Señorita Pasajera

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- Espera, tocan el timbre. - Me tenía abrazada como si fuera oso de peluche.

Una semana había pasado, y realmente Ryan había hecho de mi vida una montaña rusa, extrañaba tenerlo aquí.

- No, sigue durmiendo.

- No, espera hay que abrir... - Me levanté como pude, aunque casi lo tiro de la cama.

Dormimos juntos porque... Realmente no sé porque, pero comenzó cuando vivimos juntos y yo pasaba las noches llorando, por el mismo hombre que he estado llorando todo este tiempo.

Caminé frente al espejo para ver si estaba presentable, pues ya que, uno no nace perfecto. Abrí la puerta y no había nadie, absolutamente nadie.

Sólo encontré un sobre amarillo en el suelo. El del correo no es de tocar el timbre y correr, ¿Qué habrá pasado?

Lo tomé y cerré la puerta, lo abrí y había un papel doblado, lo saqué.

"¿Quieres saber con quién duerme papi?"

¿Qué rayos es esto? Le di la vuelta al sobre y de él cayeron varias fotografías. Me agaché y las removí, para poder verlas todas, era... Era Caroline.

Podía ver que era ella, claramente. En lencería y trajes, con pelucas, bailando, en un tubo y con varios hombres, definitivamente era ella. 

Habían fotografías de ella desnuda, me caí al suelo. Ryan salió de la habitación, bostezando y estirándose, me miró.

- ¿Qué pasa? Hayden, ¿Te sientes bien? - Se agachó y me tomó por las mejillas. - Estás pálida.

Y entonces comencé a llorar, Caroline era... es... No puedo creer que es mujer tan dulce sea una prostituta.

- Hayden, mírame. 

Lo abracé y él comenzó a acariciarme para calmarme.

¿Se está aprovechando de papá? ¿O qué es lo que está pasando? Porque en serio no puedo entender.

(...)

- ¿Te sientes mejor? - Me acarició el cabello, cuando yo estaba metiendo una patata frita a mi boca.

- No, no sé que pensar.

- Tranquila. Vamos a hablar con ella y veremos que pasa. - Ryan volteó.

- ¿Estás viendo alguna chica? - Me miró. 

- Claro que no. - Besó mi frente.

Su figura apareció frente a nosotros, se sentó en el asiento sobrante en nuestra mesa y yo me petrifiqué.

- Ya vi como la mirabas, y no está interesada, así que no te molestes.

- No hables mocoso. - Le dijo con fastidio.

- Escucha. - Le apreté la mano y me miró, se dio cuenta del mido que estaba sintiendo.

- ¿Te gustó mi regalito?

- Fuiste tú... - Una lágrima rodó por mi mejilla.

- Sabía que la noviecita de Ithan se me hacía conocida, ahora sé que trabajaba para mi. Está muy rica la desgraciada. - Se mordió el labio.

- Hayden vámonos. - Iba a levantarse, pero, Dante puso un arma sobre la mesa, un revolver.

- Yo no lo haría. - Yo estaba más que asustada...

- Espero verte pronto... - Guiñó.

Estoy paralizada.

Ryan me abrazó con fuerza y me deshice, me deshice entre sus brazos, eso... Había sido demasiado para mi.

(...)

- Hayden, cariño. - Cerró la puerta. - Recibí tu mensaje y vine corriendo para acá, ¿Que pasó?

- ¿Por qué? - Le grité en cuanto entró a la sala.

- Disculpa no te entiendo. - Negó con la cabeza y me miró. - ¿Te encuentras bien?

- No, ¿Qué es lo que quieres de nosotros? ¿De mi padre? ¡¿Le diste la dirección a... ?!

- Hayden, no entiendo de que me hablas.

- De esto. - Arrojé el sobre en la mesa de centro y ella se sentó en el sofá y lo abrió, comenzó a mirar... Foto por foto, mientras que su rostro iba deformándose, y sus ojos se cubrían de lágrimas, sollozó.

- ¿Quién te dio esto? - Su voz era un hilo, tenue y débil.

- De seguro sabes muy bien quién es Dante.

- Por supuesto que lo sé. - Negó con la cabeza. - Es el hombre que arruinó mi vida.

La miré, no sé si está diciendo la verdad o solamente quiere hacerse la víctima.

- Lamento que hayas tenido que ver esto. - Se limpió las lágrimas.

- Por favor explícame, explícame porque no puedo entenderlo.

- Yo trabajaba para él. Él es un proxeneta.

- ¿Proxeneta? - La miré, esta vez muy confundida, limpié mis lágrimas con mis manos, bruscamente.

- Yo fui una de sus prostitutas... - Dijo por fin, y sollozó, comenzó a llorar a mares. - No es algo de lo que me sienta orgullosa... Él me hizo tantas cosas...

- Caroline.

- No hagas eso. - Me miró, tenía dolor en su rostro. - No me mires como si tuvieras asco... O lástima.

- ¿Y que hago entonces?

- Por favor... Perdóname...

- ¿Hace cuánto fue esto? - Pregunté.

- Hayden.

- Contesta.

- Fue hace sólo un año, hasta que pude salir de eso... ¿Por qué lo tienes? ¿Cómo lo conoces?

- Mi madre es su novia.

- ¿Su novia? - Miró al suelo asustada. - Hayden, no puedes dejar que eso siga, ese es un asco de hombre... Él tiene...

- Sé lo que es... Intentó violarme, y le pidió a mi mamá que me entregue a él.

- Es por eso, él la va a obligar a... - El teléfono sonó, interrumpiendo la conversación, contesté.

- ¿Hola?

- ¿Hayden? Necesitamos que vengas, va a ser la primera prueba del vestido de Adrianna, y eres la dama principal, te necesitamos.

- Si, claro. Ya voy.

Colgó.

- Hayden... Yo ya no puedo salvarme, pero... Dante, tienes que hacer que tu mamá lo deje, él... ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

- No lo sé, pero llevan años.

- Ya debió de haberla prostituido.

- ¿Qué?

- Así es él. - Absorbió por la nariz. - Él tiene deudas, y adicciones... Cuando tiene deudas entrega a las mujeres, principalmente si es una novia, porque hacen lo que sea por él...

- Caroline.

- Yo no fui su novia, pero era amiga de la que si lo era, y él la entregó... No volví a saber de ella.

- Yo no... - Mamá estaba loca por él, es capaz de hacer lo que sea.

- Hayden... Perdóname... - Y se arrodilló frente a mi, tomando mis manos y llorando. 

- Caroline, levántate. - Intenté ayudarla a pararse pero ella estaba ahí, destrozada.

Sin duda alguna había metido el dedo en la herida. Había desenterrado parte de su pasado que no era bueno, que simplemente no la hacía orgullosa, tal vez era algo en lo que yo no podía meterme...

Y lo hice, ese hombre había llegado a mi vida para arruinarla, y lo había demostrado ya en varias ocasiones.

Eramos víctimas de Dante.


Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora