Señorita Abrumada

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Andy se rodeó la erección con la mano y se lo acarició despacio.

- Necesito tu boca... - Soltó, no como un comentario, sino, más bien como una orden.

- Andy... - Sus ojos se oscurecieron y una sonrisa traviesa le invadió los labios.

Se sentó en el borde de la bañera, que tenía detrás una parte de cerámica, que supongo que es para que te sientes ahí cuando te bañas o dejes tus cosas, como shampoo, cremas, etc.

- ¿No lo harás? - Su sonrisa era mucho más amplia, se agachó para tomarme por el cabello y besarme, introdujo su lengua en mi boca a la primera, y no me permitió separarme, hasta después de unos segundos.

Sé lo que está haciendo, me está desafiando, pero, también me está obligando a recordar... Todo, lo que hemos hecho, todo lo que le he entregado.

Me lamió los labios y se separó de mi, siguió acariciando su miembro y me acercó un poco, tomándome por mi cabello, soltó una risita tonta, ¿Se está burlando?.

- No lo vas a hacer, ¿Verdad? - Me eché hacia adelante, rápido y me acerqué. Me incliné hasta que pudo sentir mi aliento sobre la piel de su piel sensible, lo sé, porque su boca se abrió y lo sentí temblar bajo mis manos.

Levanté la vista, se estaba mordiendo el labio inferior con esos dientes perfectos y bonitos.

- No tienes que hacerlo si no... - Saqué la lengua, y lamí todo su largo, de abajo hacia arriba, Andy inspiró con algo de fuerza. - Hayden...

Lo metí, entero en mi boca, de cabo a rabo y él se retorció, levantando un poco su pierna izquierda, lo cual se me hizo divertido y tierno a la vez, me recordó a cuando le acaricias la oreja a un cachorro y este reacciona, moviendo su patita.

Él me tomó por el cabello, creí que ya no podía tenerlo más adentro, hasta que lo sentí en la garganta. Sus dedos acariciaron con suavidad mi cabeza, hasta que lentamente lo fui sacando, levanté la mano y comencé a tocarle su gran y dura erección mientras la tenía en la boca.

Sentí que recogió mi cabello entre sus manos en una coleta, y por ella, comenzó a guiarme, lo metía y lo sacaba, lo dejaba dentro durante algún tiempo, y yo aprovechaba para acariciarlo con la lengua por dentro.

Se incorporó un poco del que creo que es un asiento y comenzó a bombear, con algo más de fuerza y rapidez, adentro y afuera.

Le acaricié los muslos y le toqué con ambas manos la base del miembro, y él se estremeció.

- Oh, mierda... - Lo sacó de mi boca y me sonrió mientras se tocaba lentamente. - Saca la lengua nena. - Y así lo hice, comenzó a frotar la punta en mi lengua, y luego le daba ligeros golpesitos, lo mágico, lo que me quita el aliento de este momento, es su rostro, es hermoso verlo así, entregado, sexy, feliz.

Me incorporé levemente y le rodeé el miembro con los labios, Andy soltó un gemido ronco. Lo chupé, succioné y lo acaricié hasta más no poder, comenzó entonces a levantar las caderas para embestirme la boca nuevamente.

Estaba duro, realmente duro y erecto, y creo que esto es muy sucio, pero, él está encantado, y a mi eso me encanta.

- Nena, espera... - Lo lamí por última vez, haciendo énfasis en su punta rosada, por lo que sonrió con descaro. - Lo haces tan bien.

Se puso de pie y me tomó de la mano.

- Quítate eso. - Dijo quitándome el pantalón, tan rápido que me causó gracia.

Junto con mi pantalón, mi ropa interior se había marchado, así que me cubrí con las manos.

- ¿Vergüenza? - Asentí. - ¿Conmigo? 

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora