Señorita Lejana

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- Listo. - Digo cuando he terminado de peinarme frente al espejo.

Mi concepto de peinar es: Revolver mi cabello hasta que se vea aceptable.

- ¿Ya? - Entró Alec.

- Oye, tienes lápiz labial en el cuello. - Me acomodé la camisa y caminé hacia mi cama para recoger mi corbata.

- Gracias. - Se acercó al espejo y se limpió. Me miró. - Ni se te ocurra ponerte corbata.

- Pero, yo...

- Hayden va a querer verte sexy y guapo, no con una corbata de chico bueno.

- Yo soy un chico bueno.

- Ya no somos chicos Andy, ya no más. - Se terminó de acomodar la camisa.

- Lo sé. - Me miré en el espejo. - Como sea. - Arrojé la corbata sobre la cama.

- Vamos. 

El camino se me hizo, simplemente eterno, Alec estaba conduciendo y yo no dejaba de frotar mis manos, y eso me estaba desesperando, me altera, me asfixia y no puedo con eso.

- ¿Estás bien? - Alec preguntó.

- Creo que dejé mis pulmones en el hotel, porque no sé como respirar ahora.

- Tarado. - Rió. - Estarán bien. - Sonrió.

Ya no creo en eso, soy incapaz de prometer o decir algo así.

- Creo que el "bien" realmente no existe, es algo tan efímero.

- Porque tu quieres, pedazo de Existencialista. - Reí.

- Yo más bien, me considero Estructuralista.

- Si, claro, como no. 

Y entre risas y plática, llegamos al lugar del evento, que estaba a reventar, habían muchas chicas afuera, esperando por los artistas invitados, la gente no paraba de llegar en limusinas y autos de lujo, nosotros teníamos uno rentado, y no era tan bonito que digamos, así que Alec prefirió estacionarse lejos, eso podría ocasionar que ninguna de las mujeres interesadas de aquí se fije en él.

Comenzamos a caminar, y no es por ser engreído ni Narcicista, eso nunca, pero nos llevamos mucha de la atención femenina.

Nos dirigimos a la zona en la que entraban las personas V.I.P.

- Apellidos. - Nos miró un tipo casi tan alto como un poste, y casi tan grande como la Roca.

- Evans y Biersack. - Un chico detrás de él, con un auricular, verificó en una libreta.

- Estás en la lista, déjalos pasar Rick. - El tal "Rick" asintió, y quitó la cinta que nos separaba de la gente que esperaba, comenzamos a caminar con dirección a la entrada, que estaba más que elegante.

- ¿Si? - Escuché decir al muchacho. - Voy para allá señorita Hunter. - Le entregó la libreta a otro chico y se marchó corriendo.

- Así que definitivamente está aquí.

- Andy, vamos a buscar nuestra mesa primero. - Una rubia llegó a nuestro lado. - O tal vez no. - Por aquí mis señores. 

La seguimos y llegamos hasta una zona preciosa, Hayden es realmente buena con esto, todo parece más que mágico, hay niebla artificial, y burbujas en el escenario, y todo está resplandeciente, la mayoría de personas iban vestidos de blanco, al igual que Alec, pero, ¿Y qué? A la mierda todo, siempre he vestido de negro, y nada me hará cambiar de opinión.

La misma rubia se acercó y nos dejó una bandeja con aperitivos, dos de cada sabor y modelo, para Alec y para mi.

- Gracias. - Dijimos al unísono, y ella se arregló el escote, acto que siguió Alec con la mirada, y ella le guiñó un ojo.

- Descansa un poco, casanova.

- ¿Qué te diré? Soy lo que soy, y las chicas no se resisten a mi. - Sonrió. - No pueden resistirse a mi. - La gente seguía llegando, el lugar seguía atiborrándose de gente, excepto la zona en la que estábamos, porque como ya mencioné, somos V.I.P.

- ¿Cuándo crees que pueda verla?

- Al final del evento, en el boleto lo dice, no antes, ni durante... Porque todos van a estar corriendo de allá para acá, y seríamos distracción.

- Está bien.

- Hola. - Dijo, una bonita castaña. - ¿Puedo sentarme aquí? 

- N...

- Si. - Respondió Alec, antes de que yo terminara mi fantástico "No".

- Gracias. - Se sentó a mi lado.

- ¿Vienen por el desfile, por los artistas, o por las modelos? - Sonrió coqueta.

- Por mi novia. - Le solté en la cara, si quiere coquetear, ahí está Alec, yo no.

- Ah, interesante. - Un camarero nos sirvió champagne y luego se marchó.

- ¿Son hermanos?

- No.

- ¿Novios? - Casi escupo mi trago.

- Claro que no. - Alec rió.

- Es que...

- Somos mejores amigos. - Sonrió.

- Es que últimamente...

- Lo sé nena, lo sé, pero, dame una noche y puedo demostrarte como me encantan las mujeres. - Le respondió Alec al instante, y de pronto una sonrisita tonta en su rostro, la delató, eso era lo que quería.

- Tengo el lugar perfecto.

- ¿Y qué esperamos?

- ¿Tu amigo no tiene problema?

- No, no me importa. - Miré mi copa.

Ambos se pusieron de pie y emprendieron marcha.

- Vuelvo pronto. - Susurró Alec antes de irse.

- Y cuéntame una de vaqueritos. - Rió.

- Volveré, ese es el punto. - Se fue.

Comencé a ver a todos lados, la presentadora dio la bienvenida, y el show comenzó, mientras el elenco de Pitch Perfect hacía su presentación Acapella, comenzaron a servir comida, que yo no tenía ni idea de que iban a servir.

Y entonces, al pasear sin querer mi mirada por el lugar, vi a Ryan.

Ryan McKenna.

Maldito hijo de...

Me callaré.

Caminaba apresurado con un ramo de rosas, al parecer se le había hecho tarde. Lo seguí con la mirada hasta que llegó a un lugar no tan visible del lugar, muy oscuro, donde una mujer de vestido rojo y chaqueta negra lo esperaba.

Hayden...

¿Era ella? Es más que obvio que ha cambiado mucho, pero... Es decir, yo, creo que... Creo que en realidad no pensaba en que en verdad la volvería a ver.

Pensé en levantarme, pero cuando quise hacerlo... Él le entregó el ramo y ella sonrió lentamente, entonces él solo se agachó y depositó un beso en sus labios, ella lo miró.

Por favor Hayden, vamos... Lánzale el ramo a la cara.

Dale una bofetada.

Mejor un golpe a puño cerrado.

Dale una patada en sus hijos...

Haz que los de seguridad lo aprendan y lo electrocuten... Pero, por favor haz algo.

Nada. Ella sólo lo aceptó, agachó la mirada y caminó tras bastidores con él...

Él se había ganado limpiamente, el lugar que yo perdí.

Y ahora mismo yo ya no tengo nada que hacer en este lugar...

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora