesas en aquel lugar. - Señaló un Food Truck que no se veía nada mal. - De hecho, me sorprende que aún siga abierto.

- ¿Está todo bien? - Lo miré, pero él no a mi.

- ¿Por qué habría de estar mal? - Y me golpeó levemente en el hombro.

Definitivamente ya no quiere acercase a mi... Lástima...

¡¿Lástima?!

Caminamos al puesto, y allí nos sentamos juntos, uno al lado del otro, pero no hablamos, y esto comienza a ponerse incómodo, una chica se sentó al lado de Kyle, una rubia bonita, muy bien maquillada y con el cabello largo hasta la espalda.

- Hola. - Escuché que comenzó a hablarle, y él sonrió.

Descarado, ¿No estabas pidiéndome que sea tu novia, hace unos minutos?

- Hola. - Y es que su sonrisa es muy bonita.

- Hola, ¿Qué te sirvo? - El chico que atendía, pensó que estaba sola, porque mi acompañante está coqueteando con una extraña.

- ¿Qué es lo mejor que tienes? - Respondí sin pensar, creo que Kyle pensó que se lo dije a él como indirecta, porque se regresó a mirarme y levantó una ceja.

- Te traerá la especialidad de la casa. - Guiñó y se fue, mientras Kyle lo seguía con la mirada.

- Te vi en un juego.

- ¿En serio?

- Si, y amo tus jugadas, eres increíble e impredecible, además de sexy y guapo

- Y tú no te quedas atrás. - Le dijo con una voz ronca, que yo no había escuchado.

- Ten, la casa invita. - Me sonrió el chico, entregándome un helado. - Lindos ojos. - Y se movió a la freidora.

- Gracias.

- ¿Estás soltero? - Preguntó de una vez, y yo metí a mi boca el helado de cono, quitándole casi la mitad de la parte que sobresalía en espiral.

Atrevida.

- Por el momento si. - Ahora estaba mordiendo el cono de galleta, esto es muy bueno.

- ¿Por el momento? - Dijo con una voz chillona y soltó una risita coqueta.

- Así es, por el momento. 

- Ten, aquí está tu orden.

- Disculpa, ¿No tienes un recipiente desechable? - Él no volteó.

- ¿Estás libre esta noche? Es que estaré sola en casa y no tengo quien me cuide... - Ese tono, no debería usarlo, es una... Una... Mojigata, si, eso es.

- Claro. - El muchacho se acomodó la gorra. Se le quitó la sonrisa de la cara, supongo que pensó que me iría por su culpa. Me lo entregó, puse mi Hamburguesa y mis papas en el recipiente.

- Muchas gracias.

- Espero vuelvas. - Sonrió sin ganas.

- Espero volver. - Me puse de pie y comencé a caminar.

Si no hay un taxi en cuanto salga de aquí, robaré un auto. Escuché a Kyle llamándome, lo ignoré, y seguí y seguí, hasta que salí de la feria y llegué al estacionamiento, entonces me alcanzó.

Me tomó del brazo y me acorraló contra un auto.

- ¿Por qué estás molesta?

- ¿Que por qué estoy molesta? No estoy molesta.

- Si, claro, y yo soy rubio.

- Rubio, ¿Cómo tu chica? Se nota que te gustó.

- Lanza esos celos a un lado y ya dime, ¿Por eso estás molesta?

- ¡No estoy molesta!

Y se me abalanzó, literalmente, se lanzó a besarme, a devorar mis labios, a consumirme... Estaba pasando de nuevo, me estaba sintiendo culpable por sentir demasiado en un momento como este, pero, es que lo quiero... Quiero a Kyle, pero, amo a Andy.

Y esto no es lo que debería estar haciendo.

- Kyle, espera. - Lo detuve y lo separé de mi, tomó mi cintura y su toque me hizo temblar... No puede pasar, no ahora...

- Necesito que me elijas a mi. - Agachó la mirada. - Hayden, estoy enamorado de ti, y tu... Tal vez, no sé que es lo que sientes, pero, lo sientes... Porque te pusiste celosa, de una chica que ni siquiera conozco, y que no volveré a ver.

- Kyle, es distinto.

- ¿Por qué? ¿Amas a Andy? Podrías amarme tanto o más que a él si me dieras la oportunidad.

- Es que... Andy ha hecho tanto  por mi, ha estado cuando nadie más ha estado, y lo amo, lo amo por eso y mucho más, porque me hace muy bien.

- Ahora espero que entiendas porque te amo.

Auch.

- Sé que soy el indicado, Hayden. - Me tomó por mis mejillas. - Sé que puedo hacerte feliz, porque puedo darte lo que necesitas, lo que él no, y lo que sea que el te de, también puedo dártelo. Escucha, dejaste tu infancia de lado... Tu adolescencia también, por causa suya y de tu madre... No te saltes tu juventud por estar a la par con él. Necesitas vivir tu vida, y eso es algo en lo que yo puedo ayudarte.

- Kyle.

- Sólo quiero estar contigo, amarte y que me ames con la misma fuerza, sé que tal vez no será ahora pero pasará, y estoy seguro, te esperaré el tiempo que sea necesario.

- Yo no...

- Déjame amarte como te mereces, yo puedo darte lo que necesitas Hayden, como te dije antes, lo que quieres, no es siempre, lo que necesitas. Me necesitas a mi, no a Andy.

- No puedes decir eso.

- Verás que tengo razón, al final te darás cuenta de lo mucho que te amo, y que en el fondo, me amas también Hayden.

- Por favor. - Esta conversación terminó. - Llévame a casa. - Sollocé y él suspiró.

- Creo que es lo mejor...

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora