Tomé el teléfono al llegar a casa, fue un día tranquilo y quiero terminarlo... Bien.
- ¿Hola?.
- Andy.
- Hayden. - Me pareció... Sólo me pareció escucharlo sonreír.
- ¿Cómo estás?.
- Bien. - Me pareció verlo en frente de mi, hablándome, cara a cara. - Resuelvo un par de cosas.
- ¿Cómo cuáles?.
- Nada importante. - Suspiró.
- ¿No vas a decirme?.
- No. - Parecía que se reía, y ese sólo pensamiento me hizo sentir muy... Pero, muy feliz.
- ¿Estás libre?. - Di que si.
- ¿Ahora mismo?. - Por favor.
- Obviamente. - Te lo ruego.
- En realidad, no. - Rayos. - ¿Por qué?. - Quiero verte.
- Por nada, creí que podríamos ir con Dominik a algún lado, pero... Si no puedes...
- Creo que no entendiste lo que te dije la otra vez Hayden.
- ¿Qué?, ¿Qué cosa?.
- Dentro de seis días, en el lugar de siempre, si vas, podremos hacer algo por los dos, si no, no volverás a verme nunca, a menos que sea para recoger a Dominik.
- ¿Es enserio?.
- Completamente. - Dijo, ahora serio. - Hayden, hay muchas cosas en juego, y no quiero seguir en este juego del gato y el ratón, ¿Entiendes?. Te amo, pero... - Había un pero.
- ¿Sabes? Acabo de recordar que tengo trabajo que hacer, adiós Andy.
- Hayden, espera... - Colgué.
Era eso, Andy quería saber... Es un todo o nada, ni siquiera he descifrado el lugar al que quiere que vaya.
Pero, algo es seguro, no me quedaré aquí, me marcho, no hay otra opción.
(...)
- ¿Aquí?. - Adam había llegado temprano para empezar a organizar la sesión de fotos.
- Si, pero, quiero que el lugar esté cubierto con telas de diferentes colores.
- ¿Para qué?.
- Tengo una visión muy prometedora para las fotos contigo Hayden, serán las primeras y estoy seguro que las mejores que sacaré en toda mi vida.
- Pero, sacarás fotos de modelos y paisajes en un futuro.
- Pero, ninguno más bonito que tú.
No respondí, más bien, evadí su respuesta.
- Bueno. - Miré a Taylor a nuestro lado, quien no paraba de sonreír. - ¿Podemos conseguirlo?.
- ¿Quiénes seríamos usted y yo si no pudiéramos conseguirlo?. - Sonrió, y yo con él.
- Entonces quiero todo eso para hoy mismo.
- Bien, voy a arreglarlo en este mismo instante. - Se marchó, con ímpetu.
- Bueno, ¿Tienes alguna idea para la vestimenta que usaré?.
- ¿Vestimenta?.
- Si, la vestimenta.
- Tu vestimenta son las telas.
- ¿Qué?.
- Quiero que poses desnuda, pero, sin mostrar tu cuerpo. - Se rió al ver mi cara. - No quiero que muestres nada, te cubrirás con las telas, es eso... O un vestido azul.
- ¿Vestido azul?.
- Cómo el color de los ojos del hombre que amas.
Tal fue el golpe que me había dado, que me paré erguida, mis ojos casi se salen de sus cuencas.
- Si, Dominik tiene... Unos lindos ojos.
- Tú y yo sabemos que no hablamos de él.
- Adam.
- Quisiera que el color sea verde. - Tomó mi cintura y me miró directamente a los ojos. - Pero, uno no siempre tiene lo que quiere.
- Yo...
- No tienes que responder nada, Hayden. - Sonrió, mientras observaba las rosas que adornaban la habitación. - En realidad, soy feliz amándote y siendo digno de ser amado, aunque no lo hagas, lo bonito de la naturaleza no es que puedas arrancarla y llevártela contigo a casa, si no que puedes verla y dejarla ser, admirar y tener la necesidad de vivir junto a ella. - Me dijo, colocándome un mechón de cabello detrás de la oreja.
- Eso fue precioso.
- Me inspiras. - Ladeó la cabeza. - Bueno, ¿Podemos hacer una prueba de luz?.
- Cl-claro.
Cada vez me sentía más culpable con él, por no corresponder a sus sentimientos, pero, no, no puedo, no me siento capaz. Además, pronto me alejaré de todo esto y si ahora sucumbo a todo lo que él quiere, le haré más daño si lo dejo.
- Listo, traerán las telas de satén en diferentes colores, todos en tonos fuertes, ninguno pastel.
- ¿Por qué?.
- Creo que Adam quiere hacer algo vivo y pasional, no algo opaco y sin chiste.
- Exactamente. Le atinaste. - Dijo, viendo la pantalla de su cámara.
- Bien, entonces, hagan todas las pruebas que deban y... Mañana empezaremos con la sesión de fotos.
- Pero, Hayden... - Salí del lugar sin escuchar excusas.
Conduje rápidamente, ¿Cómo era posible?, ¿Cómo es que se le ocurría eso?. Un vestido azul cómo el color de los ojos del hombre que amo... Pero, ¡Qué insensatez!...
Aunque sea cierto, no era el momento ni el lugar para soltarme algo cómo eso.
Llegué a casa, y mi papá estaba sentado en la sala, con Dominik, leyendo.
- Hola. - Dije sonriendo.
- Mami. - Gritó Dominik feliz y corrió a abrazarme. - Hoy llegaste temprano.
- Si, porque tú y yo tenemos muchas cosas que hacer. - Le toqué la nariz con mi dedo índice y él sonrió. - ¿Ya te duchaste?.
- No. - Negó enérgicamente con la cabeza.
- Pues. - Ladeé la cabeza. - Ya es hora. - Sonrió.
- Está bien. - Corrió escaleras arriba.
- En un minuto subo a ayudarte.
- ¡Si mami!. - Se escuchó desde arriba.
- ¿Qué te traes?. - Dijo papá, poniéndose de pie y caminando hacia mi.
- ¿Ni siquiera me saludas?.
- Hola. - Sonrió. - Ahora dime que te sucede.
- ¿Por qué crees que algo me sucede?.
- Hayden, subí para cambiar a Dominik de ropa y me encuentro con que estás empezando a empacar las cosas, ¿Otra vez?, pronto no quedará un lugar al que no hayas huido.
- No voy a huir papá.
- ¿Entonces?.
- Lo vas a entender pronto. - Sonreí.
- Lo podría entender ahora si me lo explicaras.
- Es que es una historia muy, muy larga, que no tengo tiempo de contar, pero... - Lo llevé al sofá y nos sentamos el uno junto al otro, le tomé la mano y le acaricié la mejilla. - Puedes estar tranquilo, porque es la primera vez que estoy total y completamente segura de que estoy en lo correcto, y que la decisión que voy a tomar va a arreglar mi vida.
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Fanfiction- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...