A pesar de que le dije que no podía, que estaría ocupada y que no volviera a llamar, aquel muchacho que estaba en recepción desde las cinco y media de la tarde, no dejaba de insistir en que saliera a verlo, porque teníamos una cita pendiente.
Estaba armando un verdadero alboroto, le exigía de una pacífica manera a Taylor que lo dejara pasar para verme, llamaba a mi celular, llamaba al teléfono de la oficina y comenzaba a ser desesperante, así que finalmente salí.
- ¿Se puede saber qué haces?. - Me paré con las manos en las caderas y él me miró, iba vestido con un pantalón negro, una camisa de mezclilla y una chaqueta de cuero, le quedaba bien ese estilo... Sigue recordándome directamente a él.
- Vamos. - Me tomó de la mano y sin decir nada más me jaló hasta mi oficina,
- ¿Qué haces?. - Me solté.
- ¿Por qué me evitas?.
- Yo no... - Le miré. - No estoy evitándote. - Miré al suelo.
- Si no lo haces, entonces, ¿Por qué no me miras?.
- ¿Estoy obligada a mirarte?. - Levanté la vista y me encontré con esos lindos ojos de color tan bonito.
- Quisiera que si. - No paraba de mirarme.
- Por Dios, Adam. - Me pasé las manos por el cabello y caminé con dirección a mi escritorio, saliendo de aquel embrujo que me pudo haber ocasionado su mirada.
Tal como aquel azul que a diario me perseguía en sueños.
- Hayden. - Me tomó por el brazo y me jaló hacia él, quedé parada justo en frente suyo, a centímetros de su alta figura.
- Señorita Hunter.
- Me pediste que te llame Hayden. - Sonrió. - Te has sonrojado.
Maldita sea.
- No es verdad.
- Estoy viéndola Hayden. - Dijo con una sonrisa coqueta en su rostro. - Y es maravilloso.
Se agachó casi a mi altura y lentamente acercó su rostro al mío.
- Bueno, iré. - Me quité, evitando que aquello pasara, sin embargo, ahora estaba atada a otro problema, acababa de decirle que verdaderamente iría.
Sonrió, de una manera tan bonita y tierna, que me recordó a mi hijo, y ese rasgo lo había heredado de alguien más, alguien en quien no quiero pensar ahora. Sonreí con él al ver su emoción inminente, comenzó a gritar y a levantar su puño con fuerza.
- Estoy seguro de que le encantará.
- Eso espero. - Sonrió y me regaló un pequeño guiño, casi imperceptible.
- Ya verá.
Emprendimos el camino al lugar que Adam me había comentado, lo mejor fue, que él ya sabe conducir así que él es quien nos está llevando ahora, aunque... En mi auto. Llegamos, el lugar está lleno de gente, sobre todo de chicas.
Agradecí entonces por no haberme vestido exageradamente elegante hoy, lo que traigo puesto es un jean negro, botines del mismo color y un buso de lana que me queda bastante bien, pero, bastante flojo.
Con un poco más de maquillaje en los ojos, y citando las palabras de Adam:
"Usted parece más la adolescente que yo".
Me crucé de brazos en cuanto bajamos del auto y Adam me miró.
- Se ve increíble. - Dijo mientras se quitaba la chaqueta.
- Gracias. - Me colocó la chaqueta sobre los hombros, adivinando que tenía frío, se despeinó el cabello. - Tu también te ves muy bien.
Sonrió.
- Vine así vestido para impresionarla.
- ¿Por qué me impresionaría?.
- Porque vine vestido. - Sonrió, encogiéndose de hombros mientras que me tomaba de la mano para entrar y esquivar a toda la gente.
Lo atrevido nadie se lo quita, pero, estaba demasiado ocupada oliendo el perfume de su chaqueta que no me detuve a pensar con claridad.
Las chicas alrededor lo saludaban, le regalaban cosas y le coqueteaban, de una manera poco atractiva y bastante vulgar para mi gusto.
- Llegas tarde. - Le dijo un muchacho de cabello castaño y rizado, su estilo y su ropa me recordaba mucho a Slash, sonreí.
- Tenía algo importante que hacer.
- Si, veo tus razones. - Me sonrió, y en ese momento solté la mano de Adam.
¿Por qué rayos no se la solté antes?.
- Mi nombre es Jack. - Me extendió su mano y yo sonreí.
- Hayden.
- Eres hermosa Hayden.
- Hey. - Le reclamó Adam.
- Digo lo que veo hermano, lo siento. - Me miró. - Jamás te he visto en la escuela, ¿Eres nueva?.
- Ok, Jack, debemos subir. - Había otro chico de cabello largo hasta la cintura que les hacía señas para que vayan.
- Vale, un gusto preciosa. - Asentí y reí.
- Lo siento. - Dijo Adam. - Ese idiota siempre es así.
- No importa.
- Deséeme suerte. - Dijo tomando mi mano.
- No la necesitas.
- Claro que no, ya está aquí y eso es suficiente para mi. - Besó mi mano y seguido de eso, salió corriendo al escenario.
Toqué el lugar en el que me había besado y sentí un ligero cosquilleo, sonreí, sé que está mal, sé que no debería compararlo con Andrew y recordarlo a través de él, pero, es que... Me es imposible.
- Buenas noches. - Tomó el micrófono con ambas manos. - Esta noche vamos a recordar a los grandes. - Se peinó el cabello hacia atrás y las chicas comenzaron a gritar por ellos, más bien por él. - Esperemos que les guste, esto es "Entre Caníbales" de Soda Stereo, ¡Hagan ruido!. - Gritó, mientras que la banda comenzaba a tocar.
En el camino hasta aquí, Adam me comentó que su banda tocaba rock y metal en varios de sus derivaciones, pero, que esta noche querían hacer algo especial, iban a tocar covers de los grandes, en cuanto su banda y él tocaron "Faint" de Linkin Park, hasta yo estaba a punto de enloquecer como una fanática loca.
Grabé un par de videos y tomé muchas fotos, luego se las enviaría para felicitarlo por su increíble show.
Cerraron con broche de oro, tocando "Last Resort" de Papa Roach, y "Break" de Three Days Grace, entonces Adam dijo algo muy bonito, quería añadir una canción, también gracias a que todo el mundo comenzó a gritar por una canción más.
- Cerraremos con una canción que me encanta, una canción que sólo me deja pensar en una persona. - Volteó a verme. - ¿Han escuchado a Bring Me The Horizon?. - Dijo, con una sonrisa bonita, las chicas de al frente levantaban las manos para ser saludadas por él. - Esta canción se llama... - Levantó un brazo y me señaló. - "Follow You".
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Hayran Kurgu- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...