Señorita Cautiva II

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- Está embarazada. - Andy se quedó en silencio un minuto, estático, inmóvil.

- ¿Y qué?

¿Qué?

- Cómo que, "y qué"? - Le gritó Wendy.

- ¿No estás viendo? - Nos señaló. - ¿Con quién se está acostando? Ese bebé puede ser de él, porque al parecer no sólo se acostó conmigo, sino también con él.

Ryan me sostuvo, cuando estuve a punto de caer al suelo, Wendy le dio una cachetada.

Me miró por unos instantes, estaba muy molesto, está hirviendo en ira, y definitivamente no le interesa si me está haciendo daño, o no.

- Ese hijo...

- Wendy, no la defiendas, ese hijo puede ser de él, y claro, si es que está embarazada. - Me miró. - Si te acostaste con él, definitivamente vas a ser capaz de todo, como para que me quede contigo, porque no fui sólo yo el que se equivocó, sino que tu también y muchas más veces.

- Andy... - Wendy, sus ojos se cristalizaron.

Se quedó callado un rato y luego suspiró.

- Mañana, vendré por ti, iremos al doctor a ver si es que es en realidad estás embarazada. Y si lo estás... - Se acercó a mi, estuvimos a centímetros el uno del otro, clavó su mirada sobre la mía, como si en ese mismo momento quisiera matarme. - ... A penas nazca habrá que hacerle una prueba de ADN.

Se quitó y salió del lugar, tirando la puerta con fuerza.

Me dejé caer al suelo, y simplemente rompí en llanto.

- Hayden... - Wendy se hincó en el piso y me abrazó.

- Lo siento. - Ryan se disculpó.

- No se preocupen. - Me limpié el rostro de todas las lágrimas que había derramado.

- Hayden, espera. - Me puse de pie y tomé mis llaves.

- ¿A dónde vas?

- Tengo algo que hacer. - Mi voz se quebró y me fui, con Ángel, quien no dejó que me vaya sola.

(...)

- ¿A dónde fuiste ayer? - Me preguntó Ryan cuando entró al comedor.

- Tenía un asunto que arreglar. - Miré mi chocolate caliente.

- ¿No me contarás?

- Te enterarás después. - Estaba jugando con mi taza, mis ojos estaban hinchados, no paré de llorar anoche, y creo que tampoco lo haré hoy.

- Oye. - Me tomó por el mentón y me lo levantó.

- ¿Qué?

- En lo que sea, yo te ayudaré, yo estoy aquí. - Sonreí.

- Entonces, cuando salga de aquí con Andy, ve a mi cuarto y lee la carta que está sobre mi cama, a penas regrese, haremos lo que está ahí.

- Está bien. - Se mordió el labio. - Esto es mi culpa.

- Claro que no. - Acaricié su cabello. - No fue algo que planeamos.

- Pero, pudimos evitarlo.

- Yo te pedí que siguieras, no fue tu culpa.

- Pero yo te...

Tocaron a la puerta.

- Wendy sigue dormida.

- De igual, tengo que ir.

Me levanté y Ryan me detuvo, me dio un beso corto y me sonrió, me dirigí a la puerta y la abrí.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora